martes, 13 de marzo de 2012

Del laboratorio a la cama del paciente - DiarioMedico.com

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ARMAS PARA BUSCAR UN SISTEMA SOSTENIBLE

Del laboratorio a la cama del paciente

Surgidos en los bancos de pruebas tecnológicos, los dispositivos médicos llegan a la cabecera del paciente para mejorar la asistencia, pero en los últimos tiempos también lo hacen para garantizar la sosteniblidad de unos sistemas sanitarios heridos de muerte económicamente. Una de estas armas podría ser el futuro marcapasos sin cables.
David R. Carenas. Tolochenaz | 13/03/2012 00:00


Adios a los cables
Medtronic trabaja en un marcapasos sin cables que espera tener a finales de año. (Medtronic)

El concepto tecnología médica engloba tanto a los dispositivos como a los medicamentos, pero está claro que, aunque armas contra el mismo enemigo, no son lo mismo. Una de las diferencias la ha marcado Stephen Oesterle, vicepresidente de Medicina y Tecnología de Med-tronic, durante una reunión organizada por la compañía en su sede europea -Tolochenaz (Suiza)-: "Los desarrollos de la industria de dispositivos médicos van desde el banco de pruebas o laboratorio hasta la cama del paciente, mientras que los de la industria farmacéutica siguen el camino inverso".

En todo caso, ambos caminos deben llevar a Roma. Y ahora mismo la capital del Imperio Romano incluye una mejor asistencia sanitaria -como siempre-, pero también la búsqueda de la sostenibilidad económica de unos sistemas sanitarios que cabalgan desbocados hacia todo lo contrario. "Tenemos que encontrar una vía para que la salud no sea una parte tan importante del PIB de cada país sin que baje la calidad", ha recordado Rob ten Hoedt, presidente de la empresa para Europa, Oriente Medio, África y Canadá.

El panorama, de sobra conocido -envejecimiento de la población y aumento de la cronicidad- obliga al cambio de los sistemas sanitarios, "de una forma coordinada entre todos sus actores: gobiernos, industria, universidad... No vale con que cambie sólo uno", ha avisado Herb Riband, vicepresidente de Asuntos Externos.

Riband ha señalado el origen del problema económico: "El 80 por ciento del gasto en Sanidad viene del concepto de funcionamiento del sistema, mientras que pharma y dispositivos se reservan el 20 por ciento restante". Planteada la ecuación, Ten Hoedt la ha explicado: "En ese 80 por ciento es donde se producen las grandes ineficiencias, y nadie sabe cómo abordarlas. Nosotros queremos ayudar". Para ello plantea, entre otras cosas, "capitalizar nuestras habilidades operativas y diversificadas para ser un partner adecuado, además de fomentar la conectividad y la domiciliación", algo fundamental para sacar todo el partido posible a dispositivos como los que desarrolla Medtronic: implantables.
También Frederic Noel, vicepresidente internacional de la Cadena de Suministro, ha planteado su receta para mejorar la sostenibilidad, que requiere ingredientes como buscar más integración y aportar una plataforma de benchmarking entre los centros con mejores prácticas. Además, cree que hay que mejorar el flujo de los pacientes, las operaciones logísticas, la gestión de los recursos y la explotación e integración de las tecnologías de la información.

Todo esto lleva al hospital del futuro, algo de lo que se habla mucho en los últimos tiempos y que Medtronic está diseñando con centros como la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos. Frits van Merode, décano de Ciencias en el centro médico de dicha universidad, ha explicado que el reto es lograr un centro sostenible y accesible, que no combine largas esperas con infrautilización de recursos. Para ello se basa en medir numerosas variables, hasta los kilómetros que recorre el profesional sanitario. Puede parecer banal, pero muchas de las grandes mejoras proceden de pequeños cambios.


Dispositivos
Y cómo no, la mejora del sistema también se logra mediante nuevos dispositivos. Siempre que sea realmente disruptiva, los costes iniciales de la tecnología se verán recuperados con una mayor eficiencia. Dispositivos como Corevalve, para reparar válvulas cardiacas sin necesidad de cirugía abierta, y Ardian y Simplicity, para denervación renal en hipertensiones refractarias al tratamiento médico.

Para el final queda la promesa. Medtronic está diseñando un marcapasos que, con un tamaño diminuto, no lleve cables. Julián Pérez Villacastín, jefe de la Sección de Arritmias del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, ha incidido en la importancia de que sea wireless, lo que facilitará mucho su implantación, pues "el tamaño de los actuales ya es muy tolerable". El primer implante está previsto para finales de este año, aunque Pérez Villacastín cree que habrá que esperar hasta "coger experiencia con ellos".

MINIATURIZACIÓN Y ADQUISICIONES, RETOS PARA EL FUTURO


Fundada en 1949 en Minneapolis (ver DM del 25-I-2007), ciudad estadounidense que muchos españoles ya sitúan en el mapa gracias al jugador español de baloncesto Ricky Rubio, la empresa tecnológica Medtronic ha dado muchos pasos desde su inicio reparando dispositivos. Ahora mismo cuenta con más de 45.000 empleados -9.000 de ellos científicos- y facturó 15,9 mil millones de dólares en 2012. Eso hasta ahora, pero en lo que respecta a los años venideros, Rob ten Hoedt, presidente de la compañía para Europa, Oriente Medio, África y Canadá, ha anunciado las intenciones de Medtronic en varios frentes: tecnológicamente, desarrollar aún más la miniaturización; empresarialmente, adquirir nuevas compañías tecnológicas e introducirse más en los mercados emergentes -pieza clave será el nuevo presidente de la compañía, Omar Ishrak, nacido en Bangladesh-, y comercialmente, que "pasemos de que cada cuatro segundos un paciente reciba un dispositivo de Medtronic a que sean cinco los que lo reciban y cada segundo; no por dinero, sino porque eso significaría que hemos entrado de verdad en los países menos desarrollados".Parte de la estrategia de Medtronic se sustenta en la innovación europea. La sede de la compañía en el viejo continente se encuentra en Tolochenaz (Suiza), donde doscientas personas desarrollan parte de los dispositivos de Medtronic, fabricados a partir de componentes que salen en un 85 por ciento de los casos de infraestructuras de la propia compañía.Para ello parten de una premisa clara: fijarse en otro tipo de industrias, como la de los relojes, situada a tiro de piedra, y la automovilística, de la que han importado la cadena de montaje que mezcla grandes máquinas para procesos automáticos con doscientas personas -en dos turnos- que desarrollan la parte manual. Estos trabajadores, que cumplen el patrón suizo de integrar a varias nacionalidades, deben cumplir con la ética desde el inicio: la capacidad de reconocer que se ha cometido un error es fundamental.

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