lunes, 9 de octubre de 2017

'La evaluación de la formación continuada es muy compleja' - DiarioMedico.com

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ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN REPULLO

"La evaluación de la formación continuada es muy compleja"

José Ramón Repullo, nuevo director de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (OMC), quiere poner en marcha un programa dirigido al médico joven.
Nuria Monsó. Madrid   |  09/10/2017 00:00
 
 

José Ramón Repullo
José Ramón Repullo, nuevo director de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (OMC). (Luis Camacho)
José Ramón Repullo, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad, ha sido nombrado nuevo director de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (OMC). Entre sus objetivos están reordenar sus actividades para poner el foco en sus fortalezas y poner en marcha un plan específico para el médico joven.
  • La Medicina española tiene buenos indicadores, y creo que en parte podemos achacarlo a que la calidad de la formación es adecuada”
PREGUNTA. ¿Cómo es la actividad de formación de los colegios?
RESPUESTA. Poco a poco está creciendo de nuevo, ya que la crisis ha sido una dificultad adicional para poner en marcha actividades de gestión del conocimiento. En cuanto a la Fundación, este año tenemos previsto llegar a las 2.000 horas de actividad. El próximo año, más que expandirnos, la idea es decidir en qué temas poner el foco. El abanico de posibles actividades es muy amplio, y en España hay una oferta muy diversa tanto en proveedores como en financiadores e incluso niveles de formación. Hay muchas entidades: sindicatos, los propios hospitales, las autonomías, empresas, organizaciones formadoras, etc. ¿A qué debe dedicarse la OMC? Porque quizás podamos hacer muchas cosas, pero debemos dedicarnos a aquellos temas en los que podamos aportar valor.
P. El año pasado, la Fundación presentó la Red de Colegios Formadores, una plataforma para promocionar a nivel nacional e internacional sus diferentes actividades. Pero actualmente sólo consta la formación de ocho de los 52...
R. Hemos superado los problemas tecnológicos de arranque y ahora viene lo difícil, que es la incorporación de las actividades. Nuestra tarea es de fomento, pero hay que perseverar en implicar a los secretarios y los responsables de formación de todos los colegios. En cuanto se vea que la herramienta es útil, estoy seguro de que reclutaremos a más. También creo que puede dinamizarse con una iniciativa que estamos preparando pensando en los médicos más jóvenes, tanto estudiantes de grado como residentes.
P. ¿En qué consistiría ese plan?
R. Sería un programa para el inicio de la trayectoria profesional, dirigido sobre todo a quienes están terminado el grado y al inicio de la residencia. Los contenidos abordarían temas como explicar el funcionamiento del sistema sanitario y de un hospital, la comunicación con el paciente o enteder la literatura científica. Queremos generar actividades sencillas on line que se complementarían con otras más locales que tienen como objetivo evitar el choque entre lo que se ve en el aula y el mundo real. Buscaremos la colaboración de los tutores MIR y del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), que está interesado en promover cátedras de Ética y Profesionalismo como la de la Universidad de Zaragoza.
  • Queremos crear un programa dirigido a médicos entre el final del grado y el MIR para evitar el choque entre el aula y el mundo real”
P. Comentaba que la oferta de actividades de capacitación y actualización en España es muy amplia, pero, ¿sabemos si es de buena calidad?
R. La evaluación de la formación continuada es metodológicamente muy compleja. En primer lugar, no siempre está claro cuál es el objetivo medible que puede cuantificar el éxito de la acción. Segundo: muchas actividades formativas no tienen un formato estructurado. Por ejemplo, los servicios hospitalarios tienen actividades como las sesiones clínicas y la discusión de casos, actos que son tremendamente formativos y que se complementan con otros como los congresos científicos. Volviendo a la evaluación, la satisfacción del alumno es un dato, pero está más enfocada al proceso que al impacto de la formación. Aún así, soy optimista, y la Medicina española tiene buenos indicadores, lo que en parte yo creo que se puede interpretar como que la calidad es la adecuada.
P. ¿Se incentiva que el médico se actualice? Hay profesionales que hablan de que tienen que sacrificar su tiempo libre y dinero para hacerlo.
R. A diferencia de lo que comentaba antes con los hospitales, quizás en atención primaria no pueden proveerse este tipo de formación con la misma facilidad y por tanto necesita una inversión más fuerte, pero paradójicamente es donde está más descuidada: no hay casi cátedras universitarias ni una estructura de formación continuada adecuada, y muchas veces los días de permiso no se dan. En general, la financiación que ha venido del mundo comercial ha sido abundante, y a veces demasiado. En cambio, la actitud de los servicios de salud ha sido muy pasiva, y por otro lado, el modelo formativo es muy desigual entre autonomías. Es una asignatura pendiente: necesitamos más compromiso, organización y financiación.
  • Es necesario que las autonomías se comprometan y mejoren la organización y financiación de la capacitación profesional”
P. ¿Está resuelto el problema en cuanto a los conflictos de interés derivados de la financiación por parte de la industria?
R. El año pasado hubo polémica por la posible tributación de estas ayudas de la industria que el Ministerio de Hacienda pretende resolver, pero eso es sólo un parte del problema en cuanto a cómo evitar ese tipo de conflictos, asunto que está abordando el Foro de la Profesión Médica. El código de Farmaindustria, con sus ventajas e inconvenientes, es un complemento. En todo caso, es difícil tener una buena alternativa si no hay un compromiso de los empleadores, en particular de las autonomías, en cuanto a la capacitación de los profesionales.
P. Aparte de la financiación y los posibles conflictos de intereses, ¿hay algún elemento de incertidumbre?
R. Sin lugar a dudas, la troncalidad y cómo se organizarán en el futuro las especialidades. El resto no depende tanto de una norma como de financiar, organizar, dinamizar. En definitiva, sudar la camiseta.
P. ¿La recertificación servirá de revulsivo? Muchas sociedades están trabajando en sus mapas de competencias.
R. Eso tiene que ver con la delimitación de contenidos, habilidades y destrezas de una especialidad, pero también con la subespecialización. No es un reto de la formación continuada, sino de la propia Medicina: trabajamos con unas 50 especialidades y 200 subespecialidades. Por eso es tan necesaria también la formación transversal y la que permite saltar esos límites entre especialidades, subespecialidades y atención primaria. En esto se está trabajando con los procesos de asistencia integrados, pautas de seguimiento, normalización clínica. Nosotros hemos desarrollado con el Ministerio de Sanidad más de 60 cursos de este tipo.

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