Descubrimiento temprano de nuevos fármacos, un reto que pide continuidad

La Red Española de Descubrimiento de Fármacos (Redefar) busca prolongar su actividad con un plan estratégico y proyectos como la Fundación Kaert

José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es | 24/09/2017 10:00

1 de 2

Imagen del 'kick-off meeting' de Redefar, al que asistieron los investigadores principales de los nodos de la red. (DM)

La Red Temática Española de descubrimiento de Fármacos (Redefar) nació en 2015 y su vida expira, con posibilidad de prórroga, este año. Su objetivo es establecer las bases para crear en España una estructura coordinada en las diferentes etapas del descubrimiento temprano de fármacos, añadiendo más valor en cada una de estas fases y reduciendo el riesgo inherente a este tipo de iniciativas. Trabaja con una aproximación innovadora al mercado que busca plegarse a las necesidades de la industria farmacéutica y biotecnológica, intentando que el proceso de descubrimiento de nuevos fármacos se agilice lo más posible.

Mabel Loza, coordinadora de la red, patrona de la Fundación Kaertor (una de sus principales iniciativas) y catedrática de Farmacología en la Universidad de Santiago, explica a DM que Redefar "aglutina y potencia el trabajo de la comunidad española que trabaja en el hallazgo temprano de fármacos, en primeras fases". Es una labor complementaria a la del proyecto BEST, de Farmaindustria, que se centra en la investigación clínica, e hizo algo parecido en investigación clínica más avanzada.

Cuatro Nodos. La red, que está instaurada en centros de cinco comunidaes autónomas, divide su trabajo en cuatro áreas: cribado 'in vitro', bioinformática y gestión del conocimiento, química terapéutica y modelos 'in vivo'

La crisis como palanca

A su juicio, la posición de España en el desarrollo de fármacos en fases iniciales ha mejorado mucho en los últimos años -"estaba a la cola, ahora está por arriba"-. Considera que la crisis ha actuado de palanca: "Nos planteábamos qué situación quedaba en el entorno biofarmacéutico. Hemos perdido en aplicación; aunque la investigación siga siendo muy buena, estamos más lejos de otros países en tejido. Buscamos más y mejor entorno para recuperar al espacio que ocupamos en otros años".

España quiere ser protagonista de esta época de innovación abierta, señala Loza, que explica que Redefar surgió con diez grupos académicos de excelencia: "Había que incluir al ámbito público y privado, y una comunidad de este tipo exigía más de una decena, por lo que, dos años después, ya somos más de 120 las entidades participantes". Una estructura ágil para potenciar y visibilizar posibilidades españolas y el lanzamiento de diversas experiencias piloto han marcado la corta vida de Redefar.

Plan estratégico

Tras múltiples reuniones, la red tiene un plan que espera continuar si el Ministerio de Economía renueva su labor, tal y como espera Loza: "En octubre tendremos la versión final del plan estratégico, para presentarlo al ministerio y hacer un acto público con todos los implicados. La red busca dos objetivos complementarios: internacionalizar y robustecer el sector a nivel interno".

Loza destaca una de las iniciativas ya en marcha: "Nace de un proyecto que coordiné con Ángel Carracedo, de la Universidad de Santiago, vinculado a Innofarma, del que surgió la Fundación Kaertor, que busca dinamizar el sector del I+D temprano de medicamentos".

Conexión con la industria. Las labores de formación, información y manejo de datos van siempre orientadas a la difusión y explotación de los resultados: la red considera vital la conexión con la industria

Kaertor tiene abierta una convocatoria hasta finales de 2018, cuyo objetivo es "financiar la investigación biomédica aplicada al hallazgo de nuevos fármacos, con nuevos mecanismos que cubran necesidades no cubiertas. Hay muchas necesidades médicas no cubiertas que precisan una medicina disruptiva, pero hay una especie de atasco por diversas razones".

A juicio de Loza, España tiene "buenos mimbres", perofalta financiación específica. La escasez de mecenazgo y de fondos público-privados no ayuda: "Hay fondos para investigación académica, capital riesgo... pero, en medio, las ideas complejas y de más riesgo, que crearían una terapéutica de transformación, se atascan en la fase entre la academia y las fases previas a la aplicación".

Si a ello se suma un problema clásico, que la inversión se acompaña de retornos económicos largos y complejos, el embudo se estrecha aún más; "y ello pese a que las ganancias sociales y sanitarias son tremendas", añade Loza.

Santiago, al frente. La red, impulsada por el Ministerio de Economía como parte de su labor gestora de la I+D+i, está coordinada desde la Universidad de Santiago y tiene contacto continuo con Farmaindustria y Asebio

Patronales y Europa

La red matiene mucho contacto con la patronal Farmaindustria y su homóloga biotecnológica, y se abre a todos los agentes del sector: "Es imprescindible. Nacimos de la academia, pero debe estar la industria. Estamos muy balanceados; aunque el ámbito académico es el mayoritario, el biotecnológico y la industria farmacéutica son muy importantes".

Redefar mira también hacia Europa: "Hemos acudido a Horizonte 2020, tratando de incorporarnos a la red europea de infraestructuras de screening, y a los proyectos del entorno de la Innovative Medicines Initiative (IMI)".