"Regular sobre hábitos es la vía para reducir gasto asistencial"

Doctor en Medicina y Derecho, Juan Méjica defiende que legislar sobre salud pública y educar en hábitos beneficia el ahorro en sanidad a medio plazo.

S.Valle | soledad.valle@unidadeditorial.es | 08/07/2013 00:00

Juan Méjica, doctor en Derecho y en Medicina. (Lenda)

"Imagínate: el chigre de mi pueblo, que es como llamamos a los bares en Asturias, hace mejor función que 20 centros de salud y 20 centros sociales. Es el lugar donde la gente espanta sus depresiones. El mentidero. Donde fuman, donde beben... A la gente, le quitas eso, y la estás quitando calidad de vida". Esta es la opinión sobre la ley del tabaco de Juan Méjica, doctor en Derecho y en Medicina, profesor de Derecho Civil en la Universidad de Oviedo y miembro del cuerpo superior de letrados de la Administración de la Seguridad Social.

Méjica, que estuvo veinte años al frente de los servicios jurídicos del Insalud en Asturias, hasta el traspaso de las competencias de Sanidad a las comunidades autónomas, en 2001, encuentra necesario regular sobre salud pública, pero advierte que hay que hacerlo con cuidado, sin dictar una prohibición "general".

Para lograr esto, apela al "principio de proporcionalidad y sentido común del Derecho. Las leyes rígidas no se cumplen". Es decir, que no está en contra de una ley que regule el consumo del tabaco, como un hábito nocivo, pero apunta que "la manera que se ha hecho, no ha sido la mejor".

Se muestra convencido de que "la salud pública es la vía por donde se puede aminorar el gasto asistencial", propone empezar incidiendo en la alimentación, al estilo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y poner coto a las bebidas gaseosas, (ver DM del 24-IV-2013), no tanto desde el punto de vista del consumidor, como desde la industria. "Con la aprobación de la Ley de Salud Pública se perdió una gran oportunidad de regular sobre estas cuestiones", señala.

Al mismo tiempo, el letrado insiste en la necesidad de educar en buenos hábitos. El modelo de regulación que propugna se aleja de la propuesta de la vecina Francia que, según cuenta, plantea introducir en su Código Penal el delito de inducir a la anorexia y a la bulimia a través de la Red. "Esa medida es desproporcionada, es como matar moscas a cañonazos". Para perseguir estas conductas propone otras vías, como "el cierre de páginas utilizando leyes que controlen la publicidad en Internet o mediante la educación".

Formar en buenos hábitos, en el razonamiento de Méjica, va muy de la mano con la regulación, porque "habría que crear una asignatura sobre educación en comportamiento...". Pero en estos tiempos donde legislar por decreto se impone, ante las prisas por cumplir plazos, aplicar medidas cuyos frutos no se verán antes de 15 ó 20 años, admite que no resulten muy populares. Aunque recuerda que "tras los malos hábitos de alimentación hay enfermedades que afloran y cuestan dinero a la sanidad pública". La solución es clara: regular y educar, pero con una buena técnica legislativa y sin prisas.