martes, 10 de mayo de 2016

Una de cada diez infusiones intravenosas se prepara o administra con error

Una de cada diez infusiones intravenosas se prepara o administra con error



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cada diez infusiones

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En su continuo proceso de mejora la Farmacia Hospitalaria busca nichos de calidad comprometida en su actividad, siendo el manejo, control y administración de los medicamentos de alto riesgo, fundamentalmente intravenosos, donde cabe poner una mayor atención.
Recientemente, la doctora Teresa Bermejo Vicedo, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Ramón y Cajal repasaba en un foro científico-médico cuestiones esenciales para la seguridad del paciente, compartiendo con los profesionales sanitarios de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid recomendaciones muy importantes de la delegación española delInstituto para el Uso Seguro del Medicamento (ISMP), ente supranacional. Según el mismo, es necesario prestar la máxima atención al uso de los medicamentos de alto riesgo, poniendo ejemplos como los Agonistas Adrenérgicos IV (Adrenalina, Dopamina, Noradrenalina) o elNutriopusiato Sódico, entre otros. Por ello, la ponente recomendó consultar los listados actualizados de dicho instituto.
Los medicamentos de alto riesgo son aquellos que cuando no se utilizan correctamente presentan una mayor probabilidad de causar daños graves o incluso mortales a los pacientes. Por esta razón, estos medicamentos son objeto prioritario de las estrategias deseguridad del paciente y se recomienda que los profesionales los conozcan y que se establezcan prácticas para mejorar su seguridad en todos los procesos de su utilización. Según precisó la doctora, no hay una mayor frecuencia en los errores relacionados con este tipo de medicamento, siendo muy superior sin embargo su gravedad cuando acaecen.
Las recomendaciones del ISMP son establecer y difundir una relación con los medicamentos de alto riesgo disponibles en la institución; b) estandarizar su prescripción, almacenamiento, preparación administración; c) establecer dosis máximas y alertas automatizadas; d) limitar el número de presentaciones y de concentraciones disponibles, particularmente paraheparina, morfina e insulina; e) implantar prácticas de doble chequeo en la preparación y  administración de estos medicamentos; etc. Añadiendo la doctora Bermejo otra medida importante: evitar el almacenamiento de soluciones concentradas de electrolitos en lasunidades de enfermería, especialmente del cloruro potásico. Mandamientos que pueden resumirse en uno: Seleccionar los medicamentos de alto riesgo utilizados en el tratamiento del paciente crítico, protocolizar su uso y centralizar su elaboración en el Servicio de Farmacia. Y atendiendo de forma especial a estos objetivos secundarios: Evaluar el impacto de la protocolización en la seguridad del tratamiento: comparar la incidencia de EM detectados en los procesos de prescripción, validación y registro de la administración, y clasificarlos.
En un estudio interno desarrollado en el Servicio de Farmacia Hospitalaria, se observó que existía un 32% de errores en el uso de drogas vasoactivas en los servicios de Medicina Intensiva, afectando fundamentalmente a los pacientes críticos. Dándose áreas de riesgo para la aparición de eventos adversos, en una proporción de 1 de cada 10 infusiones realizadas. Estos errores de medicación relacionados con medicamentos de alto riesgo fueron observados en el informe de la NPSA: morfina, gentamicina, noradrenalina. Centrando el estudio en 29 Unidades de Vigilancia Intensiva (UVIs) con noradrenalina. Siendo los perfiles estudiados pacientes críticos ingresados en UVI: 1,7 EM/día.
El estudio desarrollado en el Hospital Ramón y Cajal utilizó un sistema de dispensación de dosis unitaria (SDMDU), siendo el 70% tradicional, junto a la prescripción electrónica asistida. Se puso el foco en el 100% de las camas médicas y quirúrgicas y las 4 unidades de vigilancia intensiva (UVIs), Habiendo en conjunto un 30% de sistemas automatizados. La investigación se ciño a pacientes críticos ingresados en UVI en tratamiento con MIV protocolizadas. Estableciéndose cohortes en un modelo de estudio prospectivo de intervención, no controlado. Los pacientes estaban ingresados en las UVIs por patologías de Medicina General, Cirugía General y de Digestivo, Cardiovascular y Coronaria. Por contra, se excluyó a pacientes de Neurocirugía o participantes en ensayos clínicos.
Como resultado de la protocolización se observaron grandes reducciones en los errores, entre las fases PRE y POST del estudio, tanto a efectos de Prescripción, como de Validación y Registro de la Administración. Concluyendo la doctora Bermejo que la protocolización ycentralización de la elaboración de los medicamentos de alto riesgo, disminuye la variabilidadde la práctica clínica. Se trata deun estrategia de seguridad factible en el medio hospitalario, observándose que las medidas adoptadas se traducen en una importante disminución deerrores dprescripción, validación y administración.
Dentro de su amplia actividad, la doctora Bermejo Vicedo también ha dado un especial impulso al pensamiento científico a la conciliación de medicamentos, cuando los pacientes son dados de alta en el medio hospitalario y deben seguir su farmacoterapia en el espacio ambulatorio o comunitario. Labor que ha tenido su reflejo en las grandes citas europeas de FarmaciaHospitalaria, con tesis muy aplaudidas dentro y fuera del continente.


PIE DE FOTO:  La doctora Teresa Bermejo Vicedo, jefa de Farmacia Hospitalaria en el Hospital Ramón y Cajal

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