jueves, 4 de diciembre de 2014

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Conectar, participar y tomar decisiones. El potencial de la mHealth en el manejo de las enfermedades crónicas



Noviembre de 2014 - Lars Kalfhaus. Director General de Roche Diabetes Care en España

En la actualidad no hay una definición estandarizada y consensuada sobre lo que significa salud móvil, en inglés mHealth. La Organización Mundial de la Salud en su Observatorio Global de eHealth define mHealth como "la práctica de la Medicina y la salud pública apoyada en dispositivos móviles, como teléfonos móviles, dispositivos de monitorización, asistentes personales digitales y otros dispositivos inalámbricos". En la práctica, el concepto de mHealth abarca tanto hard como software tales como dispositivos, sensores, aplicaciones (incluyendo las de estilo de vida y bienestar), sistemas de orientación personal, información sobre salud y telemedicina utilizados para ofrecer información médica, acceso o registro de datos, o proporcionar servicios clínicos y con estos medios contribuir a una asistencia más centrada en el paciente. El tamaño del mercado europeo de mHealth en 2014 se estima en aproximadamente 900 millones de euros de los cuales un 54 por ciento puede ser atribuido a los ingresos de descargas de aplicaciones y ventas de dispositivos, seguido por los ingresos por servicios (33 por ciento) y los ingresos por transacciones y publicidad


