Los profesionales sanitarios de Estados Unidos se resisten a participar en las ejecuciones
La ejecución de la pena de muerte en Estados Unidos está socialmente muy controvertida, especialmente en dos campos, la participación en ella de los profesionales sanitarios y la obtención de los fármacos que en la misma utilizan.
Desde 1976 en que se reinstauró la pena de muerte en ese país hasta octubre de 2015 se habían ejecutado 1.418 personas.
Desde hace tres décadas se ha utilizado el tiopental como fármaco en las ejecuciones, pero en 2009 se paró su producción en Estados Unidos, por lo que se tuvo que recurrir a adquirirlo en el extranjero.
Por ello, muchos Estados empiezan a utilizar el fenobarbital. Pero la firma danesa que produce este fármaco se ha negado a distribuirlo si se utiliza para ejecuciones, consecuentemente
se ha tenido que recurrir a utilizar otros fármacos, como la midazolona. Pero el problema continúa. Otra dificultad para llevar a cabo las ejecuciones es la reticencia a participar en ella de los profesionales sanitarios, reticencia que va en aumento; actitud que es refirmada por el Colegio Ético de la Asociación de Médicos Americanos que manifiesta que “Un médico, como miembro de una profesión dedicada a preservar la vida cuando hay esperanza de ello, no debería participar en ejecuciones legalmente autorizadas
se ha tenido que recurrir a utilizar otros fármacos, como la midazolona. Pero el problema continúa. Otra dificultad para llevar a cabo las ejecuciones es la reticencia a participar en ella de los profesionales sanitarios, reticencia que va en aumento; actitud que es refirmada por el Colegio Ético de la Asociación de Médicos Americanos que manifiesta que “Un médico, como miembro de una profesión dedicada a preservar la vida cuando hay esperanza de ello, no debería participar en ejecuciones legalmente autorizadas
También muestran una actitud contraria a participar en las ejecuciones los sanitarios no médicos.
Sin embargo, el anestesiólogo David Waisd manifiesta que “es honorable para los médicos minimizar el dolor de los condenados a muerte, por lo que las asociaciones médicas deberían permitir la participación de los médicos en las ejecuciones legalmente autorizadas”.
JA Dodds, termina en el artículo que estamos comentando afirmando que “la participación de los sanitarios, en la ejecución de prisioneros viola los principios éticos de beneficencia y autonomía, con independencia de que el sanitario sea un médico o cualquier otro profesional del área sanitaria” (Ver AQUI)
Cómo se ve un problema ético aún sin resolver.
*Ver noticia relacionada: “Ahora tampoco Pfizer proveerá fármacos para la pena de muerte en EE.UU”.
*Foto: Getty images
.png)
No hay comentarios:
Publicar un comentario