martes, 14 de mayo de 2013

Estados Unidos y la responsabilidad médica - DiarioMedico.com

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TRIBUNA. Federico de Montalvo

Estados Unidos y la responsabilidad médica

Tanto el Partido Republicano de Estados Unidos como el Demócrata admiten la necesidad de reformar la responsabilidad del sanitario, sin embargo cada uno tiene sus propias recetas.
Federico de Montalvo. Profesor Visitante, College of Law, De Paul University, Chicago. | 14/05/2013 00:00

A finales del pasado año Estados Unidos vivió una situación de casi colapso económico por la falta de acuerdo entre los dos grandes partidos sobre la aprobación de la cuenta de ingresos y gastos públicos para 2013. Tal situación, que fue conocida bajo el sugerente nombre de fiscal cliff (precipicio fiscal), tuvo un gran repercusión mediática mundial, dada, obviamente, la importancia de la economía norteamericana. Se trata pues de un hecho de sobra conocido por el público y al que se dedicaron gran número de páginas en nuestros medios de comunicación.
Sin embargo, lo que es menos conocido es que en las reuniones que mantuvieron ambos partidos en el Senado y en la Cámara de Representantes para alcanzar un acuerdo que evitara gobernar económicamente 2013 con unos presupuestos prorrogados, una de las cuestiones a las que se dio más importancia y que fue objeto de mayor discusión fue la reforma de la responsabilidad sanitaria. Tal debate centró gran parte del discurso de los dos partidos. Además, ello permitió ver cuál es la postura que mantienen sobre dicho problema. Sus posturas, si bien eran bastantes coincidentes al inicio del primer mandato del presidente Obama, han dejarlo de serlo ya en lo sustancial.
Incremento de litigios y mala praxis
El Partido Republicano, como pudo comprobarse en tales debates, es partidario de afrontar una reforma sustancial de la responsabilidad médica dado que considera que el incremento de los litigios en dicho ámbito es la causa de una nueva crisis de la mala praxis. Entre las medidas que propone destaca la de limitar las cuantías máximas de las indemnizaciones, sobre todo en lo que se refiere a los daños inmateriales y punitivos. Igualmente, propone acortar el plazo de prescripción de las reclamaciones a un año o, en su caso, tres. Todas ellas son medidas directamente encaminadas a reducir los litigios de responsabilidad médica y, en apoyo de sus propuestas, esgrimen diferentes estudios que sostienen que un gran número de tales litigios son manifiestamente infundados y que, en ocasiones, los profesionales llegan a acuerdos indemnizatorios previos, pese a haber actuado correctamente por la imprevisibilidad de las decisiones de los tribunales, el temor a los jurados y los daños punitivos. Con tales medidas, piensan que los médicos verán recortados los precios de las primas de seguro y podrán ejercer su actividad más serenamente, lo que habrá de redundar necesariamente en beneficio de los pacientes.
A este respecto, resulta curioso cómo el Partido Republicano, tradicionalmente muy receloso de limitar los poderes de los Estados y atribuir más competencias a la Federación, como ya sostuviera durante los debates sobre la reforma sanitaria impulsada por Obama, parece ahora mantener la postura contraria y propone una reforma a nivel nacional de la responsabilidad médica.
Por el contrario, el Partido Demócrata, que inicialmente se mostró también a favor de la reforma del sistema de responsabilidad médica, considera ahora que se trata de una cuestión mucho más compleja y que el problema real, en cuanto al gasto se refiere, no se encuentra en el impacto que pudieran tener los gastos procesales generados por los litigios o las primas de seguro que han de abonar los médicos, sino en la medicina defensiva. Y así entiende que la mejor manera de atajarla no es a través de una reforma de la responsabilidad médica, sino a través de otras fórmulas, entre las que destaca el desarrollo efectivo de políticas de seguridad del paciente. Para los demócratas el verdadero problema es la posición de los pacientes, que siguen sufriendo un número importante de errores médicos (efectos adversos) que con determinadas políticas serían evitables. No apoyan medidas como los límites indemnizatorios o la reforma de los plazos de reclamación, aunque sí se muestran favorables a alguna medida procesal como la creación de tribunales especializados en responsabilidad médica. Pero, el peso de la reforma que proponen reside sustancialmente en las políticas de seguridad del paciente.
Algunos analistas consideran que ambas posturas no responden realmente a razones ideológicas, sino al peso de los lobbies, encontrándose el Partido Republicano muy próximo al que defiende los intereses de los médicos, mientras que el Demócrata lo está al que defiende los intereses de los abogados.
Un poco de cada partido
Para un observador europeo y algo ajeno a la realidad americana, se antoja que ambos partidos pueden tener parte de razón. Cierto es que el principal elemento frente al que habría que luchar es contra los errores médicos, de manera que se incentivaran, por ejemplo, en el importe de las primas de los seguros, las políticas de seguridad del paciente, como proponen los demócratas. Pero también es cierto que los médicos que ejercen en este país viven bajo la amenaza del litigio y ello provoca la generalización de la medicina defensiva, como demuestran varios estudios. Por tanto, puede que la mejor propuesta sea la que conjugue una reforma del sistema de responsabilidad médica que no vaya en detrimento de los derechos de los pacientes ni de su seguridad.

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