fallo del TSJ de Asturias
"El esquizofrénico no puede responsabilizarse él solo de su medicación"
José Carlos Fuertes Rocañín, psiquiatra y máster en Medicina Forense y Derecho Sanitario, reconoce que el paciente que describe el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias necesitaba un control periódico.
S.V. | soledad.valle@unidadeditorial.es | 22/10/2012 00:00
"El enfermo esquizofrénico presenta una falta de conciencia sobre su enfermedad que hace necesario un estricto y continuado control externo que permita garantizar el cumplimiento terapéutico", ha dicho José Carlos Fuertes Rocañín, psiquiatra y máster en Medicina Forense y Derecho Sanitario.
Sobre la responsabilidad de ese control, Fuertes Rocañín hace referencia a los protocolos de actuación vigentes que, según apunta, desaconsejan "dejar solo en manos del enfermo psicótico el tratamiento de su enfermedad, ni echar todo el peso del cumplimiento terapéutico sobre su familia".
Solo ante su suerte
En base a su experiencia, señala que el abandono del enfermo a su suerte "conducen, con excesiva frecuencia, y como la experiencia clínica nos demuestra, al abandono total del tratamiento o a una infradosificación y, por lo tanto, a la aparición de recurrencias, agravamientos o descompensaciones que en este tipo de enfermedades afectan no sólo al paciente, sino también lo pueden hacer sobre otras personas que nada tienen que ver con el paciente", como ocurrió en el caso juzgado.
Ley de Autonomía
El facultativo señala que "la Ley de Autonomía del Paciente en su artículo 9 contempla como excepción al consentimiento informado la existencia de un riesgo inmediato y grave para la integridad psíquica del enfermo, que posibilita la imposición de un tratamiento en contra de su voluntad.
En cuanto a la responsabilidad de la Administración, Fuertes Rocañín afirma que "tiene la función de garante del bien social y debe proporcionar la mejor asistencia posible al enfermo mental, que incluye asegurar, mediante controles periódicos, que el cumplimiento terapéutico es el más adecuado y eficaz".
Sobre la responsabilidad de ese control, Fuertes Rocañín hace referencia a los protocolos de actuación vigentes que, según apunta, desaconsejan "dejar solo en manos del enfermo psicótico el tratamiento de su enfermedad, ni echar todo el peso del cumplimiento terapéutico sobre su familia".
Solo ante su suerte
En base a su experiencia, señala que el abandono del enfermo a su suerte "conducen, con excesiva frecuencia, y como la experiencia clínica nos demuestra, al abandono total del tratamiento o a una infradosificación y, por lo tanto, a la aparición de recurrencias, agravamientos o descompensaciones que en este tipo de enfermedades afectan no sólo al paciente, sino también lo pueden hacer sobre otras personas que nada tienen que ver con el paciente", como ocurrió en el caso juzgado.
Ley de Autonomía
El facultativo señala que "la Ley de Autonomía del Paciente en su artículo 9 contempla como excepción al consentimiento informado la existencia de un riesgo inmediato y grave para la integridad psíquica del enfermo, que posibilita la imposición de un tratamiento en contra de su voluntad.
En cuanto a la responsabilidad de la Administración, Fuertes Rocañín afirma que "tiene la función de garante del bien social y debe proporcionar la mejor asistencia posible al enfermo mental, que incluye asegurar, mediante controles periódicos, que el cumplimiento terapéutico es el más adecuado y eficaz".
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