lunes, 11 de julio de 2016

El área biomédica del CSIC cierra un lustro de continuas pérdidas - DiarioMedico.com

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GASTO, RRHH, PATENTES, PROYECTOS...

El área biomédica del CSIC cierra un lustro de continuas pérdidas

Los 20 centros de investigación del Área de Biología y Biomedicina del CSIC han perdido desde 2011 un 47 por ciento de personal científico, un 39 por ciento de patentes, un 24 por ciento de gasto, un 19 por ciento de artículos y un 5 por ciento de proyectos.
José A. Plaza   |  11/07/2016 00:00
 
 

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El CSIC, en cifras
El CSIC, en cifras (CSIC/elaboración propia)
  • El CSIC, en cifras
  • Evolución del personal del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución del personal científico del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución del gasto del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución del número de proyectos de investigación del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución de la financiación para proyectos de investigación del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución de la producción científica (artículos indexados) del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución de las patentes de prioridad del CSIC entre 2011 y 2015
  • Evolución de los convenios del CSIC con empresas e instituciones entre 2011 y 2015
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El Área de Biología y Biomedicina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), formada por 20 centros, lleva cinco años perdiendo personal científico, inversión y patentes.
Aunque en menor medida, la producción científica (en forma de artículos indexados y proyectos de investigación) también se ha resentido en un último lustro marcado por los recortes. Se salvan de la quema, con mejoras progresivas, la financiación obtenida para los proyectos, y los contratos y convenios firmados con otros agentes de la I+D+i.
Pérdidas el último año
La semana pasada, el CSIC publicó su memoria 2015. En comparación con el año anterior, los centros biomédicos perdieron un 4 por ciento de personal total; un 11,6 por ciento de científicos; un 3,7 por ciento de gasto; un 4,5 por ciento de proyectos, y un 1,5 por ciento de fondos para estos proyectos.
  • Una lectura menos negativa señala que la pérdida en producción científica -artículos publicados y proyectos de investigación en marcha- es menor que en fondos y personal
Sólo dos de los indicadores que el CSIC destaca en su memoria, patentes y contratos, y convenios con otros agentes, mejoraron (creciendo un 4 y un 2,4 por ciento, respectivamente).
Las últimas pérdidas, producidas en un año de teórica recuperación, se ven con mayor perspectiva calculando la evolución de indicadores entre 2011 y 2015. En ese periodo, el personal total cayó un 33 por ciento, porcentaje que se disparó hasta un 47 menos en personal científico.
Además, el gasto cayó un 24 por ciento; los proyectos, un 5 por ciento; la producción científica, en forma de artículos indexados, un 18 por ciento, y las patentes, un 39 por ciento.
Caída continuada
Sólo la financiación para los proyectos de investigación, con una mejora del 9 por ciento durante esos 5 años, y los contratos y convenios firmados con otros agentes, con una importante subida del 47 por ciento, se quedaron en positivo. Lo peor de las cifras es que, salvo escasas excepciones, cayeron de manera continuada cada año por debajo de lo logrado el anterior.
Los números cantan. Tras los recortes del último lustro, que tuvieron su punto álgido en elcorralito interno, la amenaza de quiebra económica de 2013 y el posterior rescate financiero, el gigante de la I+D española se tambalea.
  • Se salvan de la quema, con mejoras progresivas, la financiación obtenida para los proyectos, y los contratos y convenios firmados con otros agentes de la I+D+i.
Como ha dicho a DM varias veces el presidente del Consejo, Emilio Lora-Tamayo, los recursos humanos han sustituido a la financiación como la gran preocupación: se pierden puestos y el personal envejece sin recambio generacional.
La única manera de ver el vaso medio lleno es considerando que las caídas en producción científica -artículos y número de proyectos de investigación- son menores que las sucedidas en financiación y recursos humanos.
Se veía venir. Como informó este periódico hace dos años (ver DM del 24-11-2014), algunos centros biosanitarios llevan años trabajando con tijeretazos del 20-30 por ciento en recursos. Entre 2008 y 2012, pese al bajón progresivo, lograron mantener e incluso elevar proyectos, publicaciones y patentes... Pero la actividad ya empezaba a resentirse.
Biomedicina 'tira' del CSIC
El Área de Biología y Biomedicina del CSIC reúne en torno al 20 por ciento de los centros, personal y fondos de todo el Consejo, pero sus resultados van más allá de este porcentaje. Con cifras de hace tres años, los centros biomédicos lograron el 46 por ciento de la financiación de proyectos aprobados, reunieron el 34 por ciento de financiación externa, generaron el 29 por ciento de patentes y captaron el 20 por ciento de fondos europeos.
En otras palabras: la biomedicina tira del CSIC. Si, además de perder fondos y personal, se resienten la actividad y los resultados, la cara que suele representar el ámbito biomédico puede convertirse en cruz.
  • El Plan 2014-2017 cita más debilidades que fortalezas: equipos obsoletos, personal 'envejecido', gestión ineficaz, planes poco adecuados en carrera profesional...
El Plan 2014-2017 del CSIC cita diversas fortalezas y debilidades en el área biomédica. Entre las primeras, está el clásico elevado potencial investigador, la internacionalización, la I+D de frontera en ciertas áreas, la motivación profesional, las ventajas de cierta descentralización gestora y una mejorada actividad colaborativa.
Numerosas debilidades
Las debilidades son más que las fortalezas y, quizá, de más peso. Se reconoce investigación fragmentada; fragilidad en los grupos por plantillas reducidas; envejecimiento del personal; falta de mecanismos para incorporar jóvenes; pocos técnicos especializados; equipamiento obsoleto; heterogeneidad en gestión de plataformas; gestión ineficaz y falta de liderazgo científico; deficiente organización interna; planes inadecuados de formación y carrera profesional, escasez de personal divulgador...
A las puertas de un nuevo Gobierno, el CSIC busca una calma tras la tormenta que no termina de llegar. Su futura relación con la recién aprobada Agencia Estatal de Investigación, las dudas del Gobierno para concederle un contrato de gestión que le haga ganar en independencia y flexibilidad y la tradicional falta de compromiso político con la ciencia son algunos de los retos que afronta el Consejo, que necesita volver a crecer


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