jueves, 20 de septiembre de 2012

Nuevas necesidades en Sanidad ▲ El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad Nuevas necesidades en Sanidad


Nuevas necesidades en Sanidad

Septiembre de 2012 - Francisco Miralles Jiménez. Secretario general de CESM

Expectativas profesionales que no se han cumplido; la relación médico-paciente que, ajena a motivos causados por ellos mismos, se deteriora; el incremento de la responsabilidad que no ha ido, justamente, como debiera de la mano del aumento del reconocimiento a una profesión vocacional de servicio a los ciudadanos; y una deuda sanitaria por encima de los 17 millones de euros. Son algunos de los problemas de nuestro SNS

El Sistema Nacional de Salud arrastra problemas históricos y acumula dificultades nuevas que necesitan, ahora más que nunca, que todos los agentes involucrados en el funcionamiento de nuestra Sanidad, trabajemos juntos para seguir manteniendo un sistema reconocido como uno de los más eficientes del mundo.
Políticos, gestores, profesionales y pacientes. Cada uno, desde su capacidad, ámbito, responsabilidad y compromiso, podemos hacerlo mejor, con lo que ya tenemos, optimizando cada recurso y priorizando las necesidades, oponiéndonos ferozmente a las medidas innecesarias que supongan el deterioro de la calidad asistencial.
Las soluciones, que existen y que los médicos conocemos, son además panacea para salvar el sistema en su globalidad, y no para buscar salidas momentáneas ante problemas específicos.
Las soluciones, que son aplicables a corto plazo y con resultados a largo, son:
1. Sacar la Sanidad pública del debate político, porque nuestras autoridades sanitarias no pueden utilizar la salud de los ciudadanos como arma política, ni con fines partidistas. Nuestros equipos de gobierno, sean del ámbito que sean, y asuman las competencias que asuman, están en el poder porque los ciudadanos los hemos puesto ahí, por lo que deben proteger la salud de todos, independientemente de sus creencias políticas, religiosas, económicas o de cualquier otra índole.
2. Es imprescindible garantizar el sistema sanitario público y, para ello, todos los partidos políticos tienen que comprometerse  en la elaboración y firma de un gran pacto. Un acuerdo que se produzca y ejecute de forma urgente y sin excusas. Cuanto antes, entre, por y para todos.
3. A partir de aquí, el sistema sanitario público ha de convertirse en lo más sagrado de nuestro Estado del Bienestar, pese a que seguirá padeciendo dolencias, ya que es un sistema vivo y dinámico, que nos permite dar cobertura las 24 horas, durante los 365 días del año, a los más de 47 millones de españoles.
4. Hay que profesionalizar la gestión sanitaria y democratizar más la participación de los ciudadanos en los servicios regionales de salud. Porque ha quedado demostrada la ineficiencia de los gestores no profesionales, porque tienen que actuar bajo criterios profesionales y ser independientes de los poderes políticos, explicando las decisiones que toman, argumentándolas con realismo. Los gestores van a tener que hablar y exponer las situaciones y decisiones con los profesionales en sus centros de trabajo, y  van a tener que consensuar y actuar in situ. Tendrán que generar alianzas entre sanitarios y políticos en defensa de la asistencia que reciben los usuarios.
5. El motor del sistema son los profesionales sanitarios, sobre todo los de mayor cualificación, es decir, médicos y médicas y enfermeras y enfermeros, pero aunando esfuerzos con el resto de las profesiones sanitarias. Todos los estamentos somos necesarios y, desde cada uno de nuestros ámbitos, tenemos la obligación moral de ser los mejores, los más preparados, los más eficientes, colaboradores con el resto de compañeros y serviciales con nuestros pacientes. Un engranaje perfectamente engrasado en el que cada una de sus piezas optimiza esa multitud de acontecimientos que llenan nuestros días en los centros sanitarios.
6. Los ciudadanos y ciudadanas de España son los dueños y dueñas de nuestro Sistema Nacional de Salud, y ya han dicho en numerosas ocasiones que su financiación ha de venir vía impuestos. Así, los usuarios tienen que comprometerse en el uso racional de los servicios sanitarios, las urgencias, las consultas de Atención Primaria y Especializada, o las medicinas que nos recetan los facultativos.
Hoy, aunque el balance negativo de las cuentas sanitarias y la situación estancada de la Sanidad pública están demostrados, nuestros políticos y gestores continúan vagando a ciegas por un camino erróneo, ignorando la necesidad de un Gran Pacto por la Sanidad. Pero nuestra responsabilidad, la de los profesionales, sigue intacta, firme y valiente, por lo que tendremos que tomar el mando de esta nave a la deriva, buscando el apoyo de nuestros pacientes para frenar, sin alternativas, esta oleada de recortes sin sentido. Porque sin médicos no existe la Sanidad y porque el paciente siempre ha sido, es y será el eje en el que gira nuestro sistema sanitario, sin perder jamás de vista que el criterio asistencial prevalece sobre el económico y que el compromiso del médico recae en el paciente. Así, tomaremos las medidas de fuerza necesarias para que las autoridades sanitarias se sienten con ciudadanos y profesionales a hablar de un pacto que deje de poner en peligro nuestro Sistema Nacional de Salud, a la altura de los mejores usuarios.

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