martes, 25 de septiembre de 2012

"El SNS es el mayor logro social de este país: mantener su excelencia, eliminando las grandes áreas de ineficiencia existentes, sólo se puede hacer contando con los profesionales" ► El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad "El SNS es el mayor logro social de este país: mantener su excelencia, eliminando las grandes áreas de ineficiencia existentes, sólo se puede hacer contando con los profesionales"

"El SNS es el mayor logro social de este país: mantener su excelencia, eliminando las grandes áreas de ineficiencia existentes, sólo se puede hacer contando con los profesionales"

Septiembre de 2012 - Antonio Pais

El Dr. José Ramón González Juanatey, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha concedido una entrevista a EL MÉDICO

José Ramón González Juanatey (Noia, A Coruña, 1956) no necesita mucha presentación: su prestigio, bien labrado, como cardiólogo habla por él. En el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde ha desarrollado toda su carrera (es jefe de Servicio de Cardiología y de la Unidad Coronaria, director del Área Cardiovascular), predica con el ejemplo en lo que debe ser la formación integral del médico y la coordinación con otros ámbitos. Es catedrático de Cardiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago y ha creado desde su Servicio una amplia red de lucha contra la enfermedad cardiovascular en la que caben los profesionales de AP y de otras especialidades. Inmerso, por lo tanto, en la actividad profesional, docente e investigadora (sí se puede), desde finales de octubre de 2011 es el presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Un profesional, un cardiólogo. Aunque sea insistir en cosas ya dichas, lo cierto es que usted tiene una intensa vida profesional pero la clave es que parece disfrutar con ella.
Me gusta mucho lo que hago, sí, y puedo asegurar que no me aburro. En el hospital lo hago todo, desde las ocho y cuarto de la mañana hasta las siete de la tarde, hora a la que habitualmente me voy. Estoy muy bien en este hospital (el CHUS), hemos hecho todo un proyecto en el Área Cardiovascular, en Cardiología, y también a nivel docente e investigador: hay un área importante de investigación que está dentro del Instituto de Investigaciones Básicas de Santiago, acreditado por el Carlos III; una parte es de Cardiología, y en él se hace investigación básico-traslacional; también hay una parte de investigación clínica con registros de los pacientes que tratamos aquí y un área específica de ensayos clínicos.
Es decir, que aunque a veces parezca imposible de conseguir, se puede combinar la actividad profesional y la labor diaria con la docencia y la investigación...
Por supuesto, si se le dedica el tiempo que requiere. Está claro que es necesario crear un grupo de trabajo con sus correspondientes responsables. Aquí hay responsables en el área clínica: de agudos, de hemodinámica, de electrofisiología, de imagen, ambulatorio... la investigación también tiene sus responsables; y en la docencia hay profesores asociados que ayudan. Lo importante es establecer una planificación, marcar el papel que realiza cada uno, y para eso se necesita tiempo en el día a día para planificar las cosas y ver cómo evolucionan. Evidentemente, sería más complicado si no se le dedica ese tiempo... pero además, el resultado es muy gratificante.
Y a finales del mes de octubre del año pasado fue usted elegido presidente de la SEC, aunque el cargo no lo ostentará plenamente hasta dentro de un año. ¿En qué consiste su labor durante estos dos años?
Son dos años de presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología y otros dos de presidente como tal. Durante los dos años de presidente electo te encargas de toda el área de formación continuada de la Sociedad, fundamentalmente, además de formar parte del Comité Ejecutivo y de realizar diferentes actividades; pero específicamente el presidente electo se encarga de la formación continuada y eso también requiere bastante trabajo y dedicación, tanto para mantener toda la formación continuada que la SEC ya tiene como, sobre todo, para poner en marcha nuevos proyectos.
¿Puede explicar cuáles son estos nuevos proyectos formativos?
