domingo, 10 de febrero de 2013

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Estudiar Medicina


Febrero de 2013 - Enrique Lázaro Fontanet. Presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM)

La situación como estudiantes de Medicina y como futuros profesionales de la Sanidad es compleja. Está llena de incertidumbre y sin unas esperanzas de futuro consolidadas. Por un lado, los recortes en Educación y el aumento de tasas hacen que la calidad educativa se vea mermada y que resulte más difícil acceder a los estudios superiores, por otro, los reajustes en el SNS generan dudas sobre el futuro profesional y laboral
 

Me llamo Enrique Lázaro Fontanet y soy estudiante de 4º de Medicina en la Universitat de Barcelona, Campus de Bellvitge. Desde hace unos dos meses ostento la presidencia del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), asociación en la que llevo trabajando como representante de los estudiantes de mi facultad desde hace casi tres años.

La situación que tenemos actualmente, como estudiantes de Medicina y como futuros profesionales de la Sanidad, es compleja. Está llena de incertidumbre y sin unas esperanzas de futuro consolidadas.
Por un lado, los recortes en Educación y el aumento de tasas hacen que la calidad educativa se vea mermada y que resulte más difícil acceder a los estudios superiores. La universidad pública es la única que garantiza la equidad de posibilidades entre los estudiantes y es algo que no debemos olvidar. Por otro, los reajustes en el Sistema Nacional de Salud generan dudas sobre nuestro futuro profesional y laboral. La imposibilidad de encontrar empleo como médico en el Estado o tener unas condiciones laborales malas después de una formación tan amplia plantea la posibilidad a los estudiantes de, una vez terminado su proceso formativo, salir del país para buscar una mejor situación laboral. Es algo preocupante para la profesión y debería serlo también para los pacientes, ya que la sociedad está invirtiendo unos recursos en formar unos titulados sin una recompensa real en la misma.

En este mar de inestabilidad, que tememos que se cronifique, los estudiantes no debemos olvidar tantos otros temas que nos afectan directamente y que tenemos que solucionar.

El Máster en Medicina es aún un proyecto prometido y negociado con el Ministerio de Educación, pero sin fruto aparente. El año pasado se graduaron los primeros estudiantes con "Grado de Medicina" y sin la titulación de máster. La promesa del Ministerio es dar velocidad a este tema, pero tememos que caiga en el olvido. Pedimos velocidad y concreción, puesto que el problema de la propuesta no es de contenido, se encuentra estancado por asuntos meramente burocráticos.

Otro de los temas que más interesa a los estudiantes y nos repercute mucho a todos es la apertura indiscriminada de facultades de Medicina que se ha producido en los últimos años. Consideramos que el proceso mediante el que se está haciendo no es justificable y tememos que esto se esté produciendo por intereses de algunas ciudades o comunidades, u otros entes; y no por una necesidad real de profesionales. La educación no es un negocio, y no se debe jugar con el futuro y las esperanzas profesionales de los estudiantes, ni de Medicina ni de ningún otro ámbito. Por eso, proponemos al Ministerio de Sanidad, concretamente a la Comisión de Recursos Humanos, que haga un estudio riguroso y con perspectivas de futuro sobre la necesidad de profesionales médicos que permita evaluar si esta necesidad es real o si simplemente estamos engañando a los estudiantes.

Entendemos que en la situación actual, al existir 40 facultades de Medicina en todo el Estado, resulte difícil tomar medidas para controlar esto, pero tenemos que continuar luchando por ello, para que como mínimo no se abran más sin una justificación clara y demostrada.

La troncalidad afecta de lleno a los estudiantes de Medicina que están ahora en las facultades ya que seremos las primeras generaciones que nos veremos envueltos por este cambio de modelo en la formación especializada. El CEEM siempre ha mostrado su compromiso en trabajar con el Ministerio en este tema, y nos sentimos muy escuchados por parte del mismo. El posicionamiento del CEEM en troncalidad ha estado claro: "Troncalidad sí, pero con garantías de calidad". Es por ello que hemos analizado todos los borradores de troncalidad que se han propuesto y hemos presentado alegaciones a los mismos según nuestros posicionamientos y criterios. El compromiso del CEEM por la formación especializada de calidad y por los estudiantes es firme, y así ha demostrado.

Aunque hay muchas de las peticiones que vertebran el actual borrador de troncalidad que han estado defendidas por el Consejo desde hace tiempo y han sido admitidas, creemos que aún faltan muchos "flecos por recortar". Algunos de estos detalles por definir, presentados en nuestras alegaciones, serían la definición de unidad docente troncal y la evaluación troncal, la concreción del acceso a las Áreas de Capacitación Específica, y demás.

