'Cuídame' es una mejora; ¿Y semilla de inequidad?
La tarjeta catalana crea opiniones diversas; OMC y Foro de Pacientes la aplauden, pero a Semfyc le genera dudas.
José A. Plaza | japlaza@unidadeditorial.es | 04/02/2013 00:00
Cataluña presentó la semana pasada la tarjeta sanitaria Cuídame, que se implantará durante su fase piloto en los centros sanitarios de Manresa, Maresme Central y Cornellà de Llobregat, y que en 2014 se extenderá a toda Cataluña. La tarjeta, y el modelo asistencial que implica, permitirá que afectados de demencia, discapacidad intelectual o trastornos psíquicos tengan prioridad en los centros de salud. En otras palabras, da ventaja asistencial a ciertos pacientes y, de paso, los diferencia de otros. ¿Polémica servida?
El grupo de Ética de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic) levantó la liebre y dijo que "vulnera el derecho a la intimidad y la privacidad". El Gobierno catalán cree que "no otorga ningún derecho adicional, pero permite una atención más accesible y adaptada a las necesidades de ciertos colectivos".
Voces que disienten
Como era de suponer, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) está de acuerdo con su asociada catalana: "La tarjeta tiene una buena intención, ya que quiere integrar y mejorar la atención de ciertos pacientes; pero, al intentar crear ventajas, puede generar desigualdades con el resto de la población".
Son palabras de Josep Basora, presidente de Semfyc, a DM. Habla de "un debate ético" y pide vigilancia.
Mientras fuentes del Ministerio de Sanidad han dicho que prefieren no valorar la medida "por respeto a las competencias autonómicas en gestión asistencial", la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Barcelona, que preside Marius Morlans, "está analizando la medida".
Albert Jovell, presidente del Foro de Pacientes, ha explicado a este periódico que la petición partió de los propios pacientes y familiares: "Se lo pedimos directamente al consejero, igual que hicimos antes con su predecesora, Marina Geli". La principal razón para esta solicitud era lograr que los mayores, especialmente los afectadas de demencias, puedan entrar acompañadas a las Urgencias. La tarjeta va más allá y ofrece ventajas asistenciales, pero Jovell cree que "la idea no es dar prioridad". La otra forma de valorarla, la ligada a una posible violación ética, no es compartida por Jovell: "Hay que velar por ella, y la tarjeta lo hace; si exageramos, en cualquier consulta colectiva se violaría la intimidad".
"Rizar el rizo"
De la misma opinión que Jovell es la Organización Médica Colegial (OMC), que por boca de su vicesecretario general, Jerónimo Fernández Torrente, ha comentado a DM que "Camfic ha rizado el rizo. Partiendo de que contamos con la ética de la Administración, y no debemos dudar de ella, esta tarjeta tiene muchas ventajas". En su opinión, mejora la gestión de procesos y conceptos organizativos: "No es poner una cruz al paciente, como dice Camfic. Ojalá hubiera más iniciativas así para estratificar al paciente y mejorar los procesos asistenciales".
Según el consejero catalán, Boi Ruiz, la tecnología permite incorporar más información, como el grupo sanguíneo o la posibilidad de que el paciente consulte en su casa su historia clínica: "Se avanza de una tarjeta identificativa a una más útil". Cuídame da, y dará, mucho de qué hablar.
El grupo de Ética de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic) levantó la liebre y dijo que "vulnera el derecho a la intimidad y la privacidad". El Gobierno catalán cree que "no otorga ningún derecho adicional, pero permite una atención más accesible y adaptada a las necesidades de ciertos colectivos".
Voces que disienten
Como era de suponer, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) está de acuerdo con su asociada catalana: "La tarjeta tiene una buena intención, ya que quiere integrar y mejorar la atención de ciertos pacientes; pero, al intentar crear ventajas, puede generar desigualdades con el resto de la población".
Son palabras de Josep Basora, presidente de Semfyc, a DM. Habla de "un debate ético" y pide vigilancia.
Mientras fuentes del Ministerio de Sanidad han dicho que prefieren no valorar la medida "por respeto a las competencias autonómicas en gestión asistencial", la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Barcelona, que preside Marius Morlans, "está analizando la medida".
Albert Jovell, presidente del Foro de Pacientes, ha explicado a este periódico que la petición partió de los propios pacientes y familiares: "Se lo pedimos directamente al consejero, igual que hicimos antes con su predecesora, Marina Geli". La principal razón para esta solicitud era lograr que los mayores, especialmente los afectadas de demencias, puedan entrar acompañadas a las Urgencias. La tarjeta va más allá y ofrece ventajas asistenciales, pero Jovell cree que "la idea no es dar prioridad". La otra forma de valorarla, la ligada a una posible violación ética, no es compartida por Jovell: "Hay que velar por ella, y la tarjeta lo hace; si exageramos, en cualquier consulta colectiva se violaría la intimidad".
"Rizar el rizo"
De la misma opinión que Jovell es la Organización Médica Colegial (OMC), que por boca de su vicesecretario general, Jerónimo Fernández Torrente, ha comentado a DM que "Camfic ha rizado el rizo. Partiendo de que contamos con la ética de la Administración, y no debemos dudar de ella, esta tarjeta tiene muchas ventajas". En su opinión, mejora la gestión de procesos y conceptos organizativos: "No es poner una cruz al paciente, como dice Camfic. Ojalá hubiera más iniciativas así para estratificar al paciente y mejorar los procesos asistenciales".
Según el consejero catalán, Boi Ruiz, la tecnología permite incorporar más información, como el grupo sanguíneo o la posibilidad de que el paciente consulte en su casa su historia clínica: "Se avanza de una tarjeta identificativa a una más útil". Cuídame da, y dará, mucho de qué hablar.
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