Biomedicina que adelgaza pero que aún 'tira' del CSIC

Los centros biosanitarios, como los demás, llevan años perdiendo fondos y personal; algunos hasta un 20-30%. Entre 2008 y 2012, pese al 'bajón' de recursos, lograron mantener y elevar proyectos, publicaciones y patentes...... pero la actividad científica ya empieza a resentirse; el sector privado y los fondos europeos, retos de doble filo.

José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es | 24/11/2014 00:00

La ciencia nota la pérdida de recursos (DM)

VISTA:

El CSIC viene de superar una situación crítica en 2013, con rescate financiero, un corralito puntual ya devuelto e incluso una amenaza de desaparición de centros (poco probable) que finalmente no cristalizó. La situación, sin ser para dar palmas, es mejor este año, y las perspectivas para 2015 van en sintonía. El personal y una gestión poco flexible son las principales preocupaciones, a las que se une otra: la ciencia empieza a notar los recortes de años pasados.

Los problemas financieros de 2013 y los de personal en 2014 no han surgido de repente, sino que son fruto de una pérdida de presupuestos y recursos humanos desde hace al menos cinco años. El presidente del Consejo, Emilio-Lora Tamayo, asume que este adelgazamiento progresivo está dañando al CSIC, y que los resultados científicos se resentirán a corto-medio plazo. La biomedicina no escapará a esta realidad.

El CSIC alberga 132 centros de investigación, divididos en ocho áreas temáticas. El área de Biología y Biomedicina cuenta con 19 centros, que reúnen a unos 530 investigadores en plantilla. Hay que destacar, a la hora de analizar cómo se gestionan sus recursos, que 12 de los centros son mixtos, ligados también a universidades y comunidades autónomas, por lo que no sólo el CSIC es responsable de su financiación, personal y actividad.

Preocupa el relevo
Entre los retos que se plantea el Plan de Actuación se incluyen una gestión más eficaz de los recursos, aumentar el personal técnico especializado y favorecer el relevo generacional e importación de jóvenes investigadores.

El Área de Biomedicina tiene una gran baza que le permite sacar pecho: da más al CSIC de lo que porcentualmente representa en capacidad, personal y peso específico.

Supone en torno al 20 por ciento de los centros, personal y fondos de todo el Consejo, pero sus resultados van más allá de este porcentaje. Así, en 2012 el área de Biomedicina del CSIC logró el 46 por ciento de la financiación de los proyectos aprobados por el Consejo, el 34 por ciento de financiación externa para proyectos y líneas de investigación, generó el 29 por ciento del total de patentes, y captó más del 20 por ciento de fondos europeos. Estas cifras parecen mantenerse en 2013, según la evaluación que el CSIC está cerrando de ese año. Echando la vista atrás, los artículos científicos publicados entre 2008 y 2012 sobre biomedicina han ido aumentando, dejando claro que la pérdida de fondos y personal no afectaba aún a la producción científica.

En 2012 ya se notaba un freno en el crecimiento, una estabilización con ciertas bajadas, en proyectos, contratos y recursos logrados con proyectos de investigación competitivos nacionales e internacionales. Las patentes concedidas y solicitadas, que entre 2008 y 2010 subieron de manera significativa, también se estabilizan y empiezan a bajar entre 2010 y 2012, con una previsión de continuidad.

El Plan 2014-2017 habla de fortalezas y debilidades en el área biomédica. Entre las primeras, está el clásico elevado potencial investigador, la internacionalización, la I+D de frontera en ciertas áreas, la motivación profesional, las ventajas de cierta descentralización gestora, y una mejorada actividad colaborativa.

Debilidades y soluciones
En cuanto a las debilidades, son más y, quizá, de más peso. Se habla de investigación fragmentada, fragilidad en los grupos por plantillas reducidas, envejecimiento del personal, falta de mecanismos para incorporar jóvenes, falta de técnicos especializados, equipamiento obsoleto, heterogeneidad en estructura y gestión de plataformas, gestión ineficaz y falta de liderazgo científico, deficiente organización interna, planes poco adecuados de formación y carrera profesional, y escasez de personal divulgador científico.

Frente a ello, se pide cierta reorganización de grupos y optimización de recursos humanos, más investigación multidisciplinar, minimizar la diversificación de los centros excesivamente multitemáticos, y evitar duplicidades existentes en equipamientos, plataformas tecnológicas, mantenimiento, y gestión de personal y proyectos. También se apunta más y mejor asesoramiento jurídico y técnico en la presentación y preparación de proyectos, y mejorar la gestión de los centros mixtos, revisando la relación con universidades e instituciones autonómicas.

Ventajas

1-Elevado potencial investigador y científicos dedicados y motivados.
2-Buen nivel de internacionalización, con mucha experiencia en participación y liderazgo de proyectos europeos.
3-Ventajas de cierta descentralización en la gestión, con mejoras en el control del gasto y la gestión de proyectos y personal.
4-Mejoras en los últimos años en plataformas y tecnologías genómicas de última generación.
5-Trayectoria de interacción con el sector industrial farmacéutico; la biomedicina lidera la generación de patentes y empresas spin-off.

Debilidades

1-Fragmentación de la investigación; heterogéneos en temas y sinergias.
2-Plantillas reducidas, envejecidas y poca capacidad para contratar jóvenes. Deficiencias en formación y carrera.
3-Ineficiencias de gestión y falta de liderazgo científico; fallos en gestión científica interna y distribución de recursos; infraestructuras obsoletas.
4-Reorientación de la investigación europea (Horizonte 2020) hacia I+D clínica: menos posibilidad de participar.
5-Falta de apoyo administrativo a grupos de investigación en gestión de proyectos, docencia y relaciones internacionales.