Juan Gómez Gerique, amigo e impulsor

José Antonio Gutiérrez Fuentes, presidente del Instituto DRECE de Estudios Biomédicos, analiza la figura de Juan Gómez Gerique, responsable del Área de Conocimiento Dislipemias y Riesgo Vascular en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander, fallecido el pasado 30 de diciembre a los 64 años de edad.

José Antonio Gutiérrez Fuentes. Presidente del Instituto DRECE de Estudios Biomédicos | 05/01/2016 11:36

Juan Gómez Gerique, responsable del Área de Conocimiento Dislipemias y Riesgo Vascular en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander (DM)

Nos dejó Juan. Para muchos un maestro; para otros tantos un compañero; para muchos más un amigo. Para todos, un ejemplo.

No se murió, no se fue por voluntad propia, se lo llevó la enfermedad. Enfermedad larga y penos, rodeada de circunstancias que, en general, parecieron injustas a los que estuvimos más cerca de él y solo su recia personalidad permitió sobrellevar sin abdicar nunca de sus ilusiones y proyectos. Esa personalidad única, y su entorno más próximo encarnado en su mujer, Lydia, que le acompañó, le escuchó, le atendió hasta el final con entrega ejemplar, y sus queridos hijos Regina y David.

Algún día, todos habremos de seguir el camino que él ha emprendido ahora. Muchos fueron delante y otros más lo haremos después, pero son pocos los que, como él, al hacerlo dejan un vacío y una huella perdurables. Un vacío, porque Juan llenaba mucho entre sus amigos y sobre todo entre los que le intentamos emular en el afán de conocer mejor lo que subyace a la enfermedad y las posibilidades de hacerle frente. Una huella, porque nos hizo ver que, a pesar de la adversidad o las dificultades, lo importante es saber lo que se quiere, las razones para ello, y adonde se pretende llegar. Y no escatimar esfuerzo para conseguirlo.

Juan Gómez Gerique ha sido uno de los médicos científicos más importantes de nuestros días. Para afirmarlo basta conocer su carrera profesional, su trayectoria y producción científica, su maestría e implicación en el conocimiento de la arteriosclerosis y sus causas, o en el diseño de orientaciones a la población sobre cómo prevenirlas.

Personalmente le conocí en Palma de Mallorca, cuando en 1987 coincidimos en el grupo impulsor de la Sociedad Española de Arteriosclerosis. Desde entonces tuvimos ocasión de colaborar o intercambiar puntos de vista en diferentes proyectos hasta que en 1990 convinimos en poner en marcha el Proyecto DRECE que nos mantuvo unidos en el interés por conocer la relación entre la dieta, los lípidos y las enfermedades en España.

Fue durante estos años que tuve la oportunidad de conocerle y valorarle en lo mucho que valía y aprendí de él que la convicción y seguridad en los planteamientos y la tenacidad y bien hacer al servicio de su consecución son los caminos para alcanzar la meta pretendida. Sin duda Juan hubiese deseado continuar el camino emprendido. Se fue, pero nos ha dejado marcada la ruta y nos ha enseñado como seguirla. En nuestras manos está el continuarla y honrar su memoria.

Gracias Juan.