A diferencia de conceptos anteriores como la telemedicina en los años 90 y la eSalud en los 2000, los factores que impulsarán la adopción generalizada de mHealth son más fuertes que nunca. Los principales motores pueden clasificarse en cuatro tendencias globales que están cambiando fundamentalmente la dinámica del mercado. "Móvil" -el extenso uso de tecnologías de bajo costo tales como smartphones y tabletas, así como los sensores de datos y dispositivos médicos que permiten la recogida de datos en tiempo real, la transmisión y comunicación en cualquier lugar y en cualquier momento, proporcionando así una sólida base tecnológica. El uso de los medios de comunicación "Sociales", y el Facebook y su billón de usuarios es sólo un ejemplo entre muchos, ha cambiado radicalmente la forma que la gente busca información y asesoramiento, la facilidad por compartir datos personales (incluyendo datos de salud y estilo de vida) e interactuar con los demás individualmente y con las instituciones. El "Yo Cuantificado", también conocido como "Self-tracking" describe una tendencia para recopilar datos de la salud diaria personal con el objetivo de superación personal y propósitos vitales. Las herramientas del "yo cuantificado" alimentan bucles de retroalimentación que pueden ayudar a las personas cambiar sus malos hábitos, y fomentar los buenos y recompensar por el progreso. Mientras que esta tendencia es bastante reciente en sujetos sanos, el concepto de la monitorización de parámetros vitales y bucles de retroalimentación está bien establecida, por ejemplo, en la gestión de enfermedades crónicas tales como el cuidado de la diabetes, desde la aparición de dispositivos precisos y confiables de monitoreo de la glucosa en sangre desde hace unos 20-25 años. Finalmente el aumento de la tecnología y las mejoras revolucionarias en almacenamiento de datos y la capacidad de procesamiento de datos conocido como "Big Data" y el tratamiento de datos en la nube es la tendencia que abre nuevas fronteras en la agregación de datos y el análisis de datos complejos y permite la minería de datos a partir de una multitud de fuentes y formatos de forma automatizada y rentable. Estos datos pueden ser de alto valor para la investigación epidemiológica, mejorar el tratamiento del paciente, buscando los modelos a nivel individual y también comparando poblaciones y aportando nuevas conclusiones mediante la inclusión de datos por ejemplo sobre el medio ambiente, el estilo de vida, la adherencia o datos de utilización del dispositivo que hasta ahora no se habían considerado en los estudios.
Las promesas y oportunidades de la mHealth
Los sistemas de asistencia sanitaria en Europa se enfrentan a importantes retos debido a la creciente demanda por el envejecimiento de la población, el aumento de prevalencia e incidencia de las enfermedades crónicas, el aumento de comorbilidades y el aumento de la complejidad de los tratamientos. Los costos totales de la salud en la UE han alcanzado 1 billón de euros en 2013, de los cuales la mayor proporción, de 70 a 80 por ciento, es decir aproximadamente 700 mil millones cada año se dedican a atender enfermedades crónicas. Al mismo tiempo, se estima que más de 140 mil millones de euros pueden considerarse costos evitables que podrían ahorrarse con un mejor manejo de las enfermedades crónicas, la coordinación asistencial y los incrementos de la eficiencia.
Según estimaciones recientes, hay disponibles en el mercado mundial 97.000 aplicaciones de mHealth, de las cuales aproximadamente el 70 por ciento están dirigidas directamente a los consumidores mientras que el 30 por ciento se enfocan al segmento del profesional sanitario. Pero el potencial de la mHealth va más allá de la descarga y el uso de estas aplicaciones solas. Desde una perspectiva basada en el valor del servicio médico, donde el valor se define como los resultados de salud (prevención de complicaciones, calidad de vida, progresión más lenta de la enfermedad, menos hospitalización, rápida recuperación, menos repeticiones etc. durante todo el ciclo total de la atención), la mHealth tiene el potencial de ser la base tecnológica adecuada para proporcionar resultados de salud igual o mejor a un costo menor. Los ejemplos de uso de la mHealth incluyen la recogida de datos médicos, de estilo de vida y del medio ambiente que combinados con la detección de pautas y algoritmos predictivos, permiten una mejor y más rápida toma de decisiones por parte del personal clínico, lo que permite un tratamiento más personalizado. Además la mHealth puede contribuir al empoderamiento del paciente mediante la educación, promoción de conductas saludables, el diagnóstico precoz y el control del desarrollo de la enfermedad. La mHealth también facilita el cambio de papel de los pacientes, de ser un consumidor más bien pasivo de recursos sanitarios a un participante proactivo y participativo, y a aumentar la motivación, la adherencia y la autonomía. De esta manera, el recurso más infrautilizado en salud, el paciente, puede activarse más, y al mismo tiempo facilitar intervenciones tanto clínicas como de estilo de vida. Esto es especialmente cierto para las enfermedades crónicas. De hecho, las soluciones de mHealth que abordan las enfermedades crónicas son las que tienen un mayor potencial. Dentro de este grupo, la diabetes se considera como el área terapéutica que podría beneficiarse más de la mHealth, seguida por la obesidad y la hipertensión.
Los desafíos en el cuidado de la diabetes van más allá de las opciones innovadoras en el tratamiento farmacológico. De hecho, en Europa hay más de 500 medicamentos y dispositivos médicos disponibles para el tratamiento de la diabetes y aun así solo entre un 6-10 por ciento de los pacientes alcanzan y mantienen sus objetivos clínicos. Esto sin mencionar la carga diaria y el impacto en la calidad de vida de la gestión de diabetes y el sufrimiento por las complicaciones prevenibles. Para los sistemas de salud el impacto económico es enorme, los costos para tratar diabetes en comparación con la población general son el doble para individuos bien controlados y aumentan a 24 veces en los pacientes mal controlados [figura 1]. El objetivo debería ser, además de proporcionar nuevos medicamentos y productos sanitarios, el promover la vida saludable, la prevención y la buena salud, evitar las comorbilidades y la progresión de la enfermedad y proporcionar el equilibrio adecuado y las herramientas para la integración de autocuidado y la atención profesional, así como optimizar los procesos de atención.
