"El real decreto es sólo una primera piedra; no pararemos en las reformas"

José Ignacio Echániz, secretario ejecutivo de Sanidad del PP y consejero de Castilla-La Mancha, ha defenddo a capa y espada la colaboración público-privada y auguró un futuro repleto de reformas. Cuando el real decreto quede implantado el Gobierno seguirá modificando estructuras y haciendo de la palabra cambio la bandera de la sanidad del futuro.

José A. Plaza | 23/05/2012 13:43

José Ignacio Echániz, Consejero de Sanidad de Castilla-la Mancha. (José Luis Pindado)

Oda a la sanidad privada y a sus crecientes posibilidades de colaboración con la pública la que ha regalado hoy el consejero de Sanidad de Castilla La-Mancha y secretario ejecutivo de Sanidad del PP, José Ignacio Echániz, en un encuentro sobre gestión de clínicas organizado por Asisa y Unidad Editorial. Visto el contexto es lo que toca, pero es cierto que Echániz ha puesto sobre la mesa un ideario que el PP lleva tiempo defendiendo: más peso para el ámbito privado. Juan Abarca, secretario general del IDIS y ponente en la jornada, no ha sido el único que, al escuchar a Echániz, ha dado a buen seguro palmas con las orejas.

El consejero, secretario ejecutivo de Sanidad y Asuntos Sociales de los populares a escala nacional, ha reflexionado sobre las reformas sanitarias del Gobierno y, en concreto, sobre el real decreto 16/2012. Lejos de situarlo como un punto y aparte, lo ha definido como "una reforma que no es la definitiva; sólo un paso importante, una primera piedra".

Más claro: "La sanidad del futuro debe ser cambio; las estructuras no deben dejar de transformarse". Transparente, de hecho: "No pararemos en el impulso reformista. Cuando se implante el real decreto seguiremos. Hay que vivir una permanente toma de decisiones; aunque a veces dé pena cambiar estructuras consolidadas, las hay nocivas".

El todo o nada
Consciente de que, más que un lavado de cara al sistema, quizá se estén removiendo sus cimientos, ha dejado poco margen a la especulación: "Nos jugamos el todo o nada con las reformas actuales. Hay que distraerse del ruido y los intereses que están creando, aunque en política no sea fácil".

Volviendo a la sanidad privada, le augura un sitio de honor en el futuro a corto plazo: "La sanidad debe huir de tabúes y políticas ideológicas mal entendidas. Lo privado, que no es ideología, debe tener más peso". Por si no quedaba claro, ha hilado una serie de epítetos a cada cual más laudatorio: "Es un complemento imprescindible, aliado estratégico primordial; eficaz, ahorradora, equitativa, innovadora...".

Sobre el real decreto ha concretado que "permite que la sanidad privada colabore con mutuas y servicios sanitarios europeos para configurar paquetes de asistencia destinado a los extranjeros que visitan España. La asistencia sanitaria a los 700.000 europeos que vienen cada año al país es una oportunidad extremadamente interesante para el ámbito privado".

Apuntalando sus palabras sobre tabúes sanitarios, ha añadido sin ambages que "la colaboración público-privada es una de las bases del modelo en el que cree el PP. Utilizar este tipo de modelo no es privatizar la sanidad". En una idea recurrente, pero no por ello menos cierta, ha alegado que "la sanidad no debe ser de izquierdas ni derechas, sólo buena y excelente".

Abrirse a otras realidades
Como ejemplo de que la colaboración público-privada no debe vincularse con color político alguno ha puesto el ejemplo de Andalucía, "que también está optando por este tipo de modelos, en los que la eficiencia es absolutamente clave". Ha potenciado sus palabras hablando de su comunidad: "En Castilla La-Mancha la sanidad privada es casi una mera anécdota: hay que abrirse a nuevas realidades". En plan Bogart, ha definido los acercamientos entre sanidad pública y privada como "el principio de una gran amistad". ¿Fin?