viernes, 2 de junio de 2017

El vínculo social, básico para prevenir enfermedad mental en refugiados - DiarioMedico.com

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6º CONGRESO CATALÁN DE SALUD MENTAL

El vínculo social, básico para prevenir enfermedad mental en refugiados

España se ha convertido en destino de importantes flujos migratorios. Aunque no toda esta población acaba desarrollando problemas de salud mental, su situación de vulnerabilidad los hace más proclives a padecer patologías.
Miguel Ramudo. Barcelona   |  02/06/2017 13:21
 
 

España se ha convertido en los últimos años en destino de importantes flujos migratorios, algunas veces como destino final y otras como punto intermedio. Aunque no toda esta población acaba desarrollando problemas de salud mental, si que es cierto que su especial situación de vulnerabilidad los hace más proclives a terminar padeciendo alguna de estas enfermedades.
Entender esta situación y la importancia de la salud mental para permitir a las personas desarrollar un proyecto de vida que les permita ser útiles para la sociedad ha sido uno de los objetivos que se ha abordado en el 6º Congreso Catalán de Salud Mental, que se ha desarrollado estos días en Barcelona y que ha sido organizado de forma conjunta por la Fundación Congreso Catalán de Salud Mental, el Colegio de Médicos de Barcelona y el Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña.
La dificultad para establecer vínculos sociales de las personas emigrantes es uno de los principales factores que puede acabar desencadenando enfermedades mentales. Por eso fomentar las redes sociales se entiende como una de las bases para una adecuada salud mental. Yolanda Osorio, psiquiatra del servicio de atención a la salud mental de las personas inmigrantes del Hospital San Juan de Dios comentaba "muchas veces nos olvidamos de tener en cuenta la situación social que rodea al inmigrante. A veces, la patología no la tiene la persona, sino la situación en la que se encuentra".

Principales afectaciones

Aunque el colectivo de emigrantes y refugiados es muy heterogéneo en su composición, los especialistas no han dudado en señalar algunas características comunes. Así, por ejemplo, Francisco Collazos, del programa de psiquiatría transcultural e inmigración del Hospital Valle de Hebrón, señalaba la importancia del estrés aculturativo. Se trata de las dificultades de adaptación a la hora de intentar integrarse en una sociedad nueva y que si no se logra superar de forma adecuada puede terminar en una sensación de soledad que favorezca problemas de salud mental.
"Por este motivo se entiende que muchos de estos emigrantes, a la hora de buscar un lugar para instalarse, prefieran hacerlo en aquellos sitios que hay una mayor densidad étnica similar a la suya. Se trata de un factor de protección psicopatológica. El porcentaje de enfermedades mentales dentro de estos barrios son menores que en aquellos que se instalan de forma independiente".
Otro de los factores psicológicos a tener en cuenta es el del duelo. "Pero hay que hablar más de un duelo extremo, que hace que el emigrante se sienta en una situación forzada, de indefensión e incluso miedo, lo que viene en denominarse el Síndrome de Ulises" explicaba Joseba Achotegui, director del servicio de atención psicopatológica i psicosocial a inmigrantes y refugiados de San Pedro Claver.
Un colectivo de especial trascendencia por encontrarse incluso en una situación más vulnerable es el de los menores que llegan sin acompañantes adultos. Laia Martín, psicóloga del servicio de atención a la salud mental de las personas inmigrantes del Hospital San Juan de Dios establecía tres tipos diferentes, cada uno con sus propias problemáticas.
Por un lado estarían aquellos menores que en su lugar de origen habían logrado establecer lazos y vínculos sociales. Se trata de personas cuya integración es más fácil pero que pueden desarrollar problemas de ansiedad y depresión. Un segundo grupo sería el de aquellos que vienen de entornos más problemáticos, con experiencias traumáticas y de violencia, cuya adaptación es más difícil y que pueden desarrollar autolesiones o consumo de tóxicos. "Este grupo necesita un trabajo mucho más cuidadoso, buscando establecer vínculos de confianza que nos permitan tratarlos".
Por último estaría la situación especial de aquellos cuyos pasaportes o documentación indica que son menores de edad, pero que las pruebas médicas han determinado que son mayores. "Se encuentran en un vacío legal que dificulta muchas veces su tratamiento" explicaba Laia Martín.

Dificultades de los profesionales

La situación de estas personas inmigrantes también requiere abordajes diferentes al de la población autóctona. El idioma o la cultura de la que provienen suponen barreras que muchas veces los profesionales deben aprender a superar. En este sentido adquiere un valor importante el trabajo realizado a través de intérpretes o acompañantes.
Porque una idea que han querido dejar clara durante el congreso es la necesidad de mejorar en el trabajo conjunto de todos los actores implicados. Muchas veces los enfermos solo llegan en el momento más crítico a los profesionales de la salud mental, cuando un tratamiento preventivo podría haber resultado mucho más adecuado y menos costoso.

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