miércoles, 15 de noviembre de 2017

La AEPap remarca el papel de los pediatras contra el maltrato infantil - El médico interactivo : El médico interactivo

La AEPap remarca el papel de los pediatras contra el maltrato infantil - El médico interactivo : El médico interactivo

El Médico Interactivo

La AEPap remarca el papel de los pediatras contra el maltrato infantil

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria  muestra su apoyo  a la proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados sobre maltrato infantil que pretende impulsar una “Ley Orgánica para erradicar la violencia contra la infancia”
Pediatras de Atención Primaria



A veces son los profesionales sanitarios los primeros en detectar un problema social en el entorno de los pacientes. Así ocurre también con los pediatras, que a veces pueden ser la voz de alarma en los casos de maltrato infantil en el entorno familiar. Es por ello que los pediatras de Atención Primaria reclaman una Ley Integral para proteger a los menores de cualquier forma de violencia en el ámbito familiar y recalcan su protagonismo en la detección de estos casos.
Poniendo cifras a este problema, tal y como se extrae de los datos del Ministerio del Interior, alrededor de 4.000 menores fueron víctimas de malos tratos en el ámbito familiar en el año 2015. Además, entre el año 2013 y el 10 octubre de 2017 han muerto 22 niños víctimas de la violencia de género en España.  No hay que olvidar que los hijos que conviven en un entorno violento son a su vez testigos y víctimas directas de esta lacra que la sociedad en su conjunto debe ayudar a combatir.
Es por ello que desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), ha realizado un debate bajo el nombre de ‘Situación de la violencia en el ámbito familiar’, con el objetivo de analizar tanto el marco legislativo, como los avances logrados en este campo en los últimos años.
Sobre esta cuestión destaca la opinión de Narcisa Palomino, vicepresidenta de la AEPap y especialista en maltrato infantil, sobre las secuelas que pueden padecer los niños sometidos al maltrato. “Desde consecuencias físicas, derivadas de traumatismos intencionados (hematomas, fracturas, lesiones en genitales…) hasta consecuencias psicológicas (depresión, ansiedad), síntomas funcionales (cefaleas, trastornos del sueño o pérdida del control de esfínteres), trastornos de la conducta y disminución del rendimiento escolar”.
En la misma línea, Concha Sánchez Pina, presidenta de la AEPap , hacía hincapié en el importante papel de los pediatras de Atención Primaria contra cualquier forma de violencia ejercida contra los menores por parte de la primera institución que debería protegerles como es la familia: maltrato físico, psicológico, negligencia, abuso sexual, etc.
Propuestas legislativas
Aunque en los últimos años se han dado grandes pasos para abordar el problema del maltrato infantil en el ámbito familiar, los responsables de la AEPap subrayan que todavía queda mucho por avanzar. En este sentido han destacado la aprobación, el pasado 12 de septiembre de 2017, de una Proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados, pero insisten en la importancia de un paso un marco legal más integrado, para lo que reclaman el impulso de una  “Ley Orgánica para erradicar la violencia contra la infancia”.
Asimismo, Adriana Bonezzi, abogada de Di Ubaldo Abogados, experta en relaciones institucionales sociosanitarias, ha trabajado en el protagonismo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria en la redacción parlamentaria de dos Proposiciones No de Ley (PNL).
La idea pasa por entender el importante papel que desempeñan los pediatras de Atención Primaria como primer profesional sanitario en detectar posibles situaciones anómalas o de maltrato infantil. “Son los pediatras de los centros de salud los profesionales sanitarios que están en contacto directo con los menores de edad y sus familias y, por lo tanto, son los agentes sociales que pueden detectar y conocer de primera mano los problemas a los que se enfrentan los menores desde los primeros días de vida hasta la adolescencia y dar la voz de alarma, activando los mecanismos oportunos establecidos para ello. Y eso es un compromiso con los menores, su integridad, sus familias y con la sociedad”.

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