A pesar del entusiasmo generalizado con respecto a las oportunidades que pueden surgir de la mHealth, se han logrado muy pocas soluciones globales e integradas para ofrecer servicios a gran escala. La mayoría de las iniciativas están en una fase piloto y experimental, lo que refleja las dificultades para materializar las oportunidades existentes.
Un ejemplo de una empresa que desarrolla soluciones de mHealth en el sector del cuidado de la diabetes es Emminens Healthcare Services S.L. basada en Madrid. A través de sus módulos clínicos eConecta, Emminens permite realizar tecnológicamente el ciclo de gestión personalizada de la diabetes [figura 2] que han desarrollado los principales expertos y los investigadores en diabetes. Los módulos clínicos permiten a los pacientes descargar los datos de sus dispositivos médicos, para facilitar el análisis, así como para servir de base para el diálogo médico–paciente, la educación y la motivación del paciente, para los que hay otros módulos específicos [figura 3]. El sistema dispone de más de 20 algoritmos personalizables que se utilizan para la minería de datos y la detección de patrones, que apoyan la toma de decisiones clínicas a los profesionales de la salud para que se puedan optimizar los cambios de tratamiento. Un primer estudio piloto demuestra que esta función reduce el tiempo para el análisis de datos de 10 minutos a menos de uno y mejora la precisión de detección hasta el 87 por ciento, evitando resultados falsos positivos. Los módulos clínicos Emminens eConecta se complementan con soluciones específicas como la gestión de la población, la planificación y asignación de recursos y el cumplimiento de normativas [figura 4].
Principales retos para la implementación
La mHealth tiene el potencial de ser una innovación disruptiva que ofrece grandes beneficios clínicos y económicos a los sistemas de salud y al mismo tiempo propone mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, ello será posible sólo si no se implementa como una innovación incremental, es decir además de los procedimientos y procesos existentes. Las soluciones mHealth requieren cambios sustanciales y a veces nuevos patrones y flujos de trabajo en la prestación de asistencia sanitaria. Esto también significa repensar cómo se organiza la atención y esto supone no sólo un flujo de trabajo, sino también un cambio cultural que debe ser apoyado por los procesos de gestión y de un cambio y una alineación de los objetivos y planes de incentivos para los trabajadores de la salud.
La infraestructura tecnológica actual es a menudo fragmentada y la falta coordinación asistencial entre las diversas partes interesadas y los proveedores de sistemas son un problema importante. Los esfuerzos de la mHealth de diferentes proveedores deben coordinarse, la interoperabilidad de los distintos sistemas tiene que garantizarse y su integración en los modelos de historia clínica informatizada y en los sistemas de información sanitaria se debe tener en cuenta. Dada la complejidad y diversidad de los sistemas de salud y de las partes interesadas se debería considerar la utilización de herramientas de co-creacion de soluciones lo que añadirá más complejidad al proceso de creación.
La reticencia de los clientes, especialmente los institucionales, para pagar por las soluciones de mHealth es un problema que hay que abordar mediante modelos de negocio innovadores que generen ingresos a partir de los resultados en salud, tales como p.e. el riesgo compartido, la capitación o el resultado basado en modelos que van más allá del reembolso clásico. Para ello, se necesitan estudios potentes para demostrar que los resultados de las soluciones mHealth son superiores en cuanto a resultados clínico-médicos, mejoras en los procesos, reducción de los costes totales o mejoras de la calidad de vida. Aun así y además teniendo en cuenta el tema de la co-creación conjunta, será necesarios cambios en el marco contractual, especialmente en el caso de los contratos del sector público y en los procedimientos de licitación.
Por último es crucial la motivación de los pacientes a comprometerse con las soluciones mHealth durante un período sostenido de tiempo. Por eso se necesita, por un lado incentivos adecuados para que el paciente tome un papel más activo en su propio cuidado y además que la tecnología se desarrolle de forma que el uso sea rápido y fácil de manejo y además debe ser atractivo y conveniente para el uso cotidiano sin representar una intrusión en la rutina de la vida diaria de los pacientes. También es crucial para la motivación del paciente involucrar a los miembros de la familia y a otros cuidadores informales.
Conclusión
Los sistemas de salud en Europa se encuentran ante retos importantes en la manera que proporcionan atención médica, que van desde la demografía, al aumento de la complejidad del tratamiento, a las presiones presupuestarias y a la necesidad de mayor eficiencia. Mientras, la mHealth no debe y no puede sustituir a los profesionales sanitarios que siguen siendo centrales en la prestación de asistencia sanitaria, es una herramienta de apoyo y a la vez constituye el marco tecnológico para la gestión y prestación de la atención.
Para lograr todo el potencial de la mHealth, los médicos, los directivos sanitarios, los profesionales de la salud, los administradores sanitarios públicos y la industria necesitan repensar cómo trabajan juntos. El modo de trabajo debe comprender un enfoque colaborativo que incluya la creación conjunta entre las partes interesadas y la industria. En este escenario serán cruciales la innovación del modelo de negocio y los modelos contractuales y las formas de pago para que la implementación y la comercialización sea un éxito.

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