lunes, 7 de abril de 2014

La mala suerte de que te diagnostiquen cáncer en el paro | Salud | EL MUNDO

La mala suerte de que te diagnostiquen cáncer en el paro | Salud | EL MUNDO



SOCIEDAD Desprotección laboral

La mala suerte de que te diagnostiquen cáncer en el paro



  • Una paciente recoge 300.000 firmas para mejorar la protección a pacientes oncológicos

  • Pide una incapacidad de oficio hasta que las revisiones se espacien cada seis meses

  • La AECC reconoce un aumento de consultas sociales y laborales



Beatriz Figueroa durante una de sus acciones de protesta
Beatriz Figueroa durante una de sus acciones de protesta ILKER ILKERMAN




Beatriz Figueroa, periodista y abogada, tuvo la mala suerte de ser diagnosticada de cáncer de mama mientras se encontraba en paro. La doble mala suerte que suponen la enfermedad y los vericuetos administrativos de la Seguridad Social en España. Su caso ha logrado recoger ya más de 350.000 firmas en España y ha llevado al BNG a presentar una Proposición de Ley en el Congreso de los Diputados para mejorar la protección laboral a los pacientes con cáncer y otras enfermedades crónicas.
Como ella misma explica desde Vigo, después de agotar la prestacción por desempleo que le correspondía tras 20 años trabajando, pasó a percibir un subsidio de 426 euros. "Ésta es la tarifa plana de la Seguridad Social por incapacidad temporal si estás en el paro, independientemente de los años que hayas cotizado o de tu base de cotización", explica. "Esa cantidad es el 80% del llamado IPREM, indicador de rentas múltiples, y es menos incluso que el salario mínimo interprofesional". Este martes entregará las firmas recogidas ante el Congreso de los Diputados.
Ese subsidio se revisa al año y es prorrogable hasta los 18 meses, "pero pasado ese tiempo, te dan el alta o te valoran para una incapacidad, algo que en la actualidad la Administración está rechazando a muchos pacientes con cáncer, como he podido comprobar en estos meses". Por eso, la proposición que se va a debatir próximamente en el Congreso pide que se conceda a los pacientes con cáncer u otras enfermedades crónicas la incapacidad permanente de oficio, al menos hasta que sus revisiones médicas pasen a ser cada seis meses, "un criterio médico que indica que, al menos, el riesgo de recidiva se ha aminorado", prosigue Beatriz. Esta petición no sólo beneficiaría a los pacientes con cáncer en paro, sino también a quienes se encuentran de baja médica, "porque a veces tienen presiones de sus empresas para que se incorporen a su puesto".
Después de varios días esperando una respuesta de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, lo único que ha obtenido EL MUNDO es esta escueta declaración por correo electrónico: "El sistema es revisable y está siempre abierto a ensanchar su capacidad protectora, siempre buscando fórmulas que garanticen su sostenibilidad".
En el caso de Figueroa, pasados los 18 meses de subsidio, y con una tercera operación aún pendiente, el tribunal de la Seguridad Social le denegó la incapacidad y le dio el alta. "Para muchos pacientes con cáncer, eso supone enviarte directamente a la cola del INEM, pero sin salud suficiente aún para buscar un empleo". Generalmente, explica Raquel del Castillo, trabajadora social de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), la baja médica y los principales tratamientos se cubren con una incapacidad temporal (que puede durar hasta los 18 meses), "el problema es que muchos pacientes continúan de médicos cuando termina esta incapacidad".
Lo sabe bien Teresa Silva, diagnosticada también de cáncer de mama en 2012 (había tenido un tumor en el otro pecho en 2003). "En mi caso, mi empresa me despidió estando de baja", cuenta esta cocinera, "y después de agotar los 18 meses de baja, el tribunal me denegó la incapacidad absoluta y me dio una total permanente". En lenguaje llano, la Administración reconoce que no puede ejercer de cocinera por las secuelas de la enfermedad, pero está abocada a buscar otro empleo. "Si llevo toda la vida de cocinera, ¿qué hago ahora? Si no te cogen en ningún sitio...". La pensión a la que tiene derecho es de 479 euros, a los que empieza a restar "368 de hipoteca, ciento y pico de comunidad, luz, agua... Tenía unosahorrillos, pero ya se van acabando".
Ya el año pasado, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, la AECC reconoció que habían aumentado un 52% las peticiones de ayudas sociales en sus sedes. Como Beatriz, muchos pacientes han visto cómo la enfermedad se aliaba con la crisis. "En esta cuestión siempre ha habido un problema histórico, porque muchas empresas tienen recelos a contratar a una persona que ha tenido cáncer por miedo a que falte para ir al médico o que sufra una recaída", ratifica Raquel del Castillo. A esa situación, admite, se suma ahora la coyuntura económica. "Realmente no sabemos si la Administración está denegando más incapacidades, porque no hay datos, pero sí estamos recibiendo más demandas de pacientes en este sentido". Por eso, insiste, los programas de reinserción laboral o la búsqueda de alternativas laborales y formación son clave para paliar esa situación de vulnerabilidad.
En el caso de Marta Prado, de 38 años, el cáncer le pilló con un contrato de sólo 20 horas semanales, "aunque llevaba más de 15 años cotizados con contratos de horas semanales", relata a EL MUNDO. Estuvo un año de baja con una pensión de poco más de 500 euros, "y al año la Seguridad Social me dio automáticamente el alta. Pero si yo tenía todavía dos o tres citas semanales en el hospital, ¿a qué empresario le pido yo trabajo?", se lamenta. Entre las secuelas que sigue sufriendo después del tratamiento destaca las infecciones constantes en las uñas [por las secuelas de la quimioterapia en los capilares finos de los dedos] y la mucositis, que le hace moquear constantemente. "Soy camarera, ¿cómo voy a servirle a usted en estas condiciones?", le dijo al tribunal.
"La Seguridad Social nos aboca a un desempleo asistencial", denuncia Beatriz Figueroa, que ha conseguido reunir más de 350.000 firmas a través de la plataforma on line Change.org. La proposición -elaborada por el catedrático de la Universidad de Vigo Jaime Cabeza- fue presentada por la diputada del BNG Olaia Fernández Dávila el pasado 4 de diciembre y está previsto que sea debatida próximamente.
Beatriz ha contado en este tiempo con el apoyo de otros pacientes en situaciones similares, como José Antonio Fernández. "Mi situación no es tan mala como la suya", explica a las pocas horas de hacerse un TAC para revisar la evolución de un linfoma de Hodgkin. En su caso, el tribunal le concedió una incapacidad temporal para que trabajase en otra ocupación diferente de la habitual (descargando camiones) el mismo año que se sometió a un trasplante de médula (en aislamiento durante 40 días) y recibió ocho ciclos de quimio. "Ya me dirás tú a mí...", sentencia, "además te impiden darte de alta como autónomo, supongo que porque presuponen ya de entrada que les vas a engañar. Pero, ¿quién te va a contratar en esas circunstancias?". En su opinión, a la gravedad del diagnóstico se suma para muchos pacientes como él la descoordinación de las administraciones: "No es sólo que nos den cuatro duros, que son nuestros, es que un funcionario te dice una cosa y en otra ventanilla lo contrario".

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