Fundamentalmente son proyectos de educación, de formación continuada 'on line', tipo másters, cursos de especialidad... acreditados por universidades españolas, porque ésta es la vertiente que le queremos dar: tener acreditación dentro de la Sociedad pero también acreditación externa, de las universidades españolas y del sistema sanitario, buscando un catálogo de formación continuada tanto en Cardiología general como en áreas específicas. Estamos poniendo en marcha un máster de agudos cardiológicos; otro de rehabilitación en Cardiología; otro de insuficiencia cardiaca; otro de metodología de investigación, que hacemos de forma conjunta con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI); dos de fibrilación auricular: básica (junto a la SEMI y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias) y avanzada; y dos de electrocardiografía: uno básico, que hacemos también junto a la SEMI, y otro avanzado, exclusivamente nuestro.
Expandir la formación continuada
Destaca la presencia de otras sociedades científicas en estas tareas de formación...
Dentro de todas estas actividades, lo que pretendemos es expandir la formación continuada más allá del ámbito de la Cardiología, llevarla al mundo de la Medicina cardiovascular, a sus profesionales: también Enfermería, técnicos (sobre todo de imagen), médicos de Atención Primaria, internistas, otros especialistas... trabajar de forma conjunta en la formación con profesionales que tienen interés y desarrollan su trabajo en el área cardiovascular. Y una cuestión muy importante es intentar expandir a Latinoamérica las actividades de formación continuada de la SEC, que es un referente para los profesionales latinoamericanos: muchos de sus cardiólogos realizan su formación presencial en España, la vinculación es muy estrecha y nosotros deberíamos también ofrecer algo. Y en eso estamos, en estos momentos tenemos dos másters, que elaboramos de forma junta con las sociedades mejicana y argentina de Cardiología, pero nuestro objetivo es que los programas de formación, e incluso nuestro Congreso Nacional de Cardiología, sean también la referencia en formación continuada para los cardiólogos latinoamericanos.
En definitiva, va a estar usted muy volcado en la formación. ¿Y después de esta etapa como presidente electo?
Entonces ya deberé hacerme cargo de las cuestiones más institucionales de la SEC, de relación con otras sociedades científicas, de puesta en marcha de otro tipo de proyectos... en este último caso, pretendo llevar a cabo proyectos fundamentalmente dirigidos a la calidad asistencial en Medicina cardiovascular, a garantizar que el sistema sanitario español continúe ofreciendo excelencia e incorporando la innovación: éste es uno de los grandes retos que tendré durante el periodo que esté al frente de la SEC; ya lo es ahora, pero fundamentalmente en el periodo de los dos últimos años la calidad asistencial será una de mis mayores preocupaciones, porque no hay duda de que el sistema sanitario público español es el mayor logro social que hay en este país, un logro que en este momento está garantizando excelencia e incorporación de la innovación al conjunto de los ciudadanos, con independencia de su nivel económico, de su nivel social...
Áreas de ineficiencia
Es un gran logro aunque, ahora que tanto se habla de la sostenibilidad del sistema sanitario, también es mejorable...
Hay muchas áreas en las que el sistema sanitario podría ser más eficiente. Normalmente siempre estamos concentrados en los fármacos, en los dispositivos, y ahí hay mucho que hacer, pero hay grandes áreas de ineficiencia del sistema: actos médicos y consultas repetidas, incluso hospitalizaciones, que no aportan valor al proceso diagnóstico-terapéutico. Debemos reducir el gasto y la dedicación de recursos a esas áreas que no aportan valor al paciente. También hay muchas pruebas complementarias (Cardiología exige muchas), y sabemos que hay una proporción importante de ellas que no son necesarias para un adecuado proceso diagnóstico y terapéutico.
La fórmula, la solución frente a estas bolsas de ineficiencia, los profesionales la suelen tener bastante clara aunque, por regla general, tampoco se les escucha.
Debemos trabajar, los profesionales y, en este caso, el área de cardiovascular y la SEC, de la mano de la Administración y de los gestores e intentar que éstos se concentren en excluir del sistema lo que no aporta valor. Ésta será la única forma para poder seguir ofreciendo Medicina de calidad a la población. Porque si esto sigue así, si no se excluye del sistema lo que no aporta valor, no es eficiente pero sí que cuesta, podemos transformar el sistema en una especie de asistencia social en el que cuando alguien quiera tener Medicina de calidad tenga que pagársela, recurrir a la Medicina privada. Actualmente, en España esto no es así, como decía, el sistema sanitario público es el mayor logro social y mi objetivo prioritario será contribuir, trabajando junto a la Administración, a que nos desprendamos de lo que es superfluo para poder seguir ofreciendo excelencia e incorporando la innovación al sistema sanitario.
