COMPUESTO POR DOCE MIEMBROS
El Comité de Bioética: un órgano consultivo al que consultan poco
El Gobierno no ha remitido ninguna pregunta a la institución desde su creación en 2008. Los doce miembros han organizado su propia agenda abordando cuestiones de actualidad.
Soledad Valle. Madrid | soledad.valle@unidadeditorial.es | 21/01/2013 00:00
Si el renovado Comité de Ética de España recibiera el doble de consultas por parte de los órganos institucionales de las que tuvo que responder durante su anterior etapa no recibiría ninguna. Pues el doble de nada es nada.
De modo que resulta indiscutible la poca utilidad que se está dando al comité. Algunos de sus miembros hablan de que "es un comité semiclandestino". Son doce los que componen esta institución, de los cuales tres estaban en la anterior etapa. El resto ha sido renovado siguiendo lo que la ley establece para ello.
Entre las cuestiones pendientes está la elección del presidente que, de acuerdo con la Ley de Investigación Biomédica, lo nombrará la ministra entre sus doce miembros. Así ocurrió en 2008, cuando echó a andar, pero, según apuntan algunos de los expertos que lo forman, después se elaboró una regulación interna en la que figuraba que la elección del presidente debería hacerse por mayoría.
Motivos para estar
En todo caso, formar parte de este comité no lleva asociada ninguna remuneración económica, más allá del pago de los gastos en los que incurran sus miembros cuando tienen que desplazarse a las reuniones que se celebran periódicamente, y que suelen ser en Madrid.
Dejando aparte el interés académico, intelectual y la proyección curricular asociada a un cargo de esta naturaleza, Romeo Casabona afirma: "Estoy totalmente de acuerdo con que el Comité no ha sido muy útil. Mi esperanza e ilusión es que en esta nueva etapa tenga una mayor presencia en la sociedad y eso depende mucho de los órganos institucionales". Reconoce que en España "el poder político no le ha hecho caso, a diferencia de la utilidad que esta institución ha tenido en otros países".
El resto del mundo
A esta cuestión se refiere también Nombela, cuando señala que "todos los países europeos y también Estados Unidos tienen un Comité de Bioética, como un órgano independiente formado por expertos", y espera que "ahora y en el futuro el comité sea consultado, lo que no significa que se tengan que tomar sus recomendaciones al pie de la letra".
A pesar de la falta de encargos que recibió por parte de las instituciones políticas, no estuvo parado. Entre los trabajos que por iniciativa propia realizó el órgano consultivo está un dictamen ético sobre la ley del aborto y otro sobre la objeción de conciencia. En los dos casos se dio una visión en sintonía con la regulación del Gobierno en estas cuestiones y, en los dos casos, Nombela emitió un voto particular en contra, como recuerda.
El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo destaca la capacidad del Comité de organizarse el trabajo, su agenda y elaborar informes de interés general, "como el trabajo en el que se planteaban las buenas prácticas en la investigación".
Dudas razonables
Además, apunta la "notable vigencia de las cuestiones bioéticas", y "la continua evolución de esta disciplina "generando nuevos interrogantes sobre los que espero que el Comité pueda trabajar".
De modo que si las dudas bioéticas son más que razonables, no hay que temer preguntar.
De modo que resulta indiscutible la poca utilidad que se está dando al comité. Algunos de sus miembros hablan de que "es un comité semiclandestino". Son doce los que componen esta institución, de los cuales tres estaban en la anterior etapa. El resto ha sido renovado siguiendo lo que la ley establece para ello.
- "Espero que en esta nueva etapa tenga una mayor presencia en la sociedad, lo que depende mucho de los órganos institucionales", apunta Carlos Romeo
Entre las cuestiones pendientes está la elección del presidente que, de acuerdo con la Ley de Investigación Biomédica, lo nombrará la ministra entre sus doce miembros. Así ocurrió en 2008, cuando echó a andar, pero, según apuntan algunos de los expertos que lo forman, después se elaboró una regulación interna en la que figuraba que la elección del presidente debería hacerse por mayoría.
Motivos para estar
En todo caso, formar parte de este comité no lleva asociada ninguna remuneración económica, más allá del pago de los gastos en los que incurran sus miembros cuando tienen que desplazarse a las reuniones que se celebran periódicamente, y que suelen ser en Madrid.
- "La Bioética es una disciplina en continua evolución, lo que genera muchas dudas e interrogantes que esperamos responder desde el Comité", dice César Nombela
Dejando aparte el interés académico, intelectual y la proyección curricular asociada a un cargo de esta naturaleza, Romeo Casabona afirma: "Estoy totalmente de acuerdo con que el Comité no ha sido muy útil. Mi esperanza e ilusión es que en esta nueva etapa tenga una mayor presencia en la sociedad y eso depende mucho de los órganos institucionales". Reconoce que en España "el poder político no le ha hecho caso, a diferencia de la utilidad que esta institución ha tenido en otros países".
El resto del mundo
A esta cuestión se refiere también Nombela, cuando señala que "todos los países europeos y también Estados Unidos tienen un Comité de Bioética, como un órgano independiente formado por expertos", y espera que "ahora y en el futuro el comité sea consultado, lo que no significa que se tengan que tomar sus recomendaciones al pie de la letra".
A pesar de la falta de encargos que recibió por parte de las instituciones políticas, no estuvo parado. Entre los trabajos que por iniciativa propia realizó el órgano consultivo está un dictamen ético sobre la ley del aborto y otro sobre la objeción de conciencia. En los dos casos se dio una visión en sintonía con la regulación del Gobierno en estas cuestiones y, en los dos casos, Nombela emitió un voto particular en contra, como recuerda.
El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo destaca la capacidad del Comité de organizarse el trabajo, su agenda y elaborar informes de interés general, "como el trabajo en el que se planteaban las buenas prácticas en la investigación".
Dudas razonables
Además, apunta la "notable vigencia de las cuestiones bioéticas", y "la continua evolución de esta disciplina "generando nuevos interrogantes sobre los que espero que el Comité pueda trabajar".
De modo que si las dudas bioéticas son más que razonables, no hay que temer preguntar.
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