Dar vida a la ciencia, convertir lo imposible en realidad

Carla Ravazzano/Coordinadora General de la Fundación AstraZeneca. | 18/09/2017 00:00

Carla Ravazzano. (DM)

En 1967 el cirujano sudafricano Christian Barnard realizó por primera vez un trasplante de un corazón humano, un hecho que conmocionó al mundo.

En 2016, sólo en España se han realizado un total de 281 trasplantes cardíacos, y somos el primer país del mundo en número de trasplantes de órganos por vigésimo cuarto año consecutivo. En tan solo 49 años un hecho extraordinario y que rozaba lo imposible se ha convertido en el día a día de miles de personas que salvan su vida gracias a ello. Y todo impulsado por un solo motor: la ciencia.

"Debemos promover que nuestros jóvenes investigadores trabajen codo con codo con los científicos más experimentados”

Nuestra calidad de vida está profundamente ligada a la historia de los hallazgos científicos y, si queremos avanzar hacia un futuro mejor, necesitamos hacer una apuesta firme y a largo plazo por la ciencia, el talento joven y la innovación.

Sí, es cierto que el conjunto de la Unión Europea invierte hoy un 25 por ciento más en I+D que antes del inicio de la crisis económica mientras que nuestra economía invierte un 10 por ciento menos, pero también lo es que España es una referencia mundial en cuanto a talento científico.

Nuestro país cuenta con una generación de jóvenes que tienen la formación, el talento y la motivación para realizar investigación de primer nivel. Basta ver la acogida de numerosos jóvenes doctores en centros de investigación internacionales, en las importantes posiciones alcanzadas por científicos españoles en universidades y centros de investigación extranjeros, y la cantidad de publicaciones en las más prestigiosas revistas internacionales que se realizan desde nuestro país.

Que nuestros jóvenes investigadores se formen en los más prestigiosos centros alrededor de todo el mundo es enriquecedor para ellos, pero es nuestra obligación darles las oportunidades que demandan para que puedan continuar desarrollando su carrera dentro de nuestras fronteras.

Los jóvenes investigadores tienen en sus manos el futuro de la ciencia española y, sin embargo, para muchos de ellos se ha complicado el acceso a la investigación en nuestro país.

Investigador medio

Según el último plan presentado por el CSIC, la edad media de su personal científico es de 53 años. Debemos promover que nuestros jóvenes investigadores trabajen codo con codo con los científicos más experimentados y se produzca un cambio generacional que no rompa la cadena de conocimientos, experiencias, hábitos de investigación y relaciones que constituyen el hilo conductor del progreso científico.

Situar a la evidencia científica en el centro de las políticas públicas y continuar colaborando desde las instituciones privadas es imprescindible para que nuestro sistema sociosanitario sea sostenible y para que la comunidad científica pueda seguir trabajando en una investigación de calidad sin ataduras y de forma continuada.

"La Fundación AstraZeneca celebra mañana la tercera edición de los Premios Jóvenes Investigadores”

Este es, sin duda, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestra economía. Sin financiación no hay investigación y sin investigación no puede existir un futuro mejor.

Si las empresas, las administraciones públicas y las universidades aunamos esfuerzos, tendremos la capacidad de consolidar un tejido empresarial que contribuya a la creación de empleo en ciencia y que sitúe a la comunidad científica como uno de los motores de crecimiento en nuestro país.

Esta es la premisa que nos lleva a la Fundación AstraZeneca a celebrar mañana nuestra tercera Edición de los Premios Jóvenes Investigadores, que dotan de apoyo y recursos a jóvenes científicos que trabajan para hacer posible una realidad en la que los pacientes puedan tener una vida más fácil, con tratamientos mejores y más eficaces. Una iniciativa llevada a cabo con el Instituto de Salud Carlos III y que muestra cómo la colaboración público-privada contribuye a generar progreso, empleo y crecimiento en ciencia, para que esta continúe siendo el motor que convierte aquello que parece imposible en una realidad.