jueves, 10 de julio de 2014

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La futura formación médica debe incorporar la capacidad gestora y humanista



Madrid (10/07/2014) - Redacción

• En el Encuentro de Verano 'Profesionalismo Médico' de la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM se apunta que al perfil del profesional médico del futuro tendrá que sumarse la gestión clínica y la gestión por procesos y enfocarse tanto al resultado clínico como al social

• La nueva 'Guía para la Evaluación de la Práctica Clínica en las Facultades de Medicina' define instrumentos homogéneos para todas las universidades españolas que valoran al estudiante tanto en la práctica clínica como en los entornos simulados

El ejercicio de la Medicina se suele asociar a la capacidad científico-técnica de los profesionales sanitarios. Pero no sólo depende de ella, como está demostrándose en los últimos años con el auge del profesionalismo médico, es decir, de la valoración de la forma en la que el médico desempeña su labor profesional, como se ha explicado durante el Encuentro 'Profesionalismo Médico', organizado por la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-Universidad Complutense de Madrid (UCM), en el marco de los Cursos de Verano de El Escorial de la universidad madrileña.
"Las facultades de Medicina enseñan muy bien los conocimientos científico-técnicos, pero no tanto lo relativo al trabajo en equipo o el uso eficiente de los recursos, ente otros aspectos", ha explicado el doctor Jesús Millán, director de la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM. "Se trata de competencias transversales, que no afectan directamente a ninguna especialidad, pero que son fundamentales para el conjunto de todas ellas. Un buen médico no tiene por qué ser buen profesional, y viceversa. Estamos trabajando por conseguir ambas cosas, y para ello hemos apostado por el profesionalismo médico".
En palabras del doctor José Antonio Gutiérrez, director del curso y consejero de la Fundación Lilly, "el buen médico es un profesional que aúna los conocimientos científicos y técnicos con las habilidades que le permiten ponerlos al servicio de la atención a sus pacientes con la máxima eficiencia y sensibilidad. Al conjunto de estas capacidades que constituyen los vértices de la piedra angular sobre la que se sustenta el ejercicio correcto de la medicina llamamos profesionalismo médico. Ser buen médico no es sinónimo de ser buen profesional, lo mismo que no es sinónimo ser un buen médico y ser un médico bueno".
El estudio Vademeca
Para comprobar cuáles son esas características inherentes al profesional médico, la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM y la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid están llevando a cabo el estudio 'Valores del Médico y su Carácter' (Vademeca), que define el retrato robot de los estudiantes de Medicina y lo compara con el de otras licenciaturas, como Psicología y Económicas.
Los últimos resultados, presentados en este curso de verano, ha secundado la hipótesis: "Aunque hay valores compartidos a causa de la juventud, muchos son inherentes a los médicos", ha destacado el doctor Millán. Entre esos valores cabe citar la gratitud, la prudencia, la persistencia y la autorregulación. El objetivo final del estudio es buscar las virtudes del médico para reforzarlas.
Durante el curso 'Profesionalismo Médico' también se ha presentado la 'Guía para la Evaluación de la Práctica Clínica en las Facultades de Medicina', promovida por la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM, la Sociedad Española de Educación Médica y la Conferencia Nacional de Facultades de Medicina, que contiene recomendaciones concretas sobre los instrumentos de evaluación de la práctica clínica que podrían implantarse en todas las facultades españolas.
Estos instrumentos valoran al estudiante tanto en la práctica clínica como en entornos simulados, además del portafolio del profesional (inventario y recogida sistemática de las actividades que el profesional realiza) y de sus conocimientos.
La figura del médico, por tanto, "ha de ser la de un profesional que sobre todo busque el servicio a la sociedad, sea prudente, humilde y con una gran capacidad de raciocinio", según el doctor Millán.
Evolución del médico hasta nuestros días: la gestión clínica
La percepción del médico ha variado con los siglos desde el nacimiento de la Medicina occidental en Creta con Hipócrates. "Desde entonces, se ha evolucionado mucho, y hemos llegado a una sociedad en la que se cura y se previene mucho, pero no debemos quedarnos ahí. Aún tenemos mucha mortalidad por cáncer, convivimos con enfermedades crónicas... Nos queda un camino larguísimo en lo que se refiere al conocimiento médico", ha dicho el doctor Jaime Merino, director del Departamento de Medicina Interna de la Universidad Miguel Hernández (Alicante).
Pero también hay que avanzar en el modelo: "Hasta ahora teníamos una Medicina paternalista, basada en una especie de despotismo ilustrado según el cual todo giraba en torno al enfermo, pero sin contar con él", ha comentado el profesor Merino.
Por eso ha llegado el momento de nuevos modelos, como el profesionalismo médico, en el que, igual que Hipócrates limitaba su poder, el médico ejerza más de asesor y sea más empático y asertivo. Según el profesor de la Universidad Miguel Hernández, "este modelo ya se está implantando de forma natural y progresiva en las sociedades occidentales".
Una de los elementos que está permitiendo este cambio de modelo es la gestión clínica, que se está afianzando como un nuevo paradigma de la Sanidad pública y que, como solicitaba el doctor Millán, pide un cambio en los programas formativos del médico.
"En la formación clásica no hay asignaturas que se centren en los aspectos más globales de la profesión médica", ha explicado el doctor Carlos Alberto Arenas, gerente del Complejo Hospitalario de Toledo. "Salvo a veces en Medicina Preventiva y Salud Pública, hay un déficit formativo en gestión sanitaria. En ocasiones se intenta paliar con másteres de gestión o escuelas de negocio, pero lo que hay que hacer es introducir la materia gestora en el pre y el posgrado".
No obstante, el doctor Arenas cree que a medio plazo las autoridades sanitarias se darán cuenta de esta necesidad e irán introduciendo la gestión en los planes de estudio. De esta forma, se podrá lograr un perfil médico "más preparado para planificar, organizar y controlar y evaluar los resultados, más enfocado no sólo al resultado clínico sino también al social".
Gracias a ello también se podrá obtener un control de los gastos innecesarios, con "un proceso asistencial más pulido y adecuado, en el que aumente la comunicación entre los médicos. Lo ideal, en definitiva, es gestionar por procesos".

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