lunes, 11 de julio de 2016

Dependencia: 'La fragmentación de sistemas empieza en Sanidad' - DiarioMedico.com

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FALTA DE COORDINACIÓN

Dependencia: "La fragmentación de sistemas empieza en Sanidad"

La coordinación entre lo sanitario y lo social sólo será viable con un cambio sistémico y de roles profesionales, según Rafael Bengoa y Carlos Campillo.
Rosalía Sierra. Santander | rsierra@diariomedico.com   |  11/07/2016 00:00
 
 
Juan del Llano, Carlos Campillo y Rafael Bengoa
Juan del Llano (director de la Fundación Gaspar Casal), Carlos Campillo y Rafael Bengoa, la pasada semana en Santander. (Roberto Ruiz)
El principal escollo para la mejora de la atención a los pacientes crónicos y dependientes es la falta de coordinación entre los servicios sanitarios y sociales, según los expertos reunidos durante dos días en el Encuentro Ernest Lluch. Sociedades envejecidas: los retos de gestión sociosanitaria en los últimos años de la vida, organizado por la Fundación Gaspar Casal en colaboración con la Fundación Ernest Lluch y celebrado la pasada semana en Santander dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
No obstante, difícilmente se mejorará esta coordinación si, "cuando haya nuevo ministro, lo primero que hace es nombrar un secretario general de Sanidad y otro de Servicios Sociales. La fragmentación del sistema empieza en el nivel decisorio más alto", afirmó Rafael Bengoa, director del Área de Salud de la Deusto Business School, del País Vasco.
En su opinión, es necesario que "el pagador quiera cambiar el modelo, que se pase a gestionar sistemas en lugar de estructuras". A este respecto, Bengoa considera como palanca de cambio la reforma del sistema de pago, por valor en lugar de por actividad.
Citó en este sentido experiencias de éxito en Estados Unidos, donde "en lugar de abonar una intervención de cadera, las aseguradoras financian la operación y los 90 días siguientes, lo que obliga al hospital a coordinarse con rehabilitación, servicios sociales, etc.". Estos contratos de calidad alternativos (AQC, por sus siglas en inglés) aplicados a pacientes crónicos "han logrado reducir hasta un 11 por ciento de hospitalizaciones y han mejorado el control de la salud de los pacientes un 16 por ciento".
Pero difícil será la integración cuando "no sólo la atención primaria está partida en dos, por un lado los sanitarios y, por otro, los trabajadores sociales", sino que también "hay una guerra de gremios entre primaria y el hospital", se lamentó Carlos Campillo, del Servicio de Evaluación del Servicio de Salud de Baleares (Ib-Salut).
A su juicio, "si el cambio no es sistémico, no es cambio. Por eso las acciones y los planes de salud no surten el efecto esperado".
Incentivos perversos
Por ello, Campillo defiende incluso "replantear los papeles de los profesionales, qué corresponde hacer al médico, qué a la enfermera y qué al trabajador social". Pero, para que sea posible, es preciso que éstos estén dispuestos.
Y, de momento, es difícil que lo estén, porque "la carrera profesional basada sólo en tiempo es un incentivo perfecto para no esforzarse".
Lo contrario sucedería si se dotara a los profesionales de "más autonomía de gestión, que es un buen incentivo para el cambio, pero los de arriba tienen mucho miedo de transferir el riesgo", concluyó.

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