domingo, 8 de junio de 2014

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La atención a los niños empeorará si las jubilaciones de pediatras se siguen cubriendo con especialistas de adultos, denuncia la AEP



Madrid (07-09/06/2014) - Redacción

• Paliar el déficit de especialistas pasa por que Sanidad se reúna con los pediatras para evaluar necesidades actuales y de futuro, y dote de las plazas necesarias en consecuencia

• En el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de Pediatría se presenta el estudio FOMIR, que muestra que la gran mayoría de los residentes pediátricos defiende ampliar su periodo de formación a cinco años y con una ACE tras la residencia

Aunque varíe según la región, España está sufriendo un déficit de especialistas pediátricos provocado por un descenso de plazas en las convocatorias para Pediatría y por una cobertura de las jubilaciones de pediatras por otros especialistas de adultos. Esta preocupante situación ha sido uno de los temas centrales que se han tratado en el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que en 2014 cumple cien años.
Este déficit, y la solución de cubrir las plazas de pediatras por especialistas de adultos, "repercutirá tarde o temprano en una peor atención a los niños", señala el doctor Antonio Nieto, vicepresidente de la AEP. "El médico que atiende al niño necesita tener un conocimiento de las necesidades en esta etapa de la vida, mientras que un especialista de adultos conoce la enfermedad, pero no las especificidades del niño. Por eso, una buena asistencia al niño la debe prestar el pediatra", ha dicho.
La solución, según el doctor Nieto, pasa por que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad acuerde con la AEP las necesidades actuales y futuras de plazas por provincias, y, en consecuencia, provea del número de plazas necesarias, y por que reconozca las especialidades pediátricas.
El vicepresidente de la AEP cree que este último aspecto es el que está más cerca de conseguirse, puesto que depende de la aprobación del decreto ley sobre troncalidad, que se prevé lograr en el último tercio del año y que establece el tronco común de la Pediatría y de sus áreas de capacitación específica (ACE).
La regularización de las especialidades "permitirá su sistematización. Ya hay unidades preparadas para prestar docencia y con un programa formativo elaborado, como se reconoce en el Libro Blanco de las Especialidades Pediátricas". El ejemplo más patente de la situación de las especialidades pediátricas es la Neonatología: "Ahora mismo cualquier médico tendría la capacidad legal para intervenir en esta especialidad; eso hay que regularlo de alguna forma, porque ¿hay alguna especialidad que sea más pediátrica que la Neonatología?", concluye el doctor Nieto.
El déficit de especialistas ya se empieza a notar: "Pediatría es una especialidad con una tasa de frecuentación muy alta y con cada vez menos tiempo disponible en consulta, lo que está provocando que sea más difícil diagnosticar o valorar la clínica, pero también está disminuyendo el tiempo para educar al niño y a su familia, un aspecto fundamental", afirma Santiago Nevot, del Hospital Sant Joan de Deu de Manresa.
El estudio FORMIR: los residentes piden más formación
El aumento de recursos debería enfocarse principalmente a una mejora de la formación, que es lo que los residentes de la especialidad piden, como lo demuestra el estudio FORMIR, una encuesta en la que han participado casi 200 residentes de todas las comunidades autónomas y que se ha presentado en el Congreso Extraordinario de la AEP.
Según los resultados del estudio, el 83 por ciento de los residentes ampliaría su formación en un ACE después de la residencia. De entre las áreas escogidas, la opción citada por un mayor número de encuestados es Pediatría de Atención Primaria (17,5 por ciento, si bien sólo el 7,5 la escoge como opción única), seguida de Neonatología (16 por ciento escogida como opción única por el 10,6).
"Dada la coyuntura actual, en la que la salida profesional posterior no es tan sencilla como hace algunos años,  se hace cada vez más necesario no sólo salir formado como un buen pediatra general, sino además intentar profundizar en alguna ACE concreta", argumenta el doctor Antonio Hedrera, coordinador del Grupo MIR de la AEP.
Según el mismo estudio, el 94,2 por ciento de los residentes se muestra favorable a ampliar a cinco años la formación especializada en Pediatría. Además, un 87,3 por ciento de la muestra valora como satisfactoria o muy satisfactoria la estructuración de este período de cinco años en tres iniciales de Pediatría general y dos de ACE.
Para el doctor Hedrera, a este modelo 3+2 debería añadírsele la elaboración de un programa formativo por competencias, que "facilitaría la difícil tarea de la evaluación del residente, no tanto como un mero proceso formal, como ocurre actualmente, sino como un indicador fiable de qué competencias se han alcanzado y cuáles deben mejorarse".
