lunes, 1 de julio de 2013

Un año de desigual aplicación del copago e incierto ahorro - DiarioMedico.com

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Balance de la aplicación del copago

Un año de desigual aplicación del copago e incierto ahorro

Cinco regiones no obligan a adelantar pagos y el resto devuelve en tiempos diferentes. Sanidad sólo ofrece datos del ahorro global en farmacia, pero no estima el del copago.
Laura G. Ibañes | laura.gutierrez@diariomedico.com   |  01/07/2013 00:00
 
Se cumple un año desde la entrada en vigor del nuevo sistema de copago famacéutico. Es difícil olvidar cómo llegó la noticia del radical cambio que se emprendería, con el fin de la gratuidad de las medicinas para los pensionistas. De madrugada y desde México, tras semanas de globos sonda y desmentidos varios.
  • Andalucía, Cataluña, Baleares, Canarias, Madrid y País Vasco han implantado sistemas que permiten no pagar una vez se ha llegado al tope mensual de copago
Es difícil olvidar también cómo todas las autonomías ampararon en la foto de familia a la ministra cuando se aprobó la decisión en el Consejo Interterritorial, junto al resto del paquete de reformas sanitarias... y cómo, poco a poco, varias de ellas se fueron descolgando de su apoyo a la reforma del copago. Unas, como País Vasco y Navarra, alzando la voz en contra de cualquier nuevo pago por parte del paciente; otras, como Madrid y Cataluña, tildando la medida de tenue y tomándose la justicia por su mano en forma de euros por receta. Y es aún más difícil olvidar el periplo de mutuos recursos entre autonomías y Ministerio en el Tribunal Constitucional por esta cuestión.
  • Sanidad cifra el ahorro global en farmacia en casi un año en 1.752 millones de euros, lo que dista de los más de 3.000 previstos inicialmente en sus cálculos
Un año después, el balance de la aplicación del copago refleja como un espejo su propia historia de desencuentro, desinformación y desigualdad. Es suficiente reflexionar sobre el hecho de que hoy una quincena de autonomías cumplen un año desde la implantación del copago mientras que País Vasco lo aplica este 1 de julio como primer día para entender el desencuentro vivido por la aplicación de la norma. Basta preguntar en el Ministerio de Sanidad qué ahorro ha generado la medida, cuántas personas están englobadas en cada categoría de copago, cómo gestiona cada autonomía la devolución, una vez se llega al tope de pago mensual, o si los datos de gasto farmacéutico están teniendo en cuenta o no las citadas devoluciones que hay que hacer a algunas personas, para obtener, con desesperanza pero sin dato alguno sobre la mesa, la constancia de la desinformación. Y no hace falta más que observar cómo en unas autonomías nadie adelanta ni un céntimo sobre su tope mientras en otras se espera pacientemente seis meses, para asumir que la igualdad no es el término más adecuado.

Batallar con las autonomías ofrece algo más de luz..., la suficiente para ver que los datos económicos no terminan de cuadrar y que el impacto sobre la salud, el asociado al efecto disuasorio que podría estar llevando a algunos pacientes a no retirar de las farmacias medicaciones necesarias por dificultad para hacer frente a los pagos, no es que no se haya medido, es que ni siquiera se ha planeado medir.


Devoluciones
Un año después de la implantación del nuevo modelo de copago farmacéutico y de centenares de titulares en prensa se sabe poco sobre él. En Andalucía, Cataluña, Baleares, Canarias, Madrid y, ahora también, País Vasco, la norma se ha aplicado de forma que los pacientes no tienen que adelantar dinero una vez han llegado a su tope mensual. Por el contrario, en Aragón, Extremadura, Castilla y León y Valencia, los pensionistas adelantan los pagos y ven luego reembolsadas las cantidades que están por encima de su tope mensual al cabo de un semestre. Algo semejante ocurre en Castilla-La Mancha y La Rioja, que no agotan los seis meses, pero sí rondan los cuatro meses de tardanza. En Cantabria esta cifra baja a los tres meses y en Navarra se aspira a reducirla a los dos meses para obtener la devolución.