Decidir sobre el reparto de las especialidades en troncos o la creación de ACE es un tema que no creemos que competa a los estudiantes decidir. Consideramos que no tenemos el conocimiento científico específico sobre el tema para mostrar una opinión firme y deberían ser los profesionales competentes en la materia los que opinen. No obstante, recomendamos al Ministerio que para evitar que esta discusión continúe alargándose, se elabore un mapa de competencias sobre cada especialidad con la finalidad de tener un documento de evidencia científica suficiente con el que poder organizar las especialidades con competencias comunes en troncos y defender o no la creación de nuevas especialidades. Seguiremos mostrando nuestro interés en participar en este tema con el Ministerio y trabajando las diferentes propuestas que se elaboren.

En relación al examen MIR también tenemos una opinión clara y ánimos de mejora y trabajo. El examen MIR hace tiempo que está definido y se actualiza en cada convocatoria con pequeñas modificaciones que se ajusten a la búsqueda de los requisitos precisados. Tales son el requisito de conocimiento en lengua española por parte de los extracomunitarios no hispanohablantes, la introducción de un cupo para extracomunitarios, la introducción de imágenes en las preguntas del examen, etc. No obstante, tras tanto cambio, creemos que es un buen momento para hacer una revisión general del examen. Dejar de hacer pequeñas modificaciones y trabajarlo todo, replanteándose incluso qué se pretende buscar con el examen MIR: si una mera clasificación de los estudiantes por un criterio objetivo o si además pretende evaluarlos.

Desde el Consejo, creemos que el examen MIR es una prueba meramente clasificadora y es por ello que estamos en contra de la medida puesta por el Ministerio de Sanidad en la convocatoria de este año acerca de exigir un mínimo porcentaje de preguntas respuestas correctamente para poder acceder a una especialidad. Es competencia de las facultades de Medicina la de evaluar a los egresados que salen de ellas con el título de médico y del Ministerio de Educación el de dar validez a los títulos obtenidos fuera del Estado Español, con lo cual no entendemos esta función que se le ha querido otorgar al examen MIR en esta convocatoria. En caso de que esto quisiera hacerse, proponemos revisar todo el examen de punta a punta, haciendo una actualización intensa y por la cual pedimos que se escuche a los profesionales, a expertos en educación médica y a los estudiantes.

Sobre la situación de la educación médica, teníamos la esperanza de que Bolonia fuera el momento para cambiar el paradigma que hay actualmente, dejarse de centrar exclusivamente en la teoría durante el periodo estudiantil e introducir más competencias y habilidades de una forma más precoz, pero la verdad es que creemos que esta posibilidad se ha desaprovechado. No obstante, esto no significa que tiremos la toalla, desde el Consejo tenemos el compromiso de trabajar con las facultades y los decanos para mejorar la educación médica ofrecida en ellas, centrarse tanto en la teoría como en las habilidades, y preparar a los estudiantes para el ejercicio profesional al que se van a enfrentar.

También hay que ampliar la formación ofrecida, no solamente en aquellos temas puramente científicos o técnicos, sino también enseñar de forma precoz en las facultades habilidades comunicativas, gestión clínica, manejo emocional de uno mismo, aspectos bioéticos del paciente, etc., con la finalidad de tener profesionales con un conocimiento más amplio y más preparados.

Aunque, como decimos, se ha desaprovechado esta oportunidad aún hay esperanzas para cambiar esto y desde el Consejo trabajamos activamente en la mejora de la educación médica.

En relación a la docencia que se imparte en las facultades, también estamos interesados en que los estudiantes tengan una visión global de la Medicina. Creemos que deben conocer las salidas profesionales que tienen, refiriéndonos a asistencia, investigación y docencia. Las facultades de Medicina deben velar para que el estudiante se integre en dichas actividades y que pueda complementar con éxito tu formación de grado. Sobre la asistencial, el estudiante de Medicina debe ser considerado como un integrante más del equipo médico del hospital universitario, algo que en muchos hospitales y servicios no se tiene previsto y afecta negativamente en el aprendizaje práctico del estudiante. Criticamos profundamente este tipo de conductas por parte de algunos profesionales y estamos trabajando en que se regule la figura del estudiante de Medicina en prácticas por parte del Ministerio de Sanidad para evitarlo.

Estos y tantos otros problemas y asuntos son los que afectan a los estudiantes de Medicina hoy en día, una vorágine de incerteza e incertidumbre en muchos campos, pero que no debe ser desesperanzador en ninguno de los casos.

Desde el Consejo queremos reiterar nuestro compromiso de trabajo y esfuerzo en pro de la calidad educativa y de las oportunidades que se ofrecen a los estudiantes de Medicina, que como finalidad última recaerá en la mejora de la calidad asistencial ofrecida a nuestros pacientes. La finalidad del ejercicio profesional del médico es curar y sanar al paciente, con el que adquiere un compromiso muy importante, y desde el CEEM nos sentimos comprometidos con la tarea profesional que llevaremos a cabo en un futuro, y en consecuencia, con nuestros futuros pacientes. Debemos estar lo mejor preparados posible para poder afrontar con éxito nuestro devenir profesional y personal, y debemos ser nosotros los primeros interesados en ello.

Con esperanza e ilusión, por el futuro de la Medicina.

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