jueves, 24 de abril de 2014

El director del Instituto de Salud Carlos III de Madrid (ISCIII), Antonio L. Andreu :: El Médico Interactivo :: “En el sector salud esta crisis está siendo una ventana de oportunidad”

:: El Médico Interactivo :: “En el sector salud esta crisis está siendo una ventana de oportunidad”



“En el sector salud esta crisis está siendo una ventana de oportunidad”



Abril de 2014 - Mónica de Haro

El director del Instituto de Salud Carlos III de Madrid (ISCIII), Antonio L. Andreu, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO

¿El 2013 ha sido un mal año para la investigación en salud?
Ha sido un año muy complicado por la situación financiera, y además de los problemas presupuestarios, hemos tenido que poner en marcha todas las actividades del nuevo Plan Estatal de Investigación Científico-técnica de Innovación
Sin embargo, el ISCIII goza de un estatus un tanto particular...
Desde el Carlos III hemos tenido un año particularmente complicado porque en el entorno del sistema hemos sido prácticamente la única agencia que ha podido mantener los niveles de financiación a lo largo del año en el marco de la convocatoria de la Acción Estratégica en Salud. La financiación en investigación en salud utiliza una parte muy significativa de los fondos que proceden directamente de la industria farmacéutica, lo cual ha salvaguardado y mantenido una cierta protección presupuestaria de nuestras capacidades para fomentar nuestras convocatorias.
También gozan del apoyo y sintonía ministerial...
Sí, tanto el Ministerio de Economía y Competitividad como el de Sanidad creen que la investigación y la atención sanitaria tienen que ser elementos que deben caminar uno junto al otro. Y de hecho, nos están apoyando cada día en sus propias competencias.
¿Esta posición 'privilegiada' conlleva una presión adicional?
Durante todo el año, la única ventanilla que ha estado adecuadamente abierta ha sido la nuestra, y esto ha sido una presión importante en el proceso de la gestión de las actividades que nosotros tenemos dentro del sistema. De hecho, los programas del Plan Nacional a lo largo del 2013 no se pudieron convocar hasta finales de año. Aún así en el 2013 hemos podido mantener en un nivel adecuado la velocidad del sistema en investigación en salud gracias a la coexistencia de dos elementos: un cierto nivel de autonomía en la capacidad de gestión al ser un organismo público de investigación y que parte de los fondos procedentes de la industria farmacéutica a través de la disposición adicional sexta de Uso Racional del Medicamento determina que Farmaindustria retornará al Carlos III, en función de un porcentaje fijo de la factura farmacéutica, para fomentar las actividades de investigación biomédica.
¿El análisis retrospectivo es por tanto bueno?
El hecho de que en el resto del sistema la situación haya sido tremendamente complicada ha repercutido sobre nuestra propia estructura porque en investigación todos dependemos de todos. Pero excepto alguna situación puntual, hemos podido -en una visión global- mantener el conjunto de nuestras actividades. Lo demuestra el hecho de que en 2012 financiamos 737 proyectos de investigación, y en el 2013, 711, que están dentro de la acción estratégica en salud. en cuanto a los programas de recursos humanos, los seis se han mantenido en la misma dotación, excepto el Programa de Becas Pre-doctorales, pero la dotación se ha podido inyectar dentro de toda la convocatoria de proyectos.
Incluso se han puesto en marcha programas nuevos...
Sí, hemos podido poner en marcha dos programas nuevos de mucho impacto sobre el sistema: el programa Joan Rodés y un programa de institutos de investigación sanitaria. Hay que destacar que el programa Joan Rodés está haciendo algo revolucionario en el sistema, está utilizando fondos de I+D para la contratación de personal asistencial en los centros de investigación en salud, para incorporar profesionales en las plantillas asistenciales con los máximos niveles de experiencia investigadora. Por tanto, aunque el año 2013 ha sido difícil, hemos podidos mantener la velocidad del sistema sin incrementar pero sin disminuirla de forma significativa.
¿Y qué ha sido lo más positivo?
La aceleración del programas de los institutos de investigación sanitaria. Algo fundamental porque son la punta de lanza del sistema, son instituciones muy competitivas, de alta visibilidad a nivel nacional e internacional, que este año ya se han empezado a desplegar de una manera muy valiente. Otro elemento muy importante es que a lo largo de este año se ha acabado de articular el proceso de creación del único consorcio CIBER, que representa la fusión operativa de todos los otros CIBER dentro de un único consorcio.