Un mensaje claro que se podría trasladar en estos momentos: menos recortes a los profesionales, a la asistencia, y más contar con ellos para atajar esas áreas de ineficiencia.
Es que esto, o viene de la mano de los profesionales, o nadie lo puede arreglar. Los profesionales somos básicos para resolver las deficiencias del sistema. Obviamente, hay que trabajar de forma conjunta con los responsables de la gestión. Pero unos y otros debemos reflexionar sobre que tenemos muchas áreas de ineficiencia del sistema donde se están destinando recursos que no repercuten en una mejora asistencial a la población. Eso debe solucionarse para que los recursos puedan dirigirse a lo que realmente aporta valor: protocolizar, ver cómo tiene que circular el paciente en el sistema y ajustar los actos médicos, las pruebas complementarias y los tratamientos a lo que la evidencia científica dice que debe hacerse. Haciéndolo así, yo estoy convencido de que el sistema podría y debería de sostenerse, alcanzando además la gran meta que tiene: ofrecer Medicina de calidad al conjunto de la población, con independencia de su nivel económico o social.
Colaboración con AP
En el objetivo de mantener la excelencia borrando pruebas complementarias o consultas superfluas, y en definitiva, de luchar bien contra la enfermedad cardiovascular, es vital la coordinación asistencial entre niveles. Usted ha dado ejemplo en Galicia de cómo pueden trabajar juntos Cardiología y Atención Primaria.
Es que si las enfermedades cardiovasculares afectasen a una pequeña proporción, una especialidad sola podría pretender darle solución. Pero ante la enfermedad cardiovascular, o trabajamos de forma conjunta y ordenada o no conseguiremos objetivos. Debemos trabajar juntos, estableciendo cómo debe circular el paciente dentro del sistema sanitario, sobre todo, con la Atención Primaria pero también con Medicina Interna o de Urgencias y no sólo con médicos sino también especialmente con la Enfermería, que en Cardiología juega un papel fundamental. Y trabajar con guías clínicas y protocolos en procesos asistenciales, que en Cardiología son cuatro: cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y enfermedades valvulares del corazón.
La experiencia implantada en el CHUS va por esta vía...
En el Clínico de Santiago tenemos los procesos organizados así, y eso nos ha permitido que, por ejemplo, la espera para primeras consultas sea de quince días, cuando hace años había una espera injustificable... y aun así debemos seguir optimizando, porque nosotros vemos la mitad de las consultas que no deberíamos ver. Después del verano vamos a poner en marcha un proyecto por vía informática de recogida, en primer lugar, de la información, y de lo que el médico de AP u otro especialista requiere, sin citar directamente al paciente. Antes que nada hay que tener la información, y si con ella podemos resolver muchos problemas sin necesidad de que el paciente se mueva de su domicilio descenderá la presión asistencial. En Cardiología tenemos una iniciativa muy importante, que es la del acto único: el cardiólogo que ve al paciente tiene que realizarle las pruebas básicas, no puede pedírselas a otro profesional, y hacerlo en el mismo día. Eso reduce la espera de pruebas, optimiza la petición de éstas y el paciente sale de la consulta con un diagnóstico y un plan terapéutico. Esto debería extenderse al conjunto de la Cardiología, se logra fácilmente con apoyo de la Enfermería y con una tecnología básica. Se le da agilidad al proceso asistencial, se eliminan costes y bolsas de ineficiencia y se preserva el actual sistema sanitario.
La base en la que insiste usted, en todo caso, es resolver los problemas de salud en el nivel adecuado...
La premisa es que hay que resolver en el nivel asistencial adecuado, es una de las bases para solucionar la ineficiencia: no puede ser que pacientes cuyo problema se tiene que resolver en Atención Primaria lleguen al hospital, y viceversa. Y la especialidad debe dar una vía de consulta en AP: ir al cardiólogo al centro de salud, abrir una vía telemática... aquí tenemos la figura del cardiólogo consultor, cada centro de salud tiene un cardiólogo de referencia con el que se puede poner en contacto. Hay que resolver la ineficiencia, pero sólo liderando desde el punto de vista profesional lo podremos conseguir: los profesionales tenemos la responsabilidad de hacerlo, no podemos esperar que nos resuelvan el problema los gestores.
