lunes, 20 de noviembre de 2017

Si usted es residente: estudie lo que le pidan; el resto no cuenta - DiarioMedico.com

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FORMACIÓN CONTINUADA DEL MIR

Si usted es residente: estudie lo que le pidan; el resto no cuenta

Ninguna comunidad reconoce como mérito en sus OPE y bolsas de empleo los créditos de formación continuada que el MIR acumula en cursos realizados durante su residencia. Aunque la ley ya permite que esas actividades se les acrediten, sólo lo hacen 21 colegios.
Francisco Goiri   |  20/11/2017 00:00
 
 

Mientras los responsables políticos y gestores no se cansan de alabar, un día sí y otro también, el nivel medio del residente español, el Sistema Nacional de Salud (SNS)
 ignora el esfuerzo de ese MIR por completar por su cuenta la formación que le ofrece el programa de su especialidad. Ninguna comunidad autónoma reconoce ni computa la formación continuada que el MIR cursa durante la residencia en los baremos curriculares de sus ofertas públicas de empleo (OPE) o de sus bolsas de trabajo.Colegios que acreditan la formación continuada
Sólo 21 de los 52 colegios provinciales acreditan las actividades de formación continuada que cursa el residente, pese a que la ley lo permite desde 2007. (Colegio de Médicos de Cáceres)
Las comunidades y sus comisiones de formación continuada (organismos oficiales de acreditación) han defendido históricamente que esta falta de reconocimiento está amparada por la ley, concretamente la de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), que en su artículo 20.3 deja claro que "la formación de residencia será incompatible con cualquier otra actividad profesional o formativa", salvo el doctorado.
  • La ley de 2007 permite que se acredite la formación continuada del MIR, siempre que la haga fuera de su jornada laboral
Con este criterio, las comisiones autonómicas de formación impedían a colegios, sociedades e instituciones privadas (en las que delegaban como órganos proveedores de formación) que admitieran a los MIR en cursos de formación continuada y, mucho menos, que les acreditaran. "Las comisiones eran muy estrictras, e incluso nos amenazaban con quitarnos la acreditación si nos saltábamos esa prohibición. No obstante, ese férreo control sobre los colegios no era tan riguroso para algunas instituciones privadas, que acreditaban sus cursos sin discriminar si eran o no residentes", dice Evelio Robles, secretario del Colegio de Médicos de Cáceres y coordinador de una encuesta entre los 52 colegios provinciales sobre la acreditación de la formación continuada del MIR.
Pero si la LOPS daba cobertura legal a la negativa de las autonomías a acreditar al MIR, en 2007, una nueva norma, la Ley Orgánica de Universidades, abrió un resquicio por el que colegios, sociedades y residentes vieron la manera de meter la cabeza. En su disposición final segunda, esa ley decía que "el periodo MIR es incompatible con cualquier actividad formativa, siempre que ésta se haga dentro de la jornada laboral del MIR". Según Mónica Terán, vocal de Médicos en Formación de la OMC, "es evidente, entonces, que el residente puede hacer formación complementaria, siempre que no sea en su horario laboral". Otra cosa, dice Robles, es "si esa formación debe o no acreditarse y baremarse".
Tras la ley de 2007, la Comisión de Formación Continuada del SNS levantó ligeramente la mano y decidió flexibilizar sus criterios: permitió que los residentes cursaran actividades de formación continuada fuera de su jornada laboral (como decía la ley de 2007) y siempre que no superasen la mitad de los asistentes a esa actividad. Además, permitió que la actividad se les acreditará, siempre que se añadiera la siguiente leyenda: "Los créditos de esta actividad no son aplicables a los profesionales que estén formándose como especialistas". Es decir, los créditos obtenidos por el MIR en esa activiadad siguen sin servirle para futuras OPEs o bolsas de empleo.
"Es miope penalizar o no valorar el esfuerzo del MIR excelente. Lo ideal sería que las unidades docentes le dieran al residente toda la formación que necesita, pero eso es inviable y, además, no se valora al que se forma por su cuenta", dice Terán. En la misma línea, Borja Castejón, vocal de Médicos en Formación del Colegio de Madrid, dice que "si yo, como residente de Cirugía Vascular, quiero formarme, por ejemplo, en estadística y lo hago por mi cuenta, nadie va a valorar ese esfuerzo. Se supone que seré un médico más completo, y ese esfuerzo queda en el limbo, al menos laboralmente".

Desconcierto colegial

En medio de tanto baile legislativo y cambio de criterio, los propios colegios andan muy despistados, como demuestra la encuesta coordinada por Robles: 27 de los 52 colegios aún no acreditan las actividades del residente, pese a que la ley ya se lo permite (ver mapa). En los 21 que sí acreditan sus cursos, "algunos ponen la leyenda fijada por la Comisión de Formación y otros no", dice Robles.
El siguiente paso, según el secretario del Colegio de Cáceres, es que esos créditos se baremen en las ofertas de empleo. Tomás Toranzo, presidente de CESM, lo tiene claro: "Urge reconocer esa formación como mérito laboral. De momento, ninguna autonomía lo hace, pero los baremos de algunas ofertas laborales ya se han recurrido por defecto de forma, y ha ganado el recurrente". El último ejemplo de ese criterio judicial es una sentencia del TSJ de Extremadura (219/2015), en el que, según Robles, "se falló a favor del demandante al no baremar un tribunal de oposición los méritos de formación continuada, y obligó al tribunal a su baremación ulterior".

Falta de medios en las autonomías

Fernando Carballo, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), cree que el problema va más allá de la reclamación específica de los MIR, "y la heterogeneidad actual es fruto de un problema organizativo general". Carballo se remite al fallo del Tribunal Constitucional de 2011, que cuestionó el papel del Ministerio de Sanidad como proveedor de formación continuada, otorgó ese papel a las autonomías y anuló el acuerdo del Ministerio con la OMC y Seaformec, como órgano acreditador nacional. "A partir de entonces, la acreditación de la formación continuada depende, en teoría, de las comunidades y sus comisiones regionales, pero casi ninguna tiene estructura ni medios para que eso funcione ágilmente". En este contexto, colegios, sociedades e instituciones privadas siguen acreditando sus actividades (por delegación de las comisiones regionales), "pero no hay un método homogéneo y uniforme en todo el SNS para ver cómo se valoran esos créditos; al margen, claro, de los baremos que fije cada oferta de empleo", matiza Carballo.

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