lunes, 13 de junio de 2016

#MiPrioridadEnSanidad. Pilar Barral: seis propuestas para mejorar el SNS - DiarioMedico.com

#MiPrioridadEnSanidad. Pilar Barral: seis propuestas para mejorar el SNS - DiarioMedico.com



DIEZ PROFESIONALES 2.0 OPINAN PARA DIARIO MÉDICO

#MiPrioridadEnSanidad. Pilar Barral: seis propuestas para mejorar el SNS

Pilar Barral, farmacéutica comunitaria, es la segunda firma en la serie de colaboraciones de 10 profesionales 2.0 para el especial #EleccionesDM previo al 26-J. Lea el post de Enrique Gavilán.
Pilar Barral. Farmacéutica comunitaria   |  13/06/2016 17:00
 
 

Pilar Barral
Pilar Barral, farmacéutica comunitaria, escribe para #MiPrioridadEnSanidad #EleccionesDM (Pilar Barral)

Para mí fue toda una sorpresa el hecho de que se pusieran en contacto conmigo desde Diario Médico para pedir mi opinión sobre las necesidades del sistema sanitario de cara a las elecciones del próximo 26 de Junio.
En un primer momento me emocioné mucho al pensar que había gente que me veía como un posible referente sanitario. Este tipo de detalles nos ensanchan mucho la autoestima. Pero después vino el bajón (ya sabéis la teoría del Yin y el Yan, todo lo que sube tiene que bajar), y empecé a agobiarme un poco. No tengo ningún tipo de experiencia en economía, gestión o política sanitaria.
Entonces, ¿cómo voy a saber cuáles son las necesidades de nuestro sistema sanitario a estos niveles? Pasados unos minutos supe que agobiarme no me iba a servir de nada y me puse a pensar cuál era mi experiencia con el SNS, tanto como profesional sanitario como usuario del mismo. Y llegué a una serie de conclusiones que quiero reflejar a continuación:
  • Un mayor papel del farmacéutico en el SNS: está claro que cada uno de nosotros intentamos barrer un poco hacia nuestra casa. Pero lo que está pasando con el farmacéutico no es de recibo. El farmacéutico es un profesional de la salud formado y capacitado, e infravalorado. De cara a los políticos y a las altas esferas del SNS, el farmacéutico sólo es un empresario que "vende" medicamentos.

Poco a poco esta situación está cambiando (despacito, muy despacito). Gracias a numerosas campañas de divulgación estamos consiguiendo que esta situación sea diferente. El farmacéutico juega con ventaja, está todo el día cara a cara con el paciente. En muchas ocasiones, el farmacéutico es el primer escalón para que el paciente entre en la estructura del SNS.

Numerosas consultas que se hacen en la farmacia, acaban siendo derivadas a los médicos de atención primaria. Campañas de detección precoz, de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, y otras muchas de educación para la salud, se realizan a diario en todas las farmacias españolas.

Sin embargo, el farmacéutico tiene un poder limitado y, debido a los malos tiempos que nos ha tocado vivir, no tiene el respaldo necesario para continuar con estas acciones. Hasta ahora le ha tocado jugar sólo, gracias a organizaciones colegiales o científicas que, como todos sabemos, también tienen un poder limitado.

Por eso es esencial introducir al farmacéutico en la organización del SNS y que las propias instituciones vean (y valoren) el potencial que hay detrás del mostrador.
  • Una mayor coordinación entre Atención Primaria y Especializada/Hospitalaria: en sanidad no debe haber compartimentos estancos, sino todo un conjunto de departamentos interconectados. Los médicos y demás profesionales que intervienen en el cuadro de asistencia sanitaria deben poder trabajar en común, compartir información, consultarse sus dudas y poder así resolver el problema de salud de la forma más eficiente.

En este apartado aprovecho para reclamar una posible comunicación entre médicos, tanto de atención primaria como especialidad, y farmacéuticos de oficina de farmacia, evitando así paseos innecesarios del paciente de consulta en consulta, con el deterioro para su salud que esto conlleva.
  • Una historia clínica única: una vez que el paciente entra en el circuito del SNS, se le abre un expediente o un historial clínico. A este expediente se le van añadiendo todos los informes y pruebas diagnósticas necesarias para resolver su problema de salud.

Ese historial clínico debería estar accesible a todos los profesionales sanitarios involucrados en el proceso asistencial del paciente, salvaguardando la confidencialidad y el derecho de protección de datos que tiene el paciente.

