Talleres emocionales
Los sanitarios aprenden cómo cuidar de su salud
Los cursos persiguen que los profesionales alivien su malestar anímico, entiendan mejor al paciente y mejoren el trabajo en equipo. Dos expertos explican a DM en qué consiste la materia que imparten a sus alumnos.
Laura Benito | laura.benito@unidadeditorial.es | 24/04/2013 00:00
José Carro y Lola Blanco, sanitarios que imparten talleres emocionales. ()
La labor asistencial que desempeñan los sanitarios les acarrea, en ocasiones, un desgaste emocional. Desde hace una década, José Carro, médico del Servicio Madrileño de Salud y especialista en asesoramiento terapéutico, trata de reforzar al profesional frente a esta carga, instruyéndoles en técnicas que faciliten su cuidado integral y, por ende, el de las personas que están a su cargo. Según explica Carro a DM, "a pesar de llevar diez años al frente de estos talleres, la filosofía sigue siendo la misma: para poder atender al paciente, el experto debe prestarse atención a sí mismo. De esta manera, se vive lo que realmente significa el verbo cuidar".
Aulas sanitarias
Los escenarios típicos en los que Carro forma a médicos, enfermeras, matronas y fisioterapeutas son los centros de salud -como el de Valdezarza, en Madrid, donde lideró junto a la enfermera Lola Blanco el curso Aprendiendo a cuidarse para poder cuidar tanto física como emocionalmente- o el Hospital Gómez Ulla, también en la capital. A sus charlas acuden grupos integrados por unos 20 sanitarios que aprenden ejercicios para aliviar el malestar psicoemocional y a abordar situaciones de duelo o de crisis. En este punto del temario, Carro señala que "los profesionales deben saber que la Medicina es una ciencia que tiene límites y que en el momento en el que se pierde a un paciente, deben exteriorizar sus sentimientos y no negar aquéllo que sienten". Para saber actuar ante situaciones de crisis, Carro incluye en su programa actividades de expresión corporal que permiten comprender a quien acude diariamente a la consulta. "Cuando se trata con pacientes problemáticos, debemos saber discernir entre su malestar porque padece una patología o si está agresivo. En este último caso, el médico no debe interpretar que ese enfado va dirigido hacia él sino que hay otras razones, ajenas a la salud, que lo han motivado y conducido a ese estado".
Otro de los límites que deben autoimponerse los profesionales es no llevarse el trabajo a casa. En esta línea discurre la materia impartida por Antonio Galindo, psicólogo y fundador de la empresa Asesores Emocionales, que enseñó a sanitarios del Hospital Príncipe de Asturias y del Hospital de Móstoles, ambos en Madrid, a colgar la bata cuando salen de la consulta. "La vocación de los médicos es más intensa que en otras profesiones. Por ello, deben desarrollar mecanismos para conseguir desprenderse de lo laboral. Hay que recalcar que esto no significa que sean malos profesionales".
Trabajo en equipo
El ejercer la profesión codo con codo es otro pilar que ocupa un lugar fundamental en los talleres. Carro destaca que existe un matiz diferenciador a la hora de abordar el trabajo en equipo, pues, aunque en ambulatorios y hospitales las tareas se plantean en equipo, en primaria hay mayor sobrecarga de trabajo. "El carácter interdisciplinar de los centros de salud es más marcado como consecuencia de que los profesionales realizan funciones asistenciales, de promoción y de prevención". Por su parte, Galindo les transmite a todos los implicados la idea de "aprovechar las facultades de cada uno para crear así sinergias en el equipo".
Aulas sanitarias
Los escenarios típicos en los que Carro forma a médicos, enfermeras, matronas y fisioterapeutas son los centros de salud -como el de Valdezarza, en Madrid, donde lideró junto a la enfermera Lola Blanco el curso Aprendiendo a cuidarse para poder cuidar tanto física como emocionalmente- o el Hospital Gómez Ulla, también en la capital. A sus charlas acuden grupos integrados por unos 20 sanitarios que aprenden ejercicios para aliviar el malestar psicoemocional y a abordar situaciones de duelo o de crisis. En este punto del temario, Carro señala que "los profesionales deben saber que la Medicina es una ciencia que tiene límites y que en el momento en el que se pierde a un paciente, deben exteriorizar sus sentimientos y no negar aquéllo que sienten". Para saber actuar ante situaciones de crisis, Carro incluye en su programa actividades de expresión corporal que permiten comprender a quien acude diariamente a la consulta. "Cuando se trata con pacientes problemáticos, debemos saber discernir entre su malestar porque padece una patología o si está agresivo. En este último caso, el médico no debe interpretar que ese enfado va dirigido hacia él sino que hay otras razones, ajenas a la salud, que lo han motivado y conducido a ese estado".
Otro de los límites que deben autoimponerse los profesionales es no llevarse el trabajo a casa. En esta línea discurre la materia impartida por Antonio Galindo, psicólogo y fundador de la empresa Asesores Emocionales, que enseñó a sanitarios del Hospital Príncipe de Asturias y del Hospital de Móstoles, ambos en Madrid, a colgar la bata cuando salen de la consulta. "La vocación de los médicos es más intensa que en otras profesiones. Por ello, deben desarrollar mecanismos para conseguir desprenderse de lo laboral. Hay que recalcar que esto no significa que sean malos profesionales".
Trabajo en equipo
El ejercer la profesión codo con codo es otro pilar que ocupa un lugar fundamental en los talleres. Carro destaca que existe un matiz diferenciador a la hora de abordar el trabajo en equipo, pues, aunque en ambulatorios y hospitales las tareas se plantean en equipo, en primaria hay mayor sobrecarga de trabajo. "El carácter interdisciplinar de los centros de salud es más marcado como consecuencia de que los profesionales realizan funciones asistenciales, de promoción y de prevención". Por su parte, Galindo les transmite a todos los implicados la idea de "aprovechar las facultades de cada uno para crear así sinergias en el equipo".
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