lunes, 11 de julio de 2016

'Debe primar la relación industria-sociedad científica frente a industria-médico' - DiarioMedico.com

'Debe primar la relación industria-sociedad científica frente a industria-médico' - DiarioMedico.com



CARLOS MACAYA, PRESIDENTE DE FACME

"Debe primar la relación industria-sociedad científica frente a industria-médico"

Reivindica el papel de las sociedades como intermediarias para garantizar la independencia. Pide un informe jurídico y fiscal que aclare las implicaciones y obligaciones de estos pagos.
Laura G. Ibañes. Madrid | laura.gutierrez@diariomedico.com   |  11/07/2016 00:00
 
 

Carlos Macaya
Carlos Macaya, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Española (Facme). (DM)
La publicación de los pagos para formación, I+D y servicios que realizan los laboratorios a médicos y organizaciones sanitarias saltó la semana pasada a los grandes titulares de la prensa. El presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), Carlos Macaya, refrenda su apoyo a la transparencia, pero urge a separar nítidamente ante la sociedad civil qué se destina a investigación, qué a promoción y qué a formación.
PREGUNTA. ¿Cómo valora la decisión de la industria de publicar sus transferencias de valor a médicos y organizaciones sanitarias?
RESPUESTA. En primer lugar, tiene que quedar claro qué son las transferencias de valor. El valor que transfiere la industria a los profesionales es generar y difundir el más actual conocimiento médico, generalmente a través de las sociedades científicas, y eso se difunde mediante cursos de formación continuada , congresos, etc. Lo que se ha publicado es el coste económico de este valor, o sea lo que han invertido en esas transferencias de valor, pero los titulares de la prensa han sido los "millones de euros que han recibido los médicos españoles".
P. Los titulares sobre pagos a médicos eran más que previsibles...
R. Farmaindustria, que tiene todo su derecho a publicar lo que gasta, ya sabía cómo iban a ser esos titulares de prensa y estaba preocupada por su impacto; las sociedades científicas ya adelantamos que clarificaran bien el destino de ese dinero, que al final fueron 496 millones de euros. Por todo lo anterior urge la necesidad de establecer una separación nítida entre lo que los laboratorios invierten en investigar (ensayos clínicos promovidos por la industria), promocionar, y lo que es propiamente formación médica.
P. Pero, ¿teme de verdad que la población malinterprete los datos?
R. Siempre ha existido por los agentes sociales un halo de sospecha en la relación industria-médico. Los medios de comunicación necesitan "titulares" y el desglose actual no está suficientemente definido ni precisado y puede generar malinterpretaciones. 
No debemos olvidar que la actualización del conocimiento científico es una obligación del médico y no una opción, que va a repercutir en la calidad de la atención al paciente. Actualmente esta formación continuada es dependiente de esta colaboración industria-médico. Espero que esos mismos medios de comunicación utilicen titulares que clarifiquen y ayuden a interpretar correctamente a la ciudadanía el significado de la transferencia de valor en cuanto a la formación médica continuada se refiere.
P. ¿Deberían hacer las sociedades un ejercicio de transparencia semejante?
R. Debemos de nuevo clarificar entre lo que es la transparencia fiscal, que es obligatoria para todas las entidades (personas físicas o jurídicas), y lo que es transparencia de personas y organizaciones (incluidas las políticas) con la sociedad en general. Esta última implica que cualquier ciudadano pueda acceder al importe y procedencia de la totalidad de los ingresos de una persona u organización. La transparencia de la industria farmacéutica se ha limitado a la publicación de los gastos destinados a la mencionada transferencia de valor. 
Por otro lado, las sociedades científicas no son empresas, ni sociedades limitadas ni anónimas, son asociaciones de profesionales sin ánimo de lucro y sus memorias económicas siempre han estado a disposición de sus afiliados, a los que tienen que rendir cuentas. Algunas sociedades ya han comenzado a mostrar sus memorias detalladas, sin necesidad de hacer ruedas de prensa, porque nada tienen que ocultar. Facme ya está trabajando con las sociedades en crear un modelo de transparencia.
P. En esta primera publicación han sido pocos los médicos particulares que han accedido a dar a conocer sus datos individualizados. ¿A qué lo atribuye? 
R. Se debe con seguridad a diversas razones. Farmaindustria daba la opción de elegir sin ofrecer ni recomendar nada en especial, y los médicos ya cumplen fiscalmente con la declaración de los honorarios profesionales recibidos.
P. Pero, ¿por qué tan pocos médicos han accedido? ¿Ha habido temor a repercusiones fiscales?