Ahora bien, esa historia clínica la deben tener los profesionales en su consulta, a través de la tarjeta sanitaria del paciente. No es lógico pensar que el paciente deba llevar a todas partes, consigo mismo, toda una montaña de papeles y tener que contar a cada profesional que le vaya a tratar, todo lo que le ha sucedido hasta ahora.

Esta situación sólo conduce a un gasto en papel innecesario, a un agobio de cara al paciente por el miedo a perder algún documento, a un retraso en la atención porque el profesional tiene que leerse toda la historia mientras atiende al paciente, el cual además debe contar su historia una y otra vez, a cada nuevo profesional que visite.

En definitiva, una rueda continua de atención en la que todas las partes interesadas cuenten con las mismas cartas de juego.
  • Una receta electrónica única: esta prioridad es de una lógica aplastante. Hasta ahora, la receta en papel del SNS era válida en todo el territorio nacional. Con la llegada de la receta electrónica, esto cambió y nos tuvimos que encontrar ante 17 modelos de receta electrónica no interoperables entre sí. ¡Una verdadera metedura de pata! El paciente tiene libertad de movimiento, no así de asistencia sanitaria.

Cuando un paciente quiere irse de su residencia habitual, por el tiempo que considere necesario, debe planificar cuidadosamente toda su medicación porque, si se le acaba la misma, allí donde se encuentre, lo va a tener muy difícil para poder continuar con su tratamiento.

Los médicos de atención primaria pueden "adelantar" medicación con el fin de garantizar la continuidad del tratamiento mientras dure el tiempo que el paciente vaya a estar fuera de su residencia habitual.

Esto supone un perjuicio para todos ya que el médico ha de hacer más recetas de las necesarias (y deseando haber calculado bien para que el paciente no se quede sin su medicación), el farmacéutico ha de dispensar un número de envases mayor de lo habitual para que el paciente se lo pueda llevar (con el consiguiente riesgo de un mal almacenamiento por altas temperaturas, humedad, luz, etc., y la posible aparición de PRM relacionados con esa mala conservación), y el paciente ha de llevarse en la maleta un arsenal terapéutico que le permita poder continuar con su tratamiento allí donde vaya. ¿Es realmente necesario todo esto? La respuesta es no.

El paciente debe poder ir con su tarjeta sanitaria donde quiera y cómo quiera, y poder seguir con su tratamiento allá donde lo necesite.
  • Un calendario vacunal único: otra prioridad que parece obvia y que está lejos de poder solucionarse. Esta situación se deriva, como en la prioridad anterior, del hecho de encontrarnos ante 17 sistemas sanitarios dentro del territorio nacional. Pero es un hecho totalmente injusto. Depende de donde nazcas, así podrás acceder a un servicio o a otro.

Esta situación se agrava aún más si hablamos del tema de las vacunas, una acción prioritaria en Salud Pública de cara a la prevención de las enfermedades. Nuestros hijos deben tener el derecho a tener garantizada su salud en igualdad de condiciones.
  • Aligerar las consultas de atención primaria: como ya hemos comentado, la atención primaria es la puerta de entrada del paciente al SNS. Todos debemos pasar por ella. Pero esto no siempre resulta fácil.

En atención primaria las consultas están masificadas. Es habitual que, en muchos centros de salud, conseguir una cita para ese mismo día sea un imposible y, cuando ya estás en consulta, los retrasos son una tónica dominante. En mi caso particular, cada vez que tengo que ir al pediatra con alguno de mis hijos, sé que tengo una media de 40-50 minutos de retraso.

Pero, ¡ojo! La culpa no es de la pediatra, la cual por cierto es una excelente profesional. La culpa es de que no se puede tener una lista de atención a pacientes de más de 30 pacientes. No se puede hacer una consulta en condiciones con una duración de 5 o 10 minutos (no te has sentado cuando ya te tienes que ir).

Cada paciente necesita de un tiempo de atención diferente, porque no todo el mundo acude al médico con una misma situación. Así que se debe dejar un cierto margen de maniobra para que el médico pueda obrar.

Obviamente la única manera de solucionar este problema es incrementar las consultas y los médicos de atención primaria. Pero ése es un gasto que ningún político va a querer asumir, por lo que esta prioridad está lejos de poder ser resuelta.

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