Diego Carrasco. Madrid | 09/02/2017 14:16
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha resuelto indemnizar a un enfermo por las secuelas sufridas tras una intervención quirúrgica de reducción de estómago. La resolución reconoce que no hubo un control nutricional que valorase el déficit vitamínico que estaba padeciendo.
Según la reclamación, en 2005, el paciente fue diagnosticado de obesidad mórbida, por lo que se sometió a un bypass gástrico mediante técnica de Scopinaro en un hospital público. Posteriormente recibió múltiples asistencias médicas por problemas óseos, continuos dolores abdominales y diarrea. En diciembre de 2011, acudió al Servicio de Reumatología donde se le detectaron signos degenerativos incipientes en la columna lumbar con osteopenia. Se le diagnosticó lumbartrosis, probable artritis psoriásica B 27 y screening de osteoporosis.
En febrero de 2014, el enfermo fue intervenido de fisura anal, problema secundario a las frecuentes deposiciones diarias (entre 5 y 10 veces al día). No obstante, los dolores y las deposiciones continuaron. Tres meses después, acudió a Urgencias por dolores óseos y musculares generalizados.
En el mes de noviembre acudió a consulta de Neurología diagnosticándole poliartralgias generalizadas y debilidad generalizada en relación con dolor. También sufría acuñamientos D11, D12, L1 y pinzamientos L2-3. En mayo de 2015, fue remitido por su médico de atención primaria a Neurología para estudio. Se le diagnosticó poliartralgias generalizadas, debilidad en relación con dolor y polineuropatía axonal.
La reclamación señala que en estos diez años incomprensiblemente no se le hizo un control endocrino y nutricional, y a pesar de estas y otras muchas asistencias sanitarias, no fue hasta el mes de octubre de 2015 cuando fue atendido en consulta de Endocrinología de un hospital de Granada, donde se diagnosticó una probable desnutrición e hipovitaminosis D.
El SAS acepta parte de los argumentos de Ignacio Martínez, abogado que colabora con El Defensor del Paciente, al señalar que "no ha quedado acreditado la realización de un seguimiento específico del paciente desde el punto de vista endocrinológico y nutricional necesario en los procedimientos de cirugía bariátrica". Y es que, según apunta la acusación, al reclamante no se le realizó ninguna clase de control por parte de Endocrinología. Este hecho es aún más grave si se tiene en cuenta que la técnica de Scopinaro, en la que se reduce el estómago en 2/3, es altamente agresiva y el riesgo de malabsorción es más alto que en otro tipo de cirugía bariátrica.
La entidad gestora ha fijado una indemnización de 19.163 euros por las secuelas sufridas, pero el paciente ya ha anunciado que recurrirá a un juzgado Contencioso de Granada.
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