lunes, 20 de febrero de 2017

Alteración génica de embriones humanos: ¿Hay que acelerar su uso o ser prudente? - DiarioMedico.com

Alteración génica de embriones humanos: ¿Hay que acelerar su uso o ser prudente? - DiarioMedico.com

FRONTERAS DE LA CIENCIA

Alteración génica de embriones humanos: ¿Hay que acelerar su uso o ser prudente?

Aval de la Academia de Ciencias de EEUU a la modificación de la línea germinal humana. La noticia aviva el debate: ¿es pronto para dar este paso o ya es fiable la tecnología?
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es   |  20/02/2017 00:00
 
 

Carlos Izpisúa y Lluis Montoliu
Sí, pero ¿ahora?. Mientras la comunidad bioética suele mostrarse más conservadora, la científica mira con mejores ojos la edición génica. Con todo, muchos investigadores recelan de la modificación de la línea germinal. Otros la aprueba, pero se subdividen en dos grupos: quien avala impulsar ya estos procesos, como Juan Carlos Izpisúa (del Instituto Salk, a la derecha, firmante del informe), y quien cree que aún es pronto, como Lluis Montoliu (del Centro Nacional de Biotecnología, a la izquierda) (DM)
La publicación de un informe científico favorable a la alteración genética de gametos y embriones humanos -sólo para fin terapéutico y con restricciones- ha avivado el debate sobre la modificación génica de la línea germinal -que altera el genoma individual y el de generaciones posteriores-, una frontera que, para muchos, aún no debe cruzarse, pero que otros quieren explorar ya.
El informe ha sacudido a la comunidad científica porque no viene precisamente de un cualquiera: como informó la semana pasada diariomedico.com, lo publican la Academia de las Ciencias y la Academia de Medicina de Estados Unidos y lo firman una veintena de popes; entre ellos, el español Juan Carlos Izpisúa.
El creciente protagonismo de la técnica de edición génica CRISPR, con todas las expectativas, posibilidades y dudas que ofrece, no hace más que revalorizar un debate científico y bioético que tiene muchas escalas de gris.
  • La imposibilidad, por el momento, de predecir cómo será el proceso de reperación génica tras cortar el ADN, lo que sugiere posibles efectos indeseables, llama a la prudencia
¿Es ya el momento?
Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y miembro del Panel de Ética del European Research Council (ERC), pide prudencia: "En absoluto estoy en contra de modificar la línea germinal en humanos, pero aún no hay una buena razón para hacerlo".
El texto que publican la Academia de las Ciencias estadounidense apoya la alteración genética de óvulos, espermatozoides y embriones, aunque sólo en determinados casos: para evitar nacimientos con alteraciones genéticas ligadas a enfermedades muy graves; sólo si no hay "alternativas razonables", y siempre que exista la posibilidad de realizar un seguimiento científico al procedimiento a lo largo de múltiples generaciones.
  • La Academia de EEUU restringe el uso a fines terapéuticos en patologías muy graves, si no hay alternativa, y si se hacen estudios de seguimiento en mútiples generaciones
Restricciones
Izpisúa y los demás firmantes recomiendan sólo editar genes cuyo vínculo con patologías graves esté absolutamente demostrado; no permite alterar genes ligados a rasgos no patológicos; obliga a una absoluta transparencia y privacidad, y a realizar ensayos de seguimiento de la técnica utilizada. El texto es un potente aval; con peros, pero un aval.
En primer lugar, Montoliu destaca "el trabajazo inmenso y sistemático" que supone el informe de la academia estadounidense. Destaca que, entre los firmantes, hay expertos de primer nivel en células madre y terapia génica, pero no exclusivamente vinculados a la edición génica. Su opinión es clara: "Una cosa es la terapia somática, en adultos, y otra en gametos y embriones. El informe elimina líneas rojas en terapia génica germinal, una actividad que aún no se control al cien por cien".
El azar condiciona
Montoliu, como otros científicos que han salido al paso del texto, cree que el azar aún condiciona estas tecnologías: "Cortamos el ADN, pero no sabemos exactamente qué va a suceder en la reparación. Es un proceso indeterminado. Técnicas como CRISPR aún no discriminan bien: hay correcciones incontrolables".
Mientras, como siempre, la ciencia va más deprisa que su entorno. El Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina (Convenio de Oviedo) puso las cartas sobre la mesa, pero no todos los países la firmaron. Alemania no lo hizo por considerarla laxa, y Reino Unido, China, Japón y Estados Unidos no la firmaron por estricta. Así, EEUU prohibe modificar la línea germinal en humanos, pero sólo si los fondos son federales.
En definitiva, la línea que defiende Montoliu considera una imprudencia no la modificación de la línea germinal, sino impulsarla ahora. Hay quien no quiere abrir nunca esa puerta, pero quizá la mayor pugna se dé entre quien quiere abrirla ya y quien prefiere esperar y tener más seguridad.

Harvard gana a California una ‘batalla’ por las patentes

El desarrollo de la técnica CRISPR, punta de lanza de las tecnologías de edición génica, no sólo tiene relevancia científica; la pugna por dominar la propiedad intelectual es también vital. Un fallo de la Oficina de Patentes de Estados Unidos esclareció en parte el panorama, como informó diariomedico.com.
El Broad Institute del Massachusetts Institute of Tecbnology (Universidad de Harvard), con el investigador Feng Zhang, y la Universidad de California, con la investigadora Jennifer Doudna, son los principales protagonistas de esta batalla. El fallo de la oficina estadounidense confirma la posición dominante al primero, al considerar que las patentes de ambos centros son diferentes y no interfieren entre sí.
El equipo de Doudna fue el primero en patentar su hallazgo, pero Zhang, aunque patentó más tarde, añadió a su investigación la aplicación en organismos eucariotas, una llave para posibles avances terapéuticos. Al considerarse que ambas patentes son distintas, el Broad Institute y Zhang confirman su liderazgo, aunque el centro californiano ha matizado que el fallo podría darle otro tipo de opciones. Aún queda batalla.
Las de Zhang y Doudna no son las únicas patentes sobre CRISPR. La oficina estadounidense tiene unas 50 patentes en cartera, muchas basadas en la evolución de los primeros trabajos con CRISPR, con leves diferencias que les conceden propiedad intelectual. La ciencia avanza y sus intereses van más allá de laboratorios y hospitales.

Un desafío científico... y bioético

Hace unos meses, DM publicó un extenso reportaje en torno al reto bioético que supone la aplicación de técnicas de edición genómica como CRISPR. Quedaron patentes las dudas y las reservas de la modificación de la línea germinal, algo que muchos ven directamente inadecuado o de aplicación a medio-largo plazo. De hecho, se avanzaba que tanto la academia estadounidense como la europea se habían reunido para plantear una postura al respecto. Pues bien, el informe de la Academia Americana de Ciencias habla de un posible corto plazo que ‘descoloca' a buena parte de la comunidad clínica, científica y jurista, que se aferran a solicitudes como la de la Unesco, que ha solicitado una moratoria en la aplicación de dicha técnica genómica hasta que exista más seguridad.
Por el momento, CRISPR se mueve en el ámbito de las expectativas, y pesan tanto la esperanza ante las múltiples posibilidades que abre como las dudas sobre algunas de ellas. Sólo el tiempo dirá si la modificación de la línea germinal en humanos, de producirse, supone cruzar una línea roja que muchos científicos tienen grabada a fuego. Otros, por contra, abogan por difuminar este tipo de líneas. La ciencia dirá.

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