lunes, 16 de julio de 2012

Las plataformas genéticas "necesitan demostrar que su coste compensa" - DiarioMedico.com

Las plataformas genéticas "necesitan demostrar que su coste compensa" - DiarioMedico.com

son coste-efectivas desde la prevención

Las plataformas genéticas "necesitan demostrar que su coste compensa"

Los precios de las determinaciones de biomarcadores son aún demasiado altos, pero los ahorros futuros que permiten obtener las plataformas genéticas en términos de prevención de enfermedades y tratamientos evitados acabarán por dar la razón a los que piensan que se trata de herramientas con alto coste-efectividad.
Rosalía Sierra   |  16/07/2012 00:00


Las plataformas genéticas son herramientas predictivas que, en combinación con un fármaco, permiten dar un tratamiento personalizado en función de un biomarcador. Dado su alto precio, al que se suma el elevado precio de los fármacos, existen bastantes dudas sobre su coste-efectividad. Por ello "tenemos que demostrar que ese sobrecoste se compensa con las posibilidades de prevención derivadas del cribado", dice Antonio Ramírez de Arellano, especialista en Economía de la Salud y doctor por la Universidad de York (Reino Unido), que ha participado en el curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid titulado Medicina personalizada: aplicaciones prácticas, patrocinado por Ferrer.

Ramírez de Arellano ha planteado durante el curso dos ejemplos de plataformas genéticas para cáncer de mama y para patologías cardiovasculares. En las primeras, "la evidencia que existe acerca de su coste-efectividad es internacional, por lo que cuesta más implantarla", ha explicado a Diario Médico.
  • Lo habitual cuando no hay consenso sobre el tratamiento es optar por la medicina defensiva, y en España hay sobreprescripción de quimioterapia
A pesar de ello, ya se utilizan en algunas autonomías, como el País Vasco, que presentó ayer las conclusiones de su estudio piloto y su intención de extender el uso de estos test a todos los hospitales de la región.
Un factor importante, según el experto, es contar con el apoyo de los clínicos: "Debemos concienciar al oncólogo de que las plataformas genéticas no sustituyen su práctica clínica habitual, sino que le dan más información, sobre todo en pacientes en los que hay dudas acerca de si aplicar o no quimioterapia". Este grupo de pacientes, que puede llegar a ser el 40 por ciento del total, podría librarse de las consecuencias nocivas de un tratamiento que no les va a resultar efectivo y que, en la mayoría de los casos, recibirán a pesar de todo, dado que "lo habitual cuando no hay consenso sobre el tratamiento es optar por la medicina defensiva, y en España, como en la mayoría de los países del sur de Europa, hay sobreprescripción de quimioterapia".

Enfoque preventivo

Asimismo, Ramírez de Arellano cree que es básico cambiar de una vez por todas el enfoque de la Medicina de reactiva a preventiva. Esto es especialmente importante en el caso de los test genéticos de enfermedades cardiovasculares, dado que "por gastar 400 euros una vez en la vida se pueden reducir drásticamente los costes asociados a un futuro tratamiento, además de incrementar la calidad y esperanza de vida de los pacientes".

El coste-efectividad de estas plataformas cuenta con cierta evidencia, por lo que su uso se empieza a generalizar. La principal virtud de estos test consiste en afinar el riesgo cardiovascular de un individuo: "Una persona con un riesgo alto tiene un 25 por ciento de posibilidades de sufrir un infarto de miocardio, mientras que en los individuos clasificados como de riesgo medio este porcentaje se reduce al 7.

Sin embargo, la realidad es que "el 53 por ciento de los infartos se producen en individuos encuadrados en riesgo medio según los indicadores convencionales".

Sin embargo, la evidencia económica no parece ser suficiente para convencer a los clínicos y, sobre todo, a las autoridades sanitarias: "Las plataformas genéticas requieren estudios de validación a largo plazo, lo que supone entre cinco y diez años. Por su parte, los fármacos biológicos sólo necesitan un ensayo clínico con cohortes pequeñas durante unos seis meses. No es justo que haya tan diferentes niveles de exigencia".

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