En este desigual sistema de aplicación ha tenido que ver, y mucho, la falta de implantación de la receta electrónica en algunas autonomías, pero también la diferente fecha en la que se implantó la medida según la autonomía por los complejos procedimientos técnicos que implicaba, y por la voluntad de autonomías, como Cataluña, de vincularla al euro por receta.

El descuadre de fechas y reintegros se complicará en breve, cuando el Ministerio de Sanidad apruebe los tres nuevos tramos de copago para las rentas de entre 18.000 y 100.000 euros (para los que actualmente los activos tienen un copago igual del 50 por ciento), lo que obligará a modificar de nuevo los sistemas.

Entender el ahorro generado es, si cabe, más complicado. Sanidad sólo ofrece cifras sobre el ahorro global en farmacia desde la aprobación del decreto 16/2012, que no sólo modificó el copago, sino también el sistema de precios de referencia de los fármacos, entre otras cuestiones.

Esas cifras globales hablan de un ahorro en 11 meses (los datos a un año se conocerán el próximo mes) de 1.752 millones de euros, lejos de los 3.375 millones de euros previstos inicialmente de ahorro en la cartera suplementaria (descontados ya los 175 millones de ahorro que se fían al transporte sanitario no urgente, la ortoprótesis y los dietoterápicos).

Impacto
Los datos autonómicos no ayudan a un cálculo siquiera aproximado. Madrid cifra su ahorro en 29,5 millones, lo que, teniendo en cuenta el peso de Madrid en la factura farmacéutica y en un cálculo muy tosco, haría pensar en un ahorro nacional de unos 265 millones de euros. Pero si se usan los datos de Castilla-La Mancha, que estima un ahorro en su autonomía de 44,5 millones, el mismo cálculo arrojaría un ahorro nacional 3,5 veces superior, de casi 1.000 millones, una disparidad tan elevada que no es posible atribuir a la diferencia en los perfiles de renta y población.

Así, un año después del copago, se desconoce su ahorro real y, desde luego, su impacto en la salud del ciudadano.

¿Quién paga más que antes de la reforma?

El Ministerio de Sanidad no ha hecho nunca públicas las cifras de qué grupos de población se encuadran en cada tramo de copago. Sí lo han hecho algunas autonomías. En Madrid, por ejemplo, el 19,4 por ciento de la población desembolsa el 10 por ciento del coste del fármaco. Se trata de pensionistas que antes de la reforma no pagaban nada. Dentro de éstos, los datos de Castilla-La Mancha ayudan a entender que cerca del 82 por ciento de estos pensionistas tienen un límite máximo de 8,14 euros al mes, y un 12,8 por ciento tienen un límite de 18,3 euros mensuales. En el tramo de copago del 40 por ciento del coste del fármaco (activos con menos de 18.000 euros de renta) figura en Madrid el 48,7 por ciento de la población. Este colectivo ya pagaba el 40 por ciento antes de la reforma. Con un copago del 50 por ciento figuraría alrededor del 27 por ciento de la población, que habría visto incrementado su copago en diez puntos. Finalmente, el 60 por ciento de copago (rentas superiores a 100.000 euros) afectaría al 1,7 por ciento de la población.

El espejismo de un acuerdo autonómico... pendiente de nuevos acuerdosEl espejismo de un acuerdo autonómico... pendiente de nuevos acuerdos

Todas las autonomías figuraron en la foto de familia del Consejo Interterritorial que aprobó la reforma del copago. Pero la foto se convirtió pronto en un espejismo. Andalucía, País Vasco, Navarra, Canarias y Cataluña mostraron su disconformidad con la reforma, y País Vasco y Navarra se mostraron insumisas. El Interterritorial debe llegar ahora a un nuevo acuerdo para revisar los tramos de copago y la foto no está asegurada.

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