Por último, el estudio FORMIR también ha mostrado el escenario de la situación de la investigación: el 50,3 por ciento de los residentes encuestados no participa en ningún proyecto de investigación y el 64 por ciento opina que la información que recibe sobre actividades de investigación es insuficiente o muy insuficiente.
Al igual que los residentes encuestados, el doctor Luis Madero, presidente de la Fundación Española de Pediatría, cree que, "aunque la situación empieza a cambiar, la investigación pediátrica es aún muy deficitaria". Y lo atribuye a dos causas. La primera es que el medio general no favorece el desarrollo de la investigación: "En Medicina hay especialidades que investigan más. Por eso es necesario concienciar de que investigar en Pediatría no está sólo al alcance de unas elites sino que es una necesidad".
La segunda causa radica en el menor desarrollo de fármacos para niños por la dificultad de introducirles en ensayos clínicos: "Debido a la protección de la infancia, se han evitado los ensayos con niños; pero esa protección se ha vuelto en su contra, ya que al final se acaban adaptando a la infancia los fármacos probados con adultos, y no es lo mismo". Sin embargo, la reglamentación estadounidense y europea ya está obligando a que en los ensayos clínicos se incluya una subpoblación pediátrica.
Congreso centenario
La reunión anual que congrega a los pediatras españoles cumple cien años: se celebra en Madrid el Congreso Extraordinario de la AEP, cien años después de que se celebrara en Palma de Mallorca el primer congreso de la Pediatría española, propiciado por el profesor García Vargas.
Para realzar tan relevante acontecimiento, la Junta Directiva de la AEP, presidida por el profesor Serafín Málaga, ha invitado a participar a las sociedades de Pediatría de Latinoamérica integradas en la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE), además de a las sociedades de la especialidad pediátrica de Estados Unidos, Italia y Portugal, en el marco del II Congreso Extraordinario Latinoamericano de Pediatría, que se celebra de forma conjunta al Congreso Extraordinario de la AEP.
"La buena sintonía entre los actuales Comités Ejecutivos de la AEP y ALAPE ha permitido que en los últimos años hayamos potenciado la presencia de la Pediatría española en Latinoamérica", explica al respecto el profesor Málaga, opinión que secunda Gonzalo Giambruno, presidente de la ALAPE.
El Congreso Extraordinario se postula como el congreso de la unidad, necesaria para hacer frente a los retos que se le plantean a la especialidad: "Debemos batallar a favor del reconocimiento de las especialidades pediátricas y contra los recortes administrativos y económicos que se están produciendo en las diferentes regiones, para que se haga frente al déficit de pediatras y los niños siempre sean atendidos por un especialista en la Medicina de la infancia", argumenta el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité Científico Ejecutivo de los Congresos de la AEP.
"Sólo así conseguiremos disponer de una Pediatría del siglo XXI desde un punto de vista social, administrativo, asistencial, docente e investigador. Debemos adaptarnos a los ritmos actuales, y para eso necesitamos una adecuación económica que nos permita lograr una mejora de los recursos materiales y humanos y aprovechar mejor los que ya tenemos".
Y se defiende el modelo español de atención pediátrica, con el que se ha alcanzado "un nivel asistencial de excelencia del que dan fe su baja tasa de mortalidad infantil, sus altas coberturas vacunales y una más que satisfactoria aceptación de la labor de los pediatras por parte del niño y su entorno familiar".
'Cruz. Tratado de Pediatría'
Además, durante el Congreso Extraordinario tendrá lugar la presentación oficial de la 11ª edición del 'Cruz. Tratado de Pediatría', una obra que incorpora los conocimientos, habilidades y actitudes que por consenso internacional se considera imprescindible dominar para poder prestar una asistencia pediátrica de calidad.
"Esta obra es un manual de referencia para todos los que nos hemos dedicado a esta especialidad, y ha marcado la actividad profesional de miles de pediatras hispanohablantes", afirma el presidente de la AEP. "Se trata del retrato en tiempo real de la Pediatría y sus especialidades en España y de su práctica clínica en la actualidad".
La 11ª edición de 'Cruz. Tratado de Pediatría', disponible por primera vez en versión electrónica, contiene 481 capítulos, agrupados en 30 partes -correspondientes a las distintas especialidades pediátricas-, que resultan en casi 3.000 páginas divididas en dos tomos. Además, se ha enriquecido mediante ilustraciones, gráficos, imágenes y fotografías, muchas en color, y cuenta con la participación de distinguidos pediatras de México, Argentina, Chile y otros países hispanoamericanos.

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