La troncalidad y las ACEs
Volviendo a la formación, el aspecto en el que usted va a estar más centrado estos dos años de presidente electo, ¿cómo ve la llegada de la troncalidad, sobre todo si el nuevo sistema de formación especializada concede a Cardiología el tiempo de formación necesario?
A mí me parece razonable el tiempo previsto. Lo que sí debe haber es, después de la formación general, áreas de acreditación específica... que es también a lo que se tiende en la troncalidad. En Cardiología debe haber acreditaciones especiales, programas específicos que en este momento ya hay para Hemodinámica o Electrofisiología, pero que deberían extenderse a otras áreas: para los profesionales que quieran dedicarse a los agudos cardiológicos o a la imagen, por ejemplo. Serían subespecializaciones dentro de la Cardiología, que requieren un aprendizaje técnico específico
Usted ha puesto énfasis en la implicación de tutores y residentes en la formación.
También hay que concentrarse en la gente más joven, implicarlos en lo importante que es la formación continuada, no sólo para su carrera profesional sino para la calidad asistencial. Hay que implicar a los residentes y a los tutores con actividades específicas para ambos. Ahora la SEC va a poner en marcha programas específicos para residentes, rotación por hospitales dentro del SNS, también de la mano de sus tutores. Mi objetivo es extender al máximo la formación no presencial, 'on line', así como mantener la presencial en la Casa del Corazón de Madrid. Y una iniciativa que estamos poniendo en marcha es la descentralización de la formación presencial, algo que ya existía pero que es necesario expandir: no sólo debe darse en la sede de la SEC, sino también aprovechar cursos que se hacen en hospitales y otros centros de todo el país: que se hagan de forma conjunta con la SEC para ofrecer formación continuada de alta calidad.
Un aspecto a destacar: la acreditación de estas actividades formativas.
Esto es muy importante. Hay que ir hacia la reacreditación profesional. De esto llevamos muchos años hablando, pero en España estamos aún "en pañales". Aquí no es obligatorio reacreditarse para el ejercicio profesional, y esto es básico para garantizar la calidad asistencial; todos tenemos que ser conscientes de ello. Yo soy cardiólogo, y cada equis tiempo debería reacreditarme, tener una evaluación para comprobar que mis conocimientos están en la Cardiología de hoy y no en la de hace diez años, eso lo entiende cualquiera pero en el sistema sanitario vamos excesivamente lentos. Mi intención en la SEC, con universidades españolas, con los sistemas de acreditación autonómicos (que la acreditación está bastante descentralizada en España) y con las sociedades autonómicas de Cardiología, es trabajar en una certificación de la formación continuada de calidad. Reacreditar y reevaluar los conocimientos de los profesionales de la salud es una urgencia, creo que una de las mayores de nuestro sistema sanitario.
¿A usted le preocupa el exceso de alumnos que entran cada año en las facultades de Medicina españolas y su comparación con el número de plazas MIR que se ofrece?
En la Cardiología en este momento no existe paro médico significativo, aunque sí me preocupa esta cuestión. De todas formas, creo que la Cardiología en España debe salir de lo que podríamos llamar su ámbito de actuación "clásico". No es de recibo que los cardiólogos no estén implicados directamente en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento intrahospitatalario de los agudos cardiológicos, como sucede ahora en muchos hospitales. En el ámbito de las enfermedades del corazón, para estos pacientes agudos éste es el momento más crítico de su evolución y los cardiólogos somos indispensables para su tratamiento, diagnóstico y seguimiento. La Cardiología española debe pensar si debe reposicionarse en este aspecto: hay que trabajar conjuntamente con otros profesionales, sobre todo con los internistas, pero los cardiólogos no pueden quedarse al margen del proceso diagnóstico y terapéutico. El ejercicio de la Cardiología tiene limitaciones en el Estado español que es necesario reconducir, y el área básica son los agudos cardiológicos.

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