R. En los casos de invitación a congresos o cursos de formación continuada, recordemos que es una obligación de la profesión, y no disponemos de información consistente de las repercusiones fiscales que se pudieran tener. Por todo ello, Facme no puede apoyar la fiscalización individualizada de lo que es la formación continuada. Aunque todas las sociedades hemos declarado nuestro apoyo a la política de transparencia, mantenemos un estricto respeto a las decisiones de los socios que afectan a su intimidad y toma de decisiones personales en cuanto a la declaración de transferencias de valor. 
Es necesario un informe jurídico acerca de la legislación existente en la actualidad, nivel y tipo de obligación de declaración en relación a la colaboración con la industria, así como un informe a los expertos fiscales acerca del criterio de imputación de los distintos tipos de transferencias de valor, incluidas las de carácter formativo. Debe hacerse una distinción absoluta en cuanto a honorarios, que obviamente están sujetos a fiscalización y declaración.
P. Dos tercios de las ayudas para formación que han prestado los laboratorios han ido directamente al médico, sin pasar por las sociedades. ¿Debería cambiarse este modelo? 
P. En opinión de Facme y de las sociedades científicas, la respuesta rotunda es que sí se debe de cambiar esa tendencia. La invitación directa de la industria a los médicos para asistir a congresos y reuniones científicas, catalogada como formación continuada, debería desvincularse gradualmente de la industria y transferirla a las sociedades para dar mayor grado de independencia, tanto al médico como al tipo de formación. Un marco ético más exigente y transparente debe conllevar así mismo un cambio en las relaciones industria-profesionales. Estas son las razones para apostar más por una relación industria-entidades científico-médicas frente a la tradicional industria-médico.
P. ¿Teme que la publicación de estos datos fomente un modelo de formación continuada impartida directamente desde la industria?
R. Confiamos en que esto no ocurra. Nuestro temor es que una penalización fiscal para el médico de las actuales actividades formativas de las sociedades científicas, que son independientes, se vaya a un modelo en que la industria organice por sí misma estas actividades, pudiendo quebrar la independencia de los contenidos y consagrando un clientelismo de los profesionales a la industria sin intermediarios.
A la luz de los datos publicados por la industria, el presidente de Facme, Carlos Macaya, reflexiona sobre la cuantía dedicada a formación. Según explica "Farmaindustria ha publicado el desglose de los 496 millones transferidos en valor en cinco apartados. Asumimos que tres de los apartados son iniciativas propias de ellos y representan casi dos terceras partes del gasto".
"El primero es el destinado a I+D (190 millones), casi el 40 por ciento de las transferencias de valor; el segundo es el pago directo a médicos por prestación de servicios (88 millones), casi el 18 por ciento, que son pagos a ponentes de cursos o simposios que la industria imparte, consultorías, etc., y el tercero son donaciones a organizaciones que prestan asistencia sanitaria social o humanitaria (33 millones)".
Los datos muestran que "los otros dos apartados, que sí pudieran ser considerados en su mayoría formación continuada, son un tercio de las transferencias en valor: la invitación directa de médicos a congresos y reuniones científicas, que asciende a 119 millones (24 por ciento) y el pago a sociedades científicas u otras organizaciones, que llega a 66 millones (13 por ciento)".
"¿Es poco o mucho lo dedicado a formación continuada? -se pregunta-. La respuesta -continúa- es que todo es relativo, si tenemos en cuenta que la industria factura 15.000 millones. La transferencia de valor a la Medicina sería así algo más de un 3 por ciento de su facturación y lo dedicado a formación continuada de médicos alrededor de un 1 por ciento. Analizando estos datos, uno recomendaría a los responsables de Hacienda que no se dejen distraerúnicamente en la laboriosa fiscalización individual de la formación continuada y sí en otras transferencias donde se encuentran partidas mucho mayores".

'No' a una desvinculación total

En respuesta a los partidos políticos que han abogado por desvincular formación e industria, Macaya explica: "Podemos abogar por diversos modelos, desde el que pretenda ser totalmente independiente, al que contemple una parte o un nivel independiente de la industria. Lo que no podemos hacer es ignorar que la investigación médica es generada en su mayoría por esa misma industria y la aplicación de sus resultados, esto es, la innovación y la mayor actualización de los avances científicos, se debe hacer conjuntamente con profesionales, industria y agencias de evaluación biomédica. Por esta razón y no por razones de estética o política veo contraproducente una desvinculación total de la industria".
"Finalmente, -concluye- estamos convencidos del aspecto positivo de todas estas iniciativas, que invitan a la reflexión y discusión constructiva. Todos (industria, sociedades, colegios y administración) debemos asegurar un modelo sostenible e independiente de la formación continuada, ya que su cumplimiento es un mandato ético de la profesión médica".

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