Cuatro conflictos atrapan al Oncológico
La pugna entre EH Bildu y el PNV, la situación de la Obra Social de las cajas, el modelo sanitario y los recortes enredan el futuro del hospital donostiarra
Mikel Ormazabal San Sebastián 24 FEB 2013 - 20:29 CET
El futuro del Instituto Oncológico de San Sebastián, un centro que gestiona Kutxa, referente en Euskadi en la detección y tratamiento del cáncer, ha terminado por caer en las redes de la disputa política y, a la vez, ha resucitado el debate sobre el modelo de la sanidad vasca y la colaboración existente entre el sistema público y el privado.
A ello se añaden los recortes en los presupuestos de las Administraciones y el descenso en los fondos destinados por las cajas vascas a su Obra Social, todo lo cual coloca al Oncológico en una complicada encrucijada de polémicas.
EH Bildu, que ha encontrado en este asunto una vía abierta para presionar y dirigir sus críticas al PNV, encendió las alarmas al alertar del “riesgo de privatización” del Oncológico con las decisiones que está tomando la dirección de Kutxa, controlada por los peneuvistas.
El cuerpo de médicos del citado hospital (59 facultativos) manifestaron en un escrito dirigido a Osakidetza y a los responsables de la caja su preocupación por las “pérdidas económicas e incertidumbre” del centro ante los “cambios de estrategia” que se están operando en el mismo.
En el fondo, se abre la discusión sobre la continuidad del Oncológico como un centro privado, aunque con vocación de servicio público, controlado por Kutxa o que pase a ser dirigido y gestionado por las autoridades sanitarias vascas, como reclaman los médicos.
La coalición abertzale planteó el pasado viernes en el Parlamento que el hospital deje de estar concertado y se integre en Osakidetza para “cerrar definitivamente las puertas” a su posible privatización.
Los interpelados, tanto Kutxa como Salud, han rechazado de plano esta fórmula y apuestan por mantener la colaboración mediante conciertos que se renuevan periódicamente. El convenio en vigor, que expira este año, supone que el Gobierno vasco aporta cerca del 85% del presupesto del Oncológico, que el año pasado ascendió a 30 millones de euros. El resto (3,5 millones en 2013) lo aporta Kutxa a través de la Obra Social.
Salud tiene la “voluntad clara”, según recalcó su titular, Jon Darpón, en la Cámara de “firmar un concierto a largo plazo para dotar de estabilidad económica y asistencial” al Oncológico.
Su departamento se encuentra incluso dispuesto a ampliar la colaboración siempre que se garantice la “complementariedad” del centro con los servicios que prestan este centro y el Hospital Donostia. En ello coincide plenamente con el presidente de la caja, Xabier Iturbe. Darpón asegura: “No debemos olvidar que es un centro privado que forma parte de la Obra Social de Kutxa”.
Al respecto, el doctor Iñigo Jaca, director del Oncológico durante 17 años hasta que fue relevado hace cuatro, opina que este hospital es víctima de “las trabas que pone Osakidetza para que accedan los pacientes”. Lamenta que el Consejo Asesor del Cáncer no se reuniese en los últimos cuatro años, coincidiendo con la gestión socialista en el Ejecutivo, lo que, a su juicio, ha provocado “numerosas duplicidades” y “falta de una planificación integral”. Y añade: “El consejero [Darpón] ha sido claro al apostar por la sostenibilidad del Oncológico, pero eso se demuestra no poniendo limitaciones en el acceso de los pacientes”.
Sobre el futuro del Oncológico, EH Bildu sospecha que Kutxa está adoptando decisiones “encaminadas a una progresiva privatización”, según Ainhoa Beola, miembro del consejo de la caja.
Entre estas medidas incluyen el fichaje en noviembre pasado de Almudena Moreno, gerente de la Plataforma de Ensayos Clínicos Caiber, para ser directora y gerente del Oncológico. Su nombramiento fue comunicado justo antes de celebrarse la polémica asamblea de Kutxa en la que fue reelegido Iturbe, posteriormente impugnada en los tribunales por Bildu.
La coalición también observa “sombras” en la contratación, en las mismas fechas, de “un grupo de asesores oncológicos” dirigido por el doctor Manuel Hidalgo a través de la empresa Europe Oncology, una sociedad limitada creada en noviembre de 2012 con un capital social de 3.000 euros y que tiene su sede en Madrid.
En el Oncológico trabajan en la actualidad más de 300 profesionales, la mayoría de ellos oncólogos, además de cirujanos, farmacéuticos, biólogos, psicólogos, trabajadores sociales, personal de enfermería y personal administrativo.
En 2009, inauguró sus actuales instalaciones, sitas en el alto de Zorroaga, junto al Hospital Donostia. Ocupan una superficie de 24.000 metros cuadrados y supusieron una inversión de 62 millones de euros. Dispone de 75 camas, cuatro quirófanos, un radioquirófa-no, un hospital de día, 24 salas de consultas, dos salas de endoscopia, cuatro mamógrafos o seis ecógrafos.
