lunes, 4 de marzo de 2013

Prensa, Sanidad y Constitucional hablan distintos idiomas - DiarioMedico.com

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Tribuna. Andrés Ollero Tassara


Prensa, Sanidad y Constitucional hablan distintos idiomas



No escasean últimamente los recursos ante el Tribunal Constitucional relacionados, directa o indirectamente, con la Sanidad.


Andrés Ollero Tassara. Magistrado del Tribunal Constitucional   |  04/03/2013 00:00







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No escasean últimamente los recursos ante el Tribunal Constitucional relacionados, directa o indirectamente, con la Sanidad. Como es habitual en el ámbito jurídico, las interpretaciones son plurales. Para los optimistas sería un síntoma de la confianza que los colectivos implicados depositan en el Alto Tribunal. Los escépticos sugieren que no es mala estrategia para lograr titulares en los medios de comunicación.

Personalmente lo que me preocupa es qué impresión puede acabar obteniendo el ciudadano de este dinamismo procesal, cuando veo el eco que puede generar en la opinión pública. El funcionamiento del tribunal es lo bastante complejo como para exigir, a la hora de evaluarlo, un razonable conocimiento de los vericuetos jurídicos. Veamos algunos ejemplos.



El TC paraliza la ley foral del copago de fármacos antes de que UPN la aplique. En realidad el tribunal no ha paralizado nada. El Gobierno de la Nación ha decidido recurrir una ley autonómica y, a la vez, ha invocado la norma legal que le permite suspender durante unos meses su entrada en vigor. En el Tribunal Constitucional han comprobado que el recurso se ha presentado en tiempo y forma; los magistrados han procedido, como es obligado, a admitirlo y a hacer efectiva la suspensión solicitada. No han paralizado nada por propia iniciativa, sino que se han limitado a cumplir la ley.

Cuando un ciudadano tiene noticia de que un joven se ha matriculado en una asignatura no es normal que lo felicite por haber obtenido en ella automáticamente matrícula de honor; sabe distinguir entre una cosa y otra. Por el contrario, pretender que perciba la diferencia entre la admisión a trámite de un recurso y su estimación por el tribunal es un propósito más bien utópico. Continuemos.

El Constitucional también tumba el euro por receta de Madrid. El PSOE demandará al presidente autonómico para que devuelva de su bolsillo los gastos generados a los ciudadanos". El Tribunal Constitucional ordenó ayer que se suspenda el cobro de un euro por cada receta en las farmacias madrileñas. Los magistrados bloquearon la tasa sanitaria puesta en marcha hace 28 días por el Ejecutivo regional. Superado el primer escollo, es ya más fácil entender lo que ha ocurrido. El tribunal ni ha tumbado ni ha dejado de tumbar. Se ha limitado a dar por matriculado al recurso del Gobierno. Habrá que ver si éste acaba obteniendo matrícula, en cuyo caso no tendrá ocasión de pagar nada de su bolsillo. Los magistrados han obedecido con rigor a la ley, sin bloquear ni dejar de bloquear. Pocas novedades pues. Sigamos hojeando.

El Gobierno desoye el varapalo del Constitucional a la exclusión sanitaria. Mato mantendrá la medida y no aceptará fuera del País Vasco las tarjetas que esta autonomía dé a los inmigrantes. La cuestión se complica un poco más, aunque el barullo sigue en todo su esplendor. La suspensión de medidas presuntamente inconstitucionales, que el Gobierno puede por ley exigir, no es indefinida. Pasados los meses fijados por la ley, los magistrados deben -ahora sí- comenzar a adoptar resoluciones. Calibrando razones de interés general, habrán de decidir si levantan la suspensión de la medida cuestionada o si la mantienen hasta que adopten una resolución definitiva.

En el caso aludido eran dos las medidas impugnadas. Respecto a la relativa a un copago por parte del ciudadano, los magistrados entendieron que afectaría a la igualdad entre los españoles que se produjera, aunque fuera pasajeramente, una diferencia de trato entre autonomías. Respecto a la atención sanitaria a los inmigrantes, durante esos meses obligadamente excluidos, consideraron que sería grave mantener una indefinida privación de tal asistencia antes de resolver si los argumentos esgrimidos sobre su posible inconstitucionalidad habrían de verse aceptados. En consecuencia, levantaron la suspensión, a la espera de establecer una respuesta definitiva.

Del cruce de enérgicas declaraciones políticas es fácil tomar nota, ya que escoltan cotidianamente a estos escarceos procesales. El TC se viene esforzando en acortar los tiempos necesarios para resolver estos cotidianos conflictos, en un Estado de las autonomías de perfiles no demasiado definidos. Ha de superar para ello el desfase en que algún reciente atracón deliberativo le tiene aún sumido. Quizá, si los ciudadanos van percibiendo estos elementales detalles de su funcionamiento, la rentabilidad mediática de las visitas a su registro resulte menos tentadora. En todo caso, lo que da sentido a la existencia del Constitucional es mantenerse a disposición de quienes a él acudan.
* Magistrado del Tribunal Constitucional

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