martes, 4 de septiembre de 2012

"Tú lo tienes todo. Ellos no tienen nada" - DiarioMedico.com

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TERESA BUTRÓN Y JOSÉ ANTONIO PASCUAL

"Tú lo tienes todo. Ellos no tienen nada"

No tener nada. Este es el requisito para que personas de países en vías de desarrollo sean atendidas por los profesionales que conforman la fundación española Cirujanos en acción.
Raquel Serrano Velázquez   |  04/09/2012 00:00

José Antonio Pascual y Teresa Butrón
José Antonio Pascual y Teresa Butrón, cirujanos del Hospital 12 de Octubre, de Madrid. (Lenda)

Siete cirujanos y dos anestesistas de hospitales madrileños capitanean Cirujanos en acción, una fundación independiente española que surge tras varias colaboraciones en campañas con otro grupo británico, el Operation Hernia Foundation, interviniendo patología de la pared abdominal en zonas deprimidas de países emergentes y en vías de desarrollo. El pasado mes de junio, Cirujanos en acción realizó en solitario su primera misión quirúrgica en Ecuador, concretamente en Santo Domingo de los Tsachilas, según dos de sus fundadores, Teresa Butrón y José Antonio Pascual, de Cirugía General B del Hospital 12 de Octubre, de Madrid.


La Fundación va viento en popa...
-T.B.: Somos muy optimistas y estamos haciendo un gran esfuerzo para organizar dos misiones más este año. Además de la inaugural en Ecuador, este mes iremos dos semanas a unos suburbios del norte de Lima, en Perú, y en diciembre, en cooperación con Operation Hernia, a Eruwa, en Nigeria, zona donde hicimos la primera campaña y en la que volveremos al centro del doctor Awoyobi, quien está desplegando una tarea encomiable en su país.
  • Cuando operas a una persona la has ayudado a ella, pero también a una familia entera porque en esos países, si no se trabaja no se come
¿Qué motivación impulsa a realizar misiones de este tipo?-J.A.P.: Para mí está muy claro: en los países desarrollados nos sobra de todo y allí la gente no tiene nada. Lo pasas mal, corres peligro de infecciones y de contaminación. No hay que olvidar, por ejemplo, que en Nigeria más del 30 por ciento de la población tiene sida. Pero acabas volviendo.
-T.B.: Hay que contribuir, poner tu granito de arena y mejorar la vida de alguna persona. Pero es que, además, por cada persona que operas ayudas a una familia entera, porque si no trabajan no comen. El mundo no se soluciona, pero mejora.
¿Ha habido algún caso, alguna situación que les haya conmovido especialmente?-T.B.: En Nigeria había un niño de unos siete años con el cuerpo quemado que llevaba en el centro sanitario cerca de ocho meses. Nos seguía a todos lados, siempre con una sonrisa. En este país fuimos también a un hospital gubernamental que carecía de agua y de luz. En una de las salas había una muchacha -no debía alcanzar los 20 años- que acababa de parir y a la que se le había desgarrado el periné, a la que se ayudó lo mejor que se pudo. Sin embargo, siempre merece la pena seguir.
-J.A.P.: A mí me sobrecogen, por ejemplo en Ecuador, los niños de suburbios abandonados por su familia y que ya están solos con seis o siete años; esos niños son carne de todo.
¿Qué necesidades prioritarias tiene la fundación?-T.B.: La fundación ha comenzado su andadura en una situación de crisis generalizada. Intentamos conseguir aportaciones económicas.
-J.A.P.: Necesitamos colaboraciones, aunque sea un euro por persona.
Muchos de los profesionales de la fundación son jefes de servicio. ¿Predicando con el ejemplo?
-T.B.: Sí, es cierto. Pero lo importante de esto es que su ejemplo, precisamente, puede influir sobre otros médicos para que se hagan voluntarios.
Etiopía y la India están entre los posibles futuros destinos de la fundación.
-T.B.: Sí, lo estamos estudiando. El único requisito que exigimos es que los enfermos a los que vamos a asistir tengan necesidad real de ser operados y que no paguen nada por ello. En Ecuador, por ejemplo, tratar una hernia puede costar hasta 800 euros, impensable para personas sin recursos.
¿Se sienten pagados de alguna forma?-J.A.P.: Con la satisfacción. Tú les ayudas a ellos ofreciéndoles asistencia médica sin ningún coste, pero ellos te ofrecen cariño, reconocimiento... En Ecuador puedes comunicarte con las personas que tratas, pero en Nigeria, con el obstáculo del idioma, son las miradas las encargadas de agradecerte lo que estás haciendo.

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