El año pasado, registró más de 1.400 altas, unas 5.500 sesiones de quimioterapia, más de 7.500 de radioterapia, cerca de 18.500 consultas y realizó alrededor de 37.000 estudios mamográficos.
A ello se añaden los recortes en los presupuestos de las Administraciones y el descenso en los fondos destinados por las cajas vascas a su Obra Social, todo lo cual coloca al Oncológico en una complicada encrucijada de polémicas.
EH Bildu, que ha encontrado en este asunto una vía abierta para presionar y dirigir sus críticas al PNV, encendió las alarmas al alertar del “riesgo de privatización” del Oncológico con las decisiones que está tomando la dirección de Kutxa, controlada por los peneuvistas.
El cuerpo de médicos del citado hospital (59 facultativos) manifestaron en un escrito dirigido a Osakidetza y a los responsables de la caja su preocupación por las “pérdidas económicas e incertidumbre” del centro ante los “cambios de estrategia” que se están operando en el mismo.
En el fondo, se abre la discusión sobre la continuidad del Oncológico como un centro privado, aunque con vocación de servicio público, controlado por Kutxa o que pase a ser dirigido y gestionado por las autoridades sanitarias vascas, como reclaman los médicos.
La coalición abertzale planteó el pasado viernes en el Parlamento que el hospital deje de estar concertado y se integre en Osakidetza para “cerrar definitivamente las puertas” a su posible privatización.
Los interpelados, tanto Kutxa como Salud, han rechazado de plano esta fórmula y apuestan por mantener la colaboración mediante conciertos que se renuevan periódicamente. El convenio en vigor, que expira este año, supone que el Gobierno vasco aporta cerca del 85% del presupesto del Oncológico, que el año pasado ascendió a 30 millones de euros. El resto (3,5 millones en 2013) lo aporta Kutxa a través de la Obra Social.
Salud tiene la “voluntad clara”, según recalcó su titular, Jon Darpón, en la Cámara de “firmar un concierto a largo plazo para dotar de estabilidad económica y asistencial” al Oncológico.
Su departamento se encuentra incluso dispuesto a ampliar la colaboración siempre que se garantice la “complementariedad” del centro con los servicios que prestan este centro y el Hospital Donostia. En ello coincide plenamente con el presidente de la caja, Xabier Iturbe. Darpón asegura: “No debemos olvidar que es un centro privado que forma parte de la Obra Social de Kutxa”.
Al respecto, el doctor Iñigo Jaca, director del Oncológico durante 17 años hasta que fue relevado hace cuatro, opina que este hospital es víctima de “las trabas que pone Osakidetza para que accedan los pacientes”. Lamenta que el Consejo Asesor del Cáncer no se reuniese en los últimos cuatro años, coincidiendo con la gestión socialista en el Ejecutivo, lo que, a su juicio, ha provocado “numerosas duplicidades” y “falta de una planificación integral”. Y añade: “El consejero [Darpón] ha sido claro al apostar por la sostenibilidad del Oncológico, pero eso se demuestra no poniendo limitaciones en el acceso de los pacientes”.
Sobre el futuro del Oncológico, EH Bildu sospecha que Kutxa está adoptando decisiones “encaminadas a una progresiva privatización”, según Ainhoa Beola, miembro del consejo de la caja.
Entre estas medidas incluyen el fichaje en noviembre pasado de Almudena Moreno, gerente de la Plataforma de Ensayos Clínicos Caiber, para ser directora y gerente del Oncológico. Su nombramiento fue comunicado justo antes de celebrarse la polémica asamblea de Kutxa en la que fue reelegido Iturbe, posteriormente impugnada en los tribunales por Bildu.
La coalición también observa “sombras” en la contratación, en las mismas fechas, de “un grupo de asesores oncológicos” dirigido por el doctor Manuel Hidalgo a través de la empresa Europe Oncology, una sociedad limitada creada en noviembre de 2012 con un capital social de 3.000 euros y que tiene su sede en Madrid.
300 profesionales
El Instituto Oncológico de Kutxa (Onkologikoa) es un centro dedicado de forma monográfica a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer. Creado hace 80 años y pasó a integrarse en la Obra Social de la caja guipuzcoana en 1952. En 2010, Kutxa lo transformó en una fundación, cuyo patronato preside el máximo responsable de la caja, Xabier Iturbe.En el Oncológico trabajan en la actualidad más de 300 profesionales, la mayoría de ellos oncólogos, además de cirujanos, farmacéuticos, biólogos, psicólogos, trabajadores sociales, personal de enfermería y personal administrativo.
En 2009, inauguró sus actuales instalaciones, sitas en el alto de Zorroaga, junto al Hospital Donostia. Ocupan una superficie de 24.000 metros cuadrados y supusieron una inversión de 62 millones de euros. Dispone de 75 camas, cuatro quirófanos, un radioquirófa-no, un hospital de día, 24 salas de consultas, dos salas de endoscopia, cuatro mamógrafos o seis ecógrafos.
El año pasado, registró más de 1.400 altas, unas 5.500 sesiones de quimioterapia, más de 7.500 de radioterapia, cerca de 18.500 consultas y realizó alrededor de 37.000 estudios mamográficos.
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