lunes, 12 de junio de 2017

Asturias se ve como punta de lanza nacional en aplicar el ‘no hacer’ - DiarioMedico.com

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CON MOTIVO DE LA INICIATIVA 'NO HACER'

Asturias se ve como punta de lanza nacional en aplicar el ‘no hacer’

Una encuesta a más de 200 profesionales del Servicio Asturiano de Salud revela más desconocimiento del esperado sobre las recomendaciones nacionales del ‘no hacer’ clínico.
Covadonga Diaz | dmredaccion@diariomedico.com   |  12/06/2017 00:00
 
 

Asturias, como informó diariomedico.com la semana pasada, está trabajando intensamente en la implementación de las recomendaciones de No Hacer, avaladas por decenas de sociedades científicas mediante su Compromiso por la Calidad del SNS, en el que trabajan junto al Ministerio de Sanidad.
El esfuerzo de Asturias, una de las primeras autonomías que visibiliza su implicación en esta iniciativa, se ha concentrado hasta ahora en la identificación de las 30 recomendaciones con las que se empezará a trabajar y que han sido elegidas por su relevancia clínica, por la transversalidad y por la disposición de indicadores de evaluación. Una encuesta ha relevado que el desconocimiento de los profesionales sobre el No Hacer es mayor de lo esperado.
Estos son los factores que desde el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) se han considerado prioritarios al elegir las primeras recomendaciones con las que se quiere trabajar, “dado que son muchas y no podíamos ir con todas a la vez; había que establecer un orden y hemos pensado que el hecho de que sean varias las especialidades afectadas y de que se disponga de indicadores para evaluar el seguimiento de la recomendación, además, por supuesto, de la repercusión clínica, eran los criterios fundamentales”, ha señalado a DM Elvira Muslera, coordinadora de la Oficina de Evaluación de las Tecnologías Sanitarias del Principado de Asturias.

Actuar menos y mejor

La reducción de las intervenciones sanitarias innecesarias forma parte en Asturias de la estrategia de seguridad el paciente, diseñada con un horizonte temporal de cinco años. Las 30 recomendaciones de inicio están relacionadas con petición de pruebas, aplicación de tratamientos y práctica de exploraciones o revisiones que carecen de efectividad o ésta resulta escasa o dudosa, y no son coste-efectivas.
Su propuesta ha sido formulada por las asociaciones españolas de Biopatología Médica; Cirujanos; Urología; Anestesiología; Medicina de Familia y Comunitaria; Médicos Generales y de Familia; Medicina Intensiva Crítica; Medicina Interna; Nefrología; Neumología y Cirugía Torácica; Neurología; Oncología Médica; Radiología Médica; Rehabilitación y Medicina Física; Medicina Preventiva; Reumatología; Pediatría, y Patología Digestiva.
  • “Hay mucha variabilidad entre autonomías en el ‘no hacer’; unas trabajan pocas recomendaciones y otras ni siquiera ha iniciado el proceso”
Las sociedades científicas han votado las recomendaciones que, según su opinión, creían que mejor se adaptaban a esos criterios y en función de la puntuación obtenida han sido determinadas las 30 recomendaciones de inicio. Además, el Sespa ha llevado a cabo una encuesta entre los profesionales para tratar de identificar la difusión de estas recomendaciones: “Hemos recibido más de 200 respuestas y los resultados han sido muy interesantes porque hemos visto que el grado de conocimiento de las recomendaciones no es tan alto como cabía esperar”, ha explicado Muslera.

Eliminar barreras

La encuesta ha servido además para identificar las barreras que dificultan la aplicación de las recomendaciones y que están relacionadas con “problemas organizativos y con la dificultad para poner de acuerdo a varias especialidades; también con la presión asistencial, la demanda de pacientes o familiares y la falta de tiempo”. Por eso, la siguiente fase del proyecto que empieza ahora se centrará, entre otros aspectos, en tratar de eliminar o actuar sobre esas barreras.
“Habrá que ver si hay que revisar un protocolo, cambiar una guía clínica, establecer reuniones de consenso, llevar a cabo sesiones clínicas o elaborar materiales para los pacientes, según cuáles sean las barreras detectadas, trabajando siempre desde el consenso”, ha indicado Elvira Muslera.
Según la responsable de la Oficina de Evaluación de las Tecnologías Sanitarias, “cambiar un protocolo es relativamente fácil e incluso rechazar una prueba en un laboratorio, por ejemplo, utilizando el criterio de que no está suficientemente justificada pero lo que nosotros queremos es que todos nos pongamos de acuerdo sobre pruebas que no deben pedirse, no sobre como rechazarlas”.
Desde este punto de vista “llegar a acuerdos es la idea clave y esto pensamos que puede ser más difícil cuando son varias las especialidades implicadas, porque además es frecuente, hablando de las pruebas que la petición venga de una especialidad y la realización corresponda a otra”.
De todas las recomendaciones con las que está trabajando Asturias se dispone de indicadores de seguimiento, un aspecto que se considera crucial para poder valorar el grado de cumplimiento de la medida, “si bien pueden ser tanto cuantitativos como cualitativos y tanto de proceso como de resultado”, ha señalado Muslera.

¿Y las otras autonomías?

Con respecto al resto de comunidades autónomas, según se ha visto en las reuniones del grupo de trabajo nacional, se ha visto que “Asturias está un poco más adelantada que otras. La variabilidad es grande, algunas comunidades han optado por trabajar solo con dos o tres recomendaciones, otras han rechazado trabajar con aquellas para las que no tenían indicadores o bien están consultando a los profesionales, y alguna ni siquiera ha iniciado el proceso”, ha señalado Muslera, quien ha avanzado que Asturias difundirá entre el grupo de trabajo nacional los pasos dados hasta ahora en Asturias para difundir ideas y compartir el conocimiento.

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