lunes, 11 de marzo de 2013

Un circuito único para gestionar los fallecimientos - DiarioMedico.com

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Unidad de Sanidad Mortuoria

Un circuito único para gestionar los fallecimientos

El Clínico de Madrid protocoliza la atención al proceso mortuorio a través de la Unidad de Sanidad Mortuoria con el objetivo de facilitar el trámite administrativo, medico-legal y burocrático que debe realizarse tras el fallecimiento de un paciente.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com   |  11/03/2013 00:00 


Ricardo Salto, Carmen Fernández, Andrés Santiago y Juan Carlos Rodríguez.
Ricardo Salto, Carmen Fernández, Andrés Santiago y Juan Carlos Rodríguez. (José Luis Pindado)

Donación, incineración o enterramiento. Tres opciones de tratamiento para los fallecidos en un sólo proceso orquestado por la Unidad de Sanidad Mortuoria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Nació con el objetivo de facilitar el trámite administrativo, medico-legal y burocrático que debe realizarse tras el fallecimiento de un paciente. A diferencia de otros centros, el Clínico organiza todo el proceso desde el óbito hasta que el fallecido es trasladado por la funeraria, o hasta que se decide judicialmente el destino de los cadáveres. "Intentamos agrupar las acciones que hacían otras unidades y configurar una estrategia para facilitar a los familiares los trámites en un momento de impacto emocional", ha explicado a DM Andrés Santiago, jefe del Servicio de Medicina Legal, al que está adscrito la unidad.

"Hemos realizado alianzas con instituciones, como el registro civil, el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Hacienda y las funerarias, para conseguir la documentación en menor tiempo. Tenemos buenos resultados sobre todo en eficiencia, en satisfacción de los familiares y en aceptación de los profesionales".

Los 11 celadores que trabajan en la unidad han recibido una formación específica para cumplir la normativa y los protocolos. Además, se gestionó la presencia de las funerarias en un espacio habilitado al que los familiares acuden a negociar sus servicios, sin necesidad de que accedan a los servicios donde estén los fallecidos. La aprobación de la Guía del Duelo de la Comunidad de Madrid, de la Dirección General de Atención al Paciente, reforzó la unificación.

La unidad, que ha recibido varios premios y ha obtenido la acreditación de calidad ISO 9001:2008, gestiona una media de 1.700 fallecimientos al año, y se hacen cargo de los restos tipo 4. Éstos son de origen anatómico y proceden de amputaciones, extirpaciones quirúrgicas, donación de órganos, autopsias, abortos y fetos a partir de 90 días de gestación. "Para cumplir el criterio deben ser fácilmente identificables o contener hueso. Reciben el mismo tratamiento que un fallecido y el hospital se encarga de la cremación", dice Ricardo Salto, coordinador de la Unidad junto a Juan Carlos Rodríguez. No obstante, muchos pacientes optan por enterrar sus restos tipo 4.


El penúltimo viaje
Cuando fallece un paciente en el centro, se llama a la unidad para pedir los impresos requeridos, tanto para certificar la defunción, permitir la autopsia, elegir el tipo de inhumación, o la donación de órganos o del cuerpo a la ciencia. Tras cumplimentar la documentación e identificar al cadáver, se le traslada en un saco sudario a la Unidad de Sanidad Mortuoria. Allí el cuerpo descansa las primeras 24 horas en las cámaras apagadas con una temperatura compatible con la vida, ya que según el Reglamento de Sanidad Mortuoria de Madrid, no se puede realizar el sepelio, incineración y traslado fuera de la comunidad antes de las 24 horas posteriores al fallecimiento, excepto si se realiza una autopsia. Si debe permanecer más tiempo se pasa a una cámara de refrigeración entre 4 y 7 grados y si sobrepasa las 72 horas, se congelan.


Complicaciones
"Hemos establecido un mecanismo de detección precoz de los cadáveres conflictivos", aquéllos susceptibles de no seguir el procedimiento normal. Según Salto y Santiago, los celadores pueden reconocer estos casos en planta al estar en contacto con las familias. Son los encargados de comunicarles que el hospital tiene soluciones, bien si no tienen dinero para el entierro, si no quieren hacerse cargo, y también en el caso de cadáveres no identificados. "Si no hay familia, la institución es responsable de tomar las decisiones, pero si la hay, deben delegar la responsabilidad", dice Salto.

Si se trata de cadáveres no identificados se busca la colaboración de las embajadas o "se solicita al juzgado la identificación y se procede a la búsqueda en las bases nacionales e internacionales. La tendencia es tomar muestras de ADN para realizar una filiación en caso de que alguien reclame el cuerpo", dice Salto.

Otra opción es la donación del cuerpo a la ciencia, sin coste, y que puede realizarse tanto si el fallecido era donante previo o no. El hospital también facilita que los familiares accedan a determinadas prácticas religiosas, incluso si no tienen recursos, y les ponen en contacto con otras entidades, como es el caso de la Asociación Cultural Islámica de Madrid, que se hace cargo de algunos fallecidos. Eso sí, no se permite la manipulación del cadáver ya que no cuentan con salas de Tanatopraxia. Además, se pone a disposición de los familias durante dos horas salas de despedida para el velatorio si así lo desean.

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