¿Qué destacaría del 2014?
Ha habido muchas actividades destacadas en lo que va de año como la puesta en marcha de la Plataforma de Recursos Moleculares y Bioinformáticos que incluye programas de genotipado, proteómica, ácidos nucleicos, líneas celulares y bioinformática; y el despegue nuevas convocatorias de Redes Temáticas de Investigación Cooperativa.
¿Cuál ha sido el denominador común de todas estas actividades?
Todas las actividades que se han puesto en marcha, desde distintas perspectivas, van dirigidas a que los científicos en el área de salud del país agregen sus capacidades para hacer proyectos y actividades de mayor masa crítica y, por tanto, más competitivos. Ha sido el año en el cual los científicos, en el área salud, más que nunca han unido sus capacidades para hacer proyectos más beneficiosos, fruto de la situación presupuestaria complicada.
¿Crisis también significa oportunidad?
Paradójicamente nosotros estamos detectando de manera muy clara que en el sector salud esta crisis está siendo una ventana de oportunidad para que los investigadores reorganicen sus propios procesos y decidan abordar nuevas agendas colectivas.  En este sentido, tenemos que ser capaces de compatibilizar las agendas individuales con las agendas colectivas a un nivel más macro, que haga que tengamos masas críticas adecuadas que nos permitan competir y consigan que España mire hacia fuera.
¿La ciencia y los investigadores españoles revalorizan la marca España?
A pesar de la crisis financiera importante que ha vivido la ciencia, todos los indicadores de generación del conocimiento indican que los científicos españoles, específicamente en el sector salud, se mantienen en las diez primeras posiciones del ranking mundial. Hasta ahora hemos oscilamos entre 9 y 12, pero no hemos bajado hasta 25. Lo cual es muy importante porque quiere decir que la estructura de base es muy potente.
O sea, que somos listos pero todavía no sabemos sacar partido de ello
El talento nos ha permitido afrontar la crisis mejor que otros países del entorno. El CNIO es un ejemplo paradigmático, porque a pesar de todo es uno de los 10 mejores centros de investigación médica de todo el mundo. Por tanto, la inversión sembrada se está recogiendo. Tenemos un auténtico fondo de armario en la ciencia española y hay que ser lo suficientemente inteligente como para utilizarlo con el mayor nivel de eficiencia y eficacia para que el nivel baje lo menos posible.
¿Cuál es la situación presupuestaria para el 2014?
Estamos en un escenario presupuestario que claramente empieza a dar señales más tranquilizadoras. Nuestra realidad es positiva porque tenemos un incremento de la subvención nominativa de la Secretaría de Estado de 18 millones de euros. Somos el OPI que más ha crecido en subvención porque la Secretaría de Estado y el Ministerio de Sanidad apoyan estratégicamente la investigación en salud que se está haciendo desde esta casa.
¿En qué se va a traducir esta 'inyección' monetaria?
Eso nos va a permitir introducir en el sistema determinadas actividades que hay que hacerlas con un cojín financiero adecuado, y vamos a poner en marcha toda una serie de instrumentos que se van a publicar en la AES 2014, de momento en una dimensión moderada, en relación con el incremento mencionado.  Vamos a empezar a hacer cosas nuevas que ahora más que nunca entendemos que van a ser necesarias para desarrollar la investigación en salud cara a lo que queda del siglo XXI y sobre todo, cara a los parámetros que Europa marca en el seno de horizonte 2020.
El gran reto del ISCIII es...
Nuestra misión sigue siendo fomentar la cultura de la innovación en el SNS, si la situación se mantiene en este nivel de estabilidad.  Horizonte 2020 marca una hoja de ruta de ocho años de duración para todo el espacio europeo articulada sobre tres principios: producir ciencia de excelencia para ser competitivos globalmente, que la ciencia que se financia con los impuestos de los ciudadanos europeos solucione sus problemas prácticos, y que sirva para generar riqueza en el tejido productivo de Europa.  Por otro lado, la apuesta del Carlos III es mantener vivas las actividades dentro del SNS para poder dar a los ciudadanos los mejores tratamientos. Hay que utilizar los recursos de la manera más inteligente posible. Muestra de ello es cómo ha cambiado radicalmente el tratamiento oncológico en el país y en el entorno internacional. La Medicina del futuro es la Medicina personalizada porque es la más sostenible cuando esté implementada ya que va a permitir que los tratamientos sean lo más efectivos posibles. Además habrá que llevar a cabo modificaciones fruto del cambio en el perfil que ha generado en los últimos años relacionado con la tecnificación, la mejora de la esperanza de vida y con la permanencia en el sistema de las patologías crónicas de larga duración. Hemos hechos un sistema muy basado sobre una Medicina de agudos, pero los avances nos impulsan hacia el mantenimiento de la sostenibilidad de las patologías crónicas y del envejecimiento.
El mayor problema que tiene la ciencia española en estos momentos es...
Que existe un gap excesivo entre la capacidad que tenemos de generar conocimiento y que éste llegue a las empresas, y por tanto, sea capaz de generar riqueza. En los indicadores de innovación. En los años 2009-2012 España ocupaba la posición nº 9 del mundo en generación de conocimiento, mientras que en capacidad de generación de innovación ocupábamos el puesto 57. Y otros países europeos están en situaciones parecidas.
¿Se trata entonces de un problema global?
Sí, es algo que incumbe a todo el espacio europeo, el peligro de que las empresas europeas se queden a la cola en el entorno competitivo porque los mercados emergentes ya emergieron y ahora debemos luchar más para mantener la economía europea. Así que tenemos una situación complicada en la ciencia europea, ya que generamos mucho conocimiento científico pero esto no se transforma en algo que crea riqueza en las empresas.
¿Y esto qué supone?
Pues genera problemas como una no adecuada capacidad de inversión en las empresas en I+D y, por otro lado, revela la necesidad de que desde los agentes gubernamentales se diseñen instrumentos específicos para fomentar este tipo de acciones. Hay que trabajar mucho más intensamente y acelerar este proceso porque la economía europea ya no puede perder el tren. Por tanto tenemos que empezar a inyectar instrumentos de innovación en la investigación en salud. Este es el gran reto para la investigación en salud para el Carlos III en el año 2014 y en los años venideros.
Si lo que se ha hecho hasta ahora no ha funcionado, ¿cuál debería ser el siguiente paso?
Aunque hay mecanismos que apoyan a las empresas, nos faltan mecanismos que acerquen el conocimiento del sector académico a las empresas. Hasta ahora las agencias financiadoras financiaban la investigación en salud pero nos ha costado mucho diseñar instrumentos para que los investigadores del SNS, que son los que generan conocimiento, se convenzan de que ese mismo conocimiento se puede transformar en riqueza en una empresa biotecnológica, de comunicaciones, etc. El investigador no debe pensar sólo en la atención al paciente, por eso las actividades que se están llevando a cabo (creaciones de spin-off, acuerdos con las empresas...) tienen que estructurarse en un marco de eficiencia y eficacia.
Entonces es preciso también ver las cosas desde otro prisma, realizar un cambio conceptual y de perspectiva
Exacto, el objetivo de todo el sistema es diseñar instrumentos pero también es preciso un cambio cultural. Es importante que los investigadores en el área salud entiendan que hacen cosas que, adecuadamente gestionadas, podrían transformarse en un bien directo de atención a los pacientes y en riqueza productiva.
Pero a pesar de esto, hay cosas que sí se están haciendo bien
Un buen ejemplo es que en la convocatoria de este año esperamos poner en marcha un programa para la realización de doctorados, instituto de investigación sanitaria, empresa del sector ciencias y tecnología de la salud para, a través de la realización de una tesis doctoral, fomentar alianzas entre investigadores del sector académico e investigadores de las empresas en el sector ciencias y tecnológicas de la salud. De modo que los jóvenes licenciados podrán realizar una tesis doctoral co-tutorizada desde ambos ámbitos con dos años de estancia en un instituto de investigación sanitaria y una empresa.
¿En la unión está la fuerza?
Eso es. Todavía existe excesivo desconocimiento estratégico entre ambos sectores de las capacidades que tiene el otro. En este barco estamos todos: sector público, ciudadanos, empresa y sector académico. La clave está en diseñar estrategias para agregar nuestras capacidades y crear masas críticas a nivel social que nos permitan ser competitivos. España tiene ventajas estructurales que no tienen otros países del entorno europeo, el tejido investigador en el área salud está muy interaccionado a través de programas de investigación cooperativa y a nivel de programas nacionales que hacen que haya un flujo de comunicación entre los investigadores de todo el estado que trabajan juntos en modelos virtuales. Esas masas críticas existen y hacen que, a pesar de todo, los niveles de generación conocimiento se estén manteniendo altísimos. Es nuestra gran ventaja cultural y estructural a nivel de sociología